Era un convivio y por poco termina en tragedia

-Era un convivio y por poco termina en tragedia

-Pudieron evitar una muerte y prisión de humildes

-Reaccionó mejor el PRI que los panistas

-Ni Fierro ni Pablo Héctor en edad de retiro

El historial de exceso de alcohol entre los grupos juveniles de los partidos políticos se ha convertido en toda una tradición de mala fama. Imaginen, estimados lectores, se trata de los gobernantes de mañana.

Antes eran cervezas, cigarrillos y mucha grilla, pero ahora se han agregado golpes y hasta agresiones con muchas probabilidades de causar daño, incluso hasta la muerte.

Eso fue precisamente lo que ocurrió el jueves por la noche en una franca borrachera organizada nada menos que por el presidente del PAN estatal, Gabriel “Gabo” Díaz, en su casa de Ciudad Juárez, ahí por el

fraccionamiento Villa Alegre.

El dirigente estatal y su equipo de trabajo, la mayoría de ellos integrantes del juvenil estatal panista, estuvieron echando heladas y alcoholes hasta altas horas de la madrugada. Invitaron a las juventudes locales para seguir fomentando la “unidad” del albiazul. Ahí andaban Nadia Chacón, Marco Polo Rodríguez y otros tantos.

Todo transcurría entre risas y camaradería cuando de pronto uno de los cercanos al “Gabo”, de nombre José Mendoza, sin agua va, le sorrajó un botellazo en la cabeza a un joven de nombre Jassai Rivota, un exempleado de la Función Pública estatal durante el gobierno anterior.

El muchacho subió imágenes a sus redes sociales y la explicación sobre lo ocurrido: “la madrugada de hoy sufrí una agresión por la espalda de la persona de José Mendoza, que sin tener discusión o plática directa y sin previo aviso de manera violenta empezó a agredirme no solo de manera a golpes sino con una botella de vidrio... Procedí junto con mi familia al Ministerio Público a interponer mi denuncia... Cuidado con quiénes conviven... Comparto este suceso para que guarden sus reservas en caso de conocer a este desagradable sujeto”.

Presentamos en versión digital captura de esas imágenes y son en verdad dramáticas.

A ver qué explicación tiene el presidente del PAN en el Estado.

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El domingo pasado analizamos en este espacio la terrible situación sufrida por los cuatro agricultores recluidos en prisión por participar en manifestaciones y protestas contra la extracción discrecional del agua de varias presas del centro y sur del estado, principalmente La Boquilla, ubicada a contados kilómetros de Delicias y de la capital del estado.

Concluimos que no admitía más dilación la liberación de esos productores y la justicia para la mujer asesinada por elementos de la Guardia Nacional en esas protestas, Jessica Silva.

Tres de los cuatro agricultores permanecieron presos desde el 8 de septiembre del año pasado, día de la refriega masiva y del ataque militar perpetrado contra Jessica Silva y su marido, Jaime Torres, quien sobrevivió al tiroteo, pero con graves lesiones que todavía no supera.

Finalmente, casi 15 meses después de permanecer en prisión, tres de los cuatro campesinos quedaron libres la noche de este jueves gracias a una decisión política acordada hace casi un mes por la Secretaría de Gobernación y la gobernadora del estado, Maru Campos.

Falta por ser liberado el cuarto, el líder productor, Andrés Valles, apresado en julio de este año, casi un mes después que Morena perdiera la gubernatura en la entidad y cerca de 10 meses después de ocurridas las manifestaciones. Había coraje contra aquella zona del centro del Estado.

No cabe duda que fue judicializada una protesta social tan legítima como los cientos de manifestaciones que debieron llevar a cabo los líderes de la Cuarta Transformación antes de alcanzar el poder federal.

Así como les fueron acumulados cargos a los detenidos por parte del Ministerio Público así les fueron retirados para alcanzar la “libertad condicional”. Operará igual con Andrés Valles.

Ha sido un castigo y una lección muy fuerte de la 4T contra quienes se opusieron a que el Gobierno federal sacara agua de las presas para entregarla a los Estados Unidos y cumplir así el celebérrimo Tratado Internacional de Aguas.

El gran problema es que en esa lección cargaron con unos humildes campesinos que fueron encerrados como auténticos delincuentes, mezclados tras las rejas contra quienes sí lo son, y golpearon fatal e irreversiblemente a la familia encabezada por Jessica y Torres.

Si ahora intervino el ejercicio político ¿por qué antes fue puesto a un lado?

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Todavía no salía el sol ayer por la mañana cuando el coordinador de los diputados del PRI, Noel Chávez Velázquez, movía la aceitada maquinaria tricolor para festejar el triunfo de Maru Campos en la liberación de los tres presos de la guerra del agua. Le siguió de inmediato el jefe de facto en ese grupo, Omar Bazán.

En el Congreso del Estado llamó la atención la reacción priista, a unas horas de que la gobernadora y el abogado Maclovio Murillo habían dado a conocer la libertad condicionada de los primos Rosendo Lerma, Juan Lechuga y Juan Rivera, detenidos desde septiembre de 2020.

Siendo imposible regatearle el mérito a la mandataria y muy útil para el PRI reforzar la alianza con Palacio, era obligada la flor del diputado. Tan anticipadamente hasta parecía que había mayoría revolucionaria institucional en el Congreso.

“Nuestro respaldo al Gobierno del Estado en el buen ejercicio de la política y diálogo”, fue el mensaje que de madrugada subió el líder de los diputados tricolores a los chats, redes y demás medios que usa el Legislativo.

“Desde el Congreso del Estado se dará respaldo y seguimiento a las acciones emprendidas para que se cumplan con los compromisos asumidos por la Federación con el pueblo de Chihuahua”, agregó.

En otra banda, hasta las frescas 10 de la madrugada se registró la reacción del coordinador de los diputados del PAN, Mario Vázquez Robles. Se notó que está más oxidada su estructura en el tipo y nivel de aplausos que se sintieron obligados a brindar a la jefa del Ejecutivo.

También a esas horas de la madrugada reaccionó la dirigencia estatal del PAN, a cargo de Gabriel Díaz, que ya muy tarde se acordó de felicitar a su militante más destacada y encumbrada.

Lo cuestionable no es tanto que Chávez Velázquez y Bazán les hayan comido el mandado a los panistas, seguramente esa no era su intención; pero sí llama la atención que se hayan tardado tanto los albiazules en reaccionar.

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Además del indeleble e indeseable sello de Javier Corral en la frente, tienen algo más en común los defenestrados Pablo Héctor González Villalobos y Luis Fierro Ramírez, el primero expresidente del Tribunal Superior de Justicia y el segundo exrector de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Los abogados metidos tanto en el aparato judicial como en la academia de la universidad estatal hacen esta reflexión que une los perfiles de ambos personajes.

Los dos fueron considerados como incapaces de cumplir acuerdos políticos para transitar de la falacia del nuevo amanecer a la dureza de la nueva realidad que vive el estado desde las elecciones de junio.

Pero además los dos pierden las posiciones en poder que les dio el corralismo sin tener siquiera edad para el retiro, lo que sería menos penoso que bajar la escalera forzadamente.

En los cambios casi naturales del sistema político, de los que obviamente no se escapan ni los independientes ni los autónomos, son pocos los antecedentes de retiros similares.

Generalmente quienes pasan por el proceso de la renuncia involuntaria lo hacen para irse al retiro. A veces hasta se van con homenajes por sus años de servicio a la patria.

No es ni de cerca el caso de Fierro. Tendrá que regresar a clases si quiere seguir cobrando y exponerse a la burla de toda la comunidad universitaria precisamente por su gran, extