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Opinión

Geopolítica en las vacunas (II)

En nuestra frontera se podrá palpar de manera directa la forma en que las autoridades norteamericanas ejecutan estas nuevas medidas

Sixto Duarte
Analista

martes, 26 octubre 2021 | 06:00

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Los países que más recursos aportan a la OMS son, curiosamente, Estados Unidos y el Reino Unido. China, por ejemplo, aporta la décima parte de recursos que aporta Estados Unidos al organismo con sede en Suiza. Pudiera ser casualidad (o no) que las vacunas norteamericanas hayan sido aprobadas “fast track” por este organismo, mientras que Sputnik V y Cansino, aún están pendientes de aprobarse.

El derecho internacional, dicen algunos especialistas, carece de fuerza coercitiva como el derecho interno; incluso, puede ser más política que derecho. De ahí que la actuación de la OMS no deba estimarse exenta de presiones políticas del momento.

Creo que uno de los pocos aciertos del presidente López Obrador, fue presionar a la OMS para la aprobación de estas vacunas. Esto, en virtud que cerca de 15 millones de mexicanos fueron inmunizados con estas vacunas. 

En el entorno geopolítico actual, la vacuna (y la marca de la vacuna) se ha convertido en el nuevo salvoconducto para moverse por el mundo. A través de los requisitos de entrada que cada país impone a ciudadanos extranjeros, estamos siendo testigos de cómo el mundo se encuentra dividido nuevamente en dos bloques, en donde las potencias promueven y avalan las vacunas producidas en su territorio, y rechazan aquellas de Estados de otros bloques.

A países como el nuestro, no le queda de otra más que bailar al ritmo que las potencias van dictando en esta nueva configuración global. México ha dejado de ser un país relevante en el concierto internacional de las naciones, derivado precisamente del desorden interno que ponen en entredicho el hecho de que México sea un país donde se privilegia el Estado de Derecho.

Ahora bien, en nuestra frontera se podrá palpar de manera directa la forma en que las autoridades norteamericanas ejecutan estas nuevas medidas.

Tal como lo dijo Sergio Sarmiento, la medida de cierre de fronteras era claramente discriminatoria. Esto, en virtud que las fronteras estaban solamente cerradas a los mexicanos, mientras que ciudadanos americanos llevaban y traían el virus a ambos lados de la frontera.

Incluso, los países que dicen ceñirse a las recomendaciones de la OMS no tomaron en cuenta que este mismo organismo nunca sugirió el cierre de fronteras como una medida para reducir los contagios.

Lo irónico es que las fronteras seguían abiertas a los viajes aéreos, no así a los terrestres. Como si el Covid-19 viajara solamente en carro, y no en avión. De ahí que resultara una medida draconiana. 

Ahora, con la aceptación de solo algunas vacunas, se insiste en mantener una política que discrimina, insisto, a aquellos inmunizados con vacunas que las potencias aún no han aceptado. Se repite este patrón en Canadá y Europa.

Lo más curioso es que hay ciudades en Estados Unidos (principalmente aquellas en Estados republicanos) en donde el uso del cubrebocas es una mera sugerencia. De ahí que resulte irrisorio que, a nivel federal, sean celosos guardianes de las medidas antiCovid, pero al interior, exista una laxitud en la aplicación de las medidas más básicas de cuidado.

Esta pandemia vino a reflejar muchos de los problemas actuales del mundo. El más grave, a mi juicio, es la polarización que existe en los dos bloques que se han creado.

Ojalá que reine la cordura, y los Estados acuerden llevar a cabo acciones conjuntas que les permitan hacer frente de forma coordinada a los retos que esta pandemia impone.

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