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Opinión

Guindas molestos con sometimiento al corralato

Lo que ocurrió con el diputado, Daniel Avitia, y la accidentada conducción de la Comisión Jurisdiccional en el Congreso del Estado, puede ser un punto de quiebre importante al interior de las bancadas morenista y panista

LA COLUMNA
de El Diario

lunes, 08 agosto 2022 | 06:00

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• Guindas molestos con sometimiento al corralato

• Rarezas sin explicación en elección de Morena

• Cobró muy bien antes de rajarse y traicionarlos

• Hicieron panistas y morenistas fuerte al PRI

Lo que ocurrió con el diputado, Daniel Avitia, y la accidentada conducción de la Comisión Jurisdiccional en el Congreso del Estado, puede ser un punto de quiebre importante al interior de las bancadas morenista y panista.

Los integrantes del grupo guinda no están conformes con el sometimiento total al corralismo que ha mostrado gente como el coordinador Cuauhtémoc Estrada, Gustavo “Pichú” de la Rosa, Óscar Castrejón, Avitia y otros, por lo que cada día demandan más para mantener la unidad.

En un descuido, una vez que comience el siguiente periodo ordinario y haya alguna votación trascedente, podrían hacer patente su rechazo a la abyecta sumisión de sus compañeros.

En cuanto al grupo albiazul, hubo reclamos al coordinador, Mario Vázquez Robles, por el papel del presidente de la comisión enjuiciadora, Gabriel García Cantú, que también tuvo mucho qué ver en las polémicas y confusiones generadas a partir del análisis para dictaminar la procedencia del juicio político.

La realidad es que, aunque ya fue un gran avance en el reclamo de justicia por los excesos del corralato, no hubo satisfacción plena en el manejo del procedimiento. Más entre los panistas. En Palacio de Gobierno quedó una sensación de que faltó apretar tuercas, lo que también puede llevar a un ejercicio forzado y poco amable de autocrítica.

Así se vivió la sacudida que generó lo que es apenas el arranque del procedimiento de juicio político, que sin duda habrá de sacar más chispas después.

***

Dos días antes de la elección de consejeros de Morena, realizada el domingo 31 de julio, el diputado, Óscar Daniel Avitia, buscó un par de enlaces con el equipo del alcalde juarense, Cruz Pérez Cuéllar, con la idea de lograr una alianza de grupos en beneficio de todos.

El legislador había logrado quedar en la lista de aspirantes a consejeros estatales gracias a la bendición del jefe de los Programas Federales en el estado, Juan Carlos Loera de la Rosa, a quien el partido le dejó meter algo de mano en el proceso tan polémico que hasta la fecha sigue causando reacciones.

Pese a su evidente filiación loerista, Avitia Arrellanes mandó el mensaje al otro equipo en el sentido de que, contrario a varios de sus compañeros de bancada, no obedecía las órdenes del superdelegado federal. Eso le permitía hacer alianzas individuales.

Quién sabe hasta qué niveles del equipo de Pérez Cuéllar alcanzó a llegar el diputado, pero alcanzaron a concretarlo.

Debieron mover las piezas del grupo municipal que iban por el tercer distrito en busca de ser consejeros; obviamente hubo heridos por la decisión de apoyar al legislador en vez de darle el respaldo a uno del equipo crucista, pero apechugaron y aguantaron el compromiso.

Avitia Arellanes fue el tercero más votado en su distrito. Después de Julio César de la Cruz Reyes y Soledad Molina Ozaeta, quienes rebasaron los mil votos cada uno. El nuevo consejero morenista rondó los 900 sufragios. La mitad o más fueron cortesía de la movilización del grupo que lo acogió.

Fue este caso uno de tantos que levantaron polémica. El diputado logró un asiento en el Consejo Estatal de Morena y, como pocos, era considerado tanto loerista como crucista, por el acuerdo de última hora que logró con la gente del alcalde fronterizo. 

A menos de una semana de cobrar su alianza política dentro de Morena, fue penosa su participación en la Comisión Jurisdiccional que analizó la procedencia del juicio político contra el exgobernador Javier Corral. 

Primero votó a favor de someter a un proceso al golfista, en congruencia con el pacto del nuevo grupo que lo acogió, y luego se rajó cuando le jalaron las riendas por parte de esa ala morenista identificada con el corralismo, muy bien representada en la delegación federal del Bienestar.

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Vaya que en las elecciones internas de Morena hubo rarezas que, hasta la fecha, más de una semana después del proceso, son prácticamente inexplicables por su naturaleza o apenas entendibles para los muy conocedores de la sui géneris dinámica partidista.

Entre esas cosas extrañas está, por ejemplo, que el excoordinador de los diputados locales morenistas, Miguel Ángel Colunga, no haya tenido tablas para operar la elección de consejeros que perdió de forma categórica.

