Expropiación petrolera, pero ¿hay autonomía?

El pasado 18 de marzo se cumplieron 85 años desde que el General Lázaro Cárdenas del Río, mediante un decretazo, expropio los bienes de las compañías extranjeras que se dedicaban al ramo petrolero en nuestro país. Sin embargo, después de 8 décadas resulta importante preguntarse: ¿hemos alcanzado la autonomía petrolera?   -

Durante el Porfiriato, el gobierno permitió la inversión extranjera en el sector petrolero, lo que llevó a la formación de compañías petroleras extranjeras en México, como la Standard Oil y la Royal Dutch Shell. Estas empresas controlaban la mayor parte de la producción de petróleo del país y obtenían enormes ganancias mientras los trabajadores mexicanos recibían miserables.

Después de concluir la Revolución Mexicana en 1923, los líderes del país se dieron cuenta de la importancia del petróleo para la economía nacional y comenzaron a buscar formas de controlar la industria. En 1936, el presidente Cárdenas implementó una serie de regulaciones que requerían que las compañías petroleras extranjeras pagaran impuestos más altos y otorgaran mayores beneficios a los trabajadores mexicanos.

No obstante, las compañías se negaron a aceptar estas nuevas regulaciones y comenzaron a reducir su producción en México. En respuesta, Cárdenas anunció la expropiación petrolera, que significó la nacionalización de todas las compañías petroleras extranjeras en México.

Sin embargo, la expropiación tuvo algunas consecuencias negativas a corto plazo, ya que muchas compañías petroleras extranjeras retiraron sus inversiones en México y dejaron de invertir en nuevas exploraciones y producción de petróleo en el país. Esto tuvo un impacto negativo en la economía mexicana y disminuyó la cantidad de empleos disponibles en la industria.

Aunado a lo anterior, la expropiación provocó una gran tensión política y diplomática entre México y los países cuyas compañías petroleras fueron nacionalizadas, especialmente con Estados Unidos y Gran Bretaña. Ambos países adoptaron medidas económicas y políticas en respuesta a la expropiación, como sanciones comerciales y restricciones de importación.

A pesar de lo que muchos piensan, la expropiación trae aparejada una indemnización, por lo que el gobierno mexicano tuvo que pagar un aproximado $24 millones de dólares estadounidenses en efectivo y $156 millones de dólares en bonos gubernamentales mexicanos a largo plazo. Para ello, el gobierno de México tuvo que reducir los gastos públicos y cancelar algunos proyectos de infraestructura; aumento los impuestos y emitió bonos que se vendieron en el mercado internacional. 

Hasta ahorita México ha logrado una autonomía parcial con respecto al petróleo, gracias a la creación de la empresa petrolera estatal Pemex, la cual se convirtió en una importante fuente de ingresos para el país y permitió a México tener un mayor control sobre su producción y reserva de petróleo. 

Sin embargo, en los últimos años, la producción petrolera de México ha disminuido y la dependencia del petróleo como fuente de ingresos ha disminuido también. El gobierno mexicano ha implementado reformas para atraer inversión extranjera y mejorar la producción de petróleo en el país, incluyendo la apertura del sector energético a la inversión privada. Para muestra un botón, en nuestra Ciudad Juárez es común ver como es que la gasolina que consumimos es de origen extranjero, texana para ser exactos. 

El petróleo se utiliza para fabricar una amplia variedad de productos. Ya tenemos el petróleo, el siguiente paso es convertir esta materia prima en productos terminados, como: combustibles, lubricantes, asfalto, plásticos, fertilizantes, resinas, fibras sintéticas, cosméticos entre otros; esto conllevaría a importar menos producto terminado y exportar más. Este seria el primer paso a la autonomía petrolera.