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Opinión

Factores de riesgo desde la perspectiva de las y los adolescentes

Cuando se abordan temas de prevención de la violencia, es necesario identificar los factores de riesgo que la generan para de ahí proponer acciones que permitan solucionar la problemática

Antonio Salas Martínez
Analista

martes, 29 noviembre 2022 | 06:00

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Cuando se abordan temas de prevención de la violencia, es necesario identificar los factores de riesgo que la generan para de ahí proponer acciones que permitan solucionar la problemática a través de un cambio cultural y educativo. Se han realizado esfuerzos y construido estrategias para atender este problema, siempre con la visión de combatir la violencia y la inseguridad, pero hemos excluido en la identificación de riesgos y propuestas de soluciones a las y los adolescentes. 

En Ciudad Juárez habitan 278 mil 987 adolescentes, que representan un 18 por ciento del total de la población que es de un millón 561 mil habitantes, este porcentaje que representa casi una quinta parte de los juarenses es un segmento de la población se cataloga como el período evolutivo comprendido entre el final de la infancia, que suele situarse en la pubertad (en torno a los 12 años), y el comienzo de la edad adulta (en torno a los 20). Se trata, por tanto, de un período de transición, en el que se ha dejado de ser un niño, pero todavía no se es un adulto, y en el que se experimentan cambios muy importantes y un alto nivel de duda e incertidumbre.

Entendiendo la adolescencia debemos ser conscientes de que ellos y ellas reciben de manera frontal los embates de la violencia y la inseguridad, además padecen los efectos que los vuelve deficientes en las relaciones sociales, sufren aislamiento y marginación. Son bombardeados con noticias de una realidad que refleja un panorama complejo y difícil de solucionar, ejecuciones, daños patrimoniales, feminicidios, suicidios, y una serie de delitos de que impactan su entorno. 

En al año 2004, el Instituto de la Juventud de España, publicó un documento titulado “Prevención de la violencia y lucha contra la exclusión desde la adolescencia”, donde se destaca que en la adolescencia puede desarrollarse una forma diferente de ver el mundo, el pensamiento abstracto, que permite un gran distanciamiento de la realidad inmediata para juzgarla a partir de lo que podría ser, imaginar otras posibilidades además de las que existen, pensar sobre los propios procesos psicológicos, sobre lo que se piensa o lo que se siente, tratar de explicar lo que sucede a través de múltiples hipótesis, o analizar todas las posibilidades y valorar la realidad como una de dichas posibilidades.

Esa lucha contra la exclusión y esa manera diferente de ver el mundo nos impulsó a desarrollar un ejercicio donde participaron alrededor de 45 adolescentes estudiantes de secundaria que atendieron dos preguntas directas: ¿Qué genera violencia e inseguridad?, y ¿qué estrategias proponen para combatirlas? Los y las participantes se organizaron en equipos de cuatro integrantes y tuvieron una semana para presentar sus aportaciones destacando las siguientes aportaciones y conclusiones de los participantes:

La violencia es generada por la corrupción que existe en las dependencias gubernamentales y en las policías (de los diferentes niveles de gobierno), esto propiciado por un mal comportamiento de quienes ostentan autoridad, ya que aceptan sobornos y hacen un indebido uso de sus atribuciones, de los recursos que manejan y de la información que poseen. 

La violencia es resultado de hogares donde también se ejerce violencia, creando una realidad distorsionada en los y las niñas, niños y adolescentes sobre que las diferencias se solucionan con golpes y agresiones, donde se vulnera a las y los integrantes de esos hogares. 

La violencia existe porque en ocasiones se obliga con amenazas o golpes a cometer ilícitos, contra la voluntad de quien los comete, originando que adolescentes sean acusados por robo con violencia, homicidios, portación de armas, secuestros y robo de vehículos. 

La violencia y la inseguridad existen porque no se respetan las leyes, ya que no existe temor a ser sancionados por las autoridades y en casos de una sanción se percibe que sea mínima y sin afectaciones fuertes a las personas que cometen  algún ilícito, algún delito. 

Esas son las cuatro principales causas generadoras de violencia e inseguridad, según el criterio y la visión de los adolescentes que participaron en el ejercicio, donde además se proponen las siguientes estrategias para enfrentarlas: 

Ampliar las sanciones a los infractores, por lo que es necesario que las y los adolescentes, al igual que la sociedad en general conozcan las penas que conlleva la violación a las leyes, normas y reglamentos. Impulsar el respeto a la norma por convicción, generando una real cultura de la legalidad. Aquí debemos destacar que se debe terminar con la impunidad frente a cualquier tipo de violencia. 

Construir planes locales de acción para combatir la violencia y la delincuencia, basándose en las características y particularidades de nuestra ciudad, para que las autoridades sean más eficientes y eficaces  al momento de brindar seguridad a los ciudadanos. En  esta propuesta se debe acentuar que además se propone aumentar la conciencia pública respecto a los problemas que como sociedad debemos solucionar. 

Se debe asegurar que la justicia sea accesible para todos, que no debe existir ningún tipo de exclusión. Por lo que debe capacitarse a quienes procuran la justicia. En esta propuesta se incluya también el asegurar la formación profesional continua de quienes  trabajan en los servicios de seguridad para que brinden un servicio integral a la  ciudadanía. 

Como propuesta a destacar es asegurar la equidad de género, el empoderamiento de la mujer y el trabajar para y con los jóvenes como defensores del cambio para poner fin a la violencia. En este último aparatado se percibe compromiso por parte de los adolescentes, ya que manifiestan que debemos trabajar con ellos, y capitalizar lo propuesto por el Instituto de la Juventud de España respecto a que la tendencia de los adolescentes a pensar sobre sí mismos, a buscar su diferenciación y su coherencia, les lleva a contarse una historia sobre sí mismos basada en el convencimiento de que su experiencia personal es algo especial y único y así lo concebimos y lo valoramos.

Encontramos capacidad, compromiso, una visión adecuad y otros grandes atributos únicos de nuestros adolescentes, además nos sentimos con la obligación  de atender  la frase propuesta por este grupo de jóvenes que cursan la secundaria: que la corrupción no sea tu alimento, que tu alimento sea la justicia. 

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