En situación similar se encuentran el aún secretario del Trabajo en el Comité Estatal de Morena, Osmand González y el también aún secretario de organización, Andrés Domínguez, lo mismo que el actual dirigente, Martín Chaparro, a quien ya le quedan unos cuantos días en el puesto. Con todo el poder, ninguno logró ganar su espacio.

También dentro de lo inexplicable en este proceso es que gente como Juan Pablo Delgado, delegado regional de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, abiertamente aspirante a dirigente de Morena, haya quedado como presidente de casilla del octavo distrito en la capital. Hasta ahora nadie ha podido explicar cómo llegó ahí. 

Otros casos raros son los de Obdulia Becerra y Elena Rojo, al igual que la diputada federal Carmen Almeida, que quedaron lejos de ganar como consejeras, pero una desconocida capitalina, Nanta Yaundé Santana, hermana de Yamal Santana, un ex protegido del delegado regional Marcelino Gómez Brenes, sí lograra quedar.

Lo mismo quedaron fuera los Borruel y Marco Adán Quezada, que ni de candidatos a consejeros pudieron registrarse, sintieron el poder de la rasuradora; sin embargo, quien logró ser consejero y va con dedicatoria a Javier Corral, es nada menos que el empresario parralense Otto Valles, operador en primera línea de Cruz Pérez Cuéllar.

De Juárez destaca entre las rarezas que una morenista discreta, Tere Berumen, lograra su reelección sin contar con grandes recursos ni ocupar puestos de alto nivel, a diferencia de algunos funcionarios con todos los recursos posibles, como Mary Adame, a quien no le sirvió ser regidora para mantener su asiento en el Consejo Estatal.

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Nomás falta que el representante del gobierno estatal en Juárez, Oscar Ibáñez, “El Intrigas”, tenga la pretensión de arrancar su campaña por la alcaldía en medio del primer informe de su jefa la gobernadora, María Eugenia Campos.

Sabemos que ha contratado ya los servicios mercadotécnicos correspondientes para la elaboración de videos y las fotografías “oficiales” que integrarían el paquete promocional hacia ese objetivo.

El también profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) sigue creyendo en su buena suerte de haber alcanzado un espacio de privilegio en el gabinete del corralato, saltado hacia el equipo de Maru y de ahí alcanzar la alcaldía en el 2024, o hacer la lucha a la rectoría de la propia UACJ.

Después de algún tiempo de haber viajado en plan de trabajo a Europa, a la Ciudad de México y desfogar el caudal de chamba en Palacio de Gobierno, la gobernadora regresará esta semana a Juárez para dar una última revisada a los preparativos de su primer informe de gobierno, y de aquí partir para lo mismo a otros puntos de la entidad. Solo queda un mes para cumplir el primer año al frente del régimen estatal.

Los funcionarios estatales en Juárez rezan porque a Ibáñez, y a su cofrade el Director de Puentes Fronterizos, Rogelio Fernández, no se les ocurra empalmar la promoción de su campaña a la alcaldía con el informe de la gobernadora.

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Dicen que lo cortés no quita lo valiente. Así fue interpretada la asistencia de gran parte de los regidores del cabildo municipal a la toma de protesta de su compañera, Mireya Porras Armendáriz, como nueva dirigente municipal del PRI en Juárez.

En el evento realizado en el viejo edificio tricolor de Lerdo y Galeana, estuvieron los dirigentes del PAN, Joob Quintín Flores; y el de las mariposas amarillas (PRD), Javier Meléndez; la coordinadora de los regidores Morenistas, Ana Estrada; y el representante de la gobernadora en la frontera, Óscar Fidencio Ibáñez.

En el nombramiento de Porras Armendáriz es notoria la mano de la funcionaria Municipal Adriana Fuentes, quien tiene muy claro, después de haber sido candidata a la alcaldía en la pasada elección, que el PRI necesita oxigenarse para por lo menos seguir teniendo representación en la ciudad. 

Cabe destacar que los discursos del presidente saliente y la presidenta entrante estuvieron muy ad hoc para un evento en el había más militantes de otros partidos que del anfitrión.

Como siempre, saltaron un par de prietitos en el arroz. Al hacer uso de la palabra, tanto el dirigente estatal del PRI, Alejandro Domínguez; como el diputado federal, Hiram Hernández, se explayaron en cuestionar duramente a los partidos en el poder.

Eso provocó caras y gestos de propios y extraños, algunos de ellos como el regidor Jorge “Tetito” Gutiérrez Casas, quien dijo en voz alta como si tuviera mucha calidad moral: “qué necesidad, pero qué necesidad de romper con la armonía del evento”.

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