PUBLICIDAD

Opinión

OPINIÓN

Hace todo por igualar al burrito de la fábula

Javier Corral se quedó con esa íntima convicción cuando ganó la gubernatura en el 2016. Le ha sido fiel a la 'chiripa' hasta la pérdida de la cordura, como si toda su vida hubiera transcurrido abatiendo enemigos en los campos de las batallas electorales

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 25 julio 2021 | 06:00

PUBLICIDAD

El burro que tocó la flauta es la moraleja de quien obtiene resultado exitoso sin esperarlo en determinado objetivo. Tocó el noble animal ese instrumento musical, pero no pudo ser nunca músico, dice la fábula.

Javier Corral se quedó con esa íntima convicción cuando ganó la gubernatura en el 2016. Le ha sido fiel a la “chiripa” hasta la pérdida de la cordura, como si toda su vida hubiera transcurrido abatiendo enemigos en los campos de las batallas electorales.

Todavía cree que las masas se agolparon en las urnas esperando sacara de Palacio de Gobierno a César Duarte y no dejara al interior de su vieja cantera señal cualquiera de su equipo.

Hubo enjuague nacional en el 2016. Un sector del priismo encabezado por el ahora senador, Miguel Ángel Osorio Chong, había declarado la guerra al grupo de Luis Videgaray Caso por la candidatura tricolor a la Presidencia de la República.

Duarte cometió el error capital de jurar bandera con Videgaray, pero pelear ferozmente contra el principal aliado de Osorio en Chihuahua, José Reyes Baeza, quien no tenía más escape que respaldar a Corral frente a Enrique Serrano, eventual sucesor y subordinado incondicional del exgobernador.

Aun con ello Corral moqueaba literalmente porque no le alcanzaba para debilitar a Serrano-Duarte. Juárez fue la principal zona negociada. Todavía a las tres de la tarde de la jornada electoral, los números en esta frontera no daban diferencia clara para alguno de los dos, y no la dieron a lo largo de todo el día. Terminaron técnicamente parejos.

La victoria en 2016 de quien en unas semanas más alcanzará la deshonrosa categoría de “innombrable”, fue conseguida en el municipio de Chihuahua. Maru Campos arribó al estrellato de la política chihuahuense con los votos de casi 160 mil ciudadanos, mismos que no discriminaron a Corral. También a él otorgaron su voto. Dos a uno contra Serrano en Chihuahua capital. Desconocían el monstruo al que daban su confianza.

Le otorgaron allá la diferencia que lo entronizó de pleno en el poder estatal. Es harto conocido que Maru hizo a Corral gobernador, independientemente del empujón que recibió de los Osorio en Juárez para sofocar el otrora bien posicionado duartismo.

Desde entonces no ha vuelto la fortuna electoral a sonreír a Javier Corral Jurado. Si bien la vida tiene mucho de suerte y de destino, es verdad irrebatible que a tales conceptos hay que agregar objetivos, planes, y trabajo, mucho trabajo, físico y mental. La socorrida frase del Dios rogando y con el mazo dando ha sido perecedera por precisa hasta en los incrédulos que son “ateos gracias a Dios”.

El gobernador decidió ignorarla por completo.

***

Corral tocó la flauta y se aventó a la milonga, a la holgazanería, creyendo que por ósmosis los habitantes del estado caerían rendidos ante su mitomanía retórica y los ciudadanos le darían votos a sus candidatos.

Los espacios que ganó en la elección constitucional del 2018 fueron exclusivamente los alcanzados en el municipio de Chihuahua y en Juárez en alianza con el equipo de la futura gobernadora constitucional. Un par de diputaciones y algunas regidurías.

Ha podido conservar por esa razón algo de gobernabilidad en el Congreso del Estado y por la compra de algunos diputados del Partido Verde, Nueva Alianza, Encuentro Social y hasta de Morena. A su estilo, pero también ha tenido su nómina secreta como ha acusado a Duarte que la tuvo.

Es conocida la historia entre 2019, 2020, y particularmente la del 2021. Quiso poner a un lado esas circunstancias, erigirse como el auténtico “primer panista del estado” y disponer discrecionalmente de la vida interna blanquiazul a nivel local y a nivel nacional.

La realidad le gritaba que no estaba en condiciones de semejantes arrebatos. Muy pronto después de tomar protesta como gobernador dejó caer el disfraz de demócrata utilizado durante la campaña y se exhibió como un auténtico tirano presa de innumerables, severas, patologías antisociales.

Tuvo cuando mucho un año para perder la autoridad moral y política al interior y exterior del PAN. Para mediados del 2020 quiso de forma desesperada armar el escenario de sucesión y utilizó como arma el arma que convenientemente escondió durante las elecciones del 2016 y 2018, la supuesta nómina secreta con la que persiguió en grado de feroz a la hoy gobernadora.

Se topó con la pared de los resultados políticos, electorales y de gobierno de uno y otro, abismalmente distintos. Maru como alcaldesa obtuvo importantes dividendos en la ciudad de Chihuahua al tiempo que armó con firmeza, coraje y eficiencia su estrategia electoral para ganar primero la candidatura y después convertirse en gobernadora. Corral no tuvo saldo para imponer candidato ni mucho menos gobernador. Resultó infantil y loco su plan primero con Gustavo Madero, luego con “El Caballo” Lozoya y después con AMLO-Morena-Juan Carlos Loera.

Entre más tejió la torpe telaraña afuera del PAN, más fortaleció la categoría ganadora de su intento de víctima. Hilvanados los pedazos de esa historia queda claro el camino completo seguido. Lo dibujamos en La Columna como en bola de cristal.

Inocentemente el gobernador quiso negociar con el equipo de Maru Campos. Le “ofreció” una diputación para que permitiera el paso libre a Madero o de lo contrario la mandaría a la cárcel. Ni lo uno ni lo otro, Maru siguió en lo suyo.

Ella lloró de miedo, pero sin demostrarlo nunca. Crecida al castigo; él lloró también de bilis e impotencia.

Ladró mucho el can, pero no pudo morder; chimuelo y tirado perezosamente en el green de algún campo de golf era imposible que le provocara daño fatal a su presa más allá del ocasionado con algunos golpes importantes, pero no demoledores dados por sus subordinados en Comunicación Social, la Función Pública, la Fiscalía Anticorrupción, la Fiscalía de Justicia y acaso algún juez a modo.

Antes de tomar estos días sus enésimas vacaciones, concedió Corral al medio informativo chilango, La Octava, una entrevista entre su casa en Juárez y el tiradero de obras que mantiene aquí. Uno de los temas abordados inspiró la presente columna.

“Marko Cortés, presidente de Acción Nacional, me pidió que viéramos la posibilidad de hacer una negociación para resolver el tema de Maru Campos. Luego me pidieron cerrar la investigación cuando les dije que no podía hacer excepciones”.

Ya tiene el mundo encima, ni así recapacita y enmienda. Sorprende su capacidad para engañarse a sí mismo con mil mentiras e intentar engañar a sus interlocutores. De risa a carcajada abierta algunas de sus expresiones en esta entrevista: “Siempre se trató de generar la percepción entre la población de un gobernador trivial, de alguien muy superficial, ligero...”.

-¿Juega golf?

-De vez en cuando...los domingos. (¡!)

Dijo también que una “mañanera” propia como la de AMLO le hubiera salvado del “embate” de los medios de comunicación en Chihuahua. Otra mentira que debiera ruborizarlo de pena.

Tiró cientos de millones de pesos en un periódico, Cambio 16, que terminó literalmente en la basura. Creó una gran cantidad de programas radiofónicos y televisivos institucionales para “contrarrestar” a los medios convencionales a los que pretendió extinguir.

Todo derivó en fracaso. Imposible que sostuviera una mañanera porque no se levanta temprano, e imposible que disuada en su favor a la población si no le brinda resultados en obra pública, seguridad, salud. Hay números negativos por todos los rubros. Es dictador, no caudillo.

La derrota ante Maru fue labrada con persistencia por él mismo. Ella no hizo más que abonar enérgicamente su tierra la seguidilla de torpezas, corrupción, locuras y dislates a cargo de su remedo de victimario, de su propio “hermano” de partido, el PAN.

No ha cambiado Corral ni parece que cambiará aun sintiendo chorrear por su lomo la sangre de la suerte suprema o estocada final que el 6 de junio pasado le infligió la matadora Maru. Aguardará quizá, entonces, que el destino o la suerte, le coloque en su camino nueva flauta para soplar, como al burrito de la fábula.

PUBLICIDAD

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

close
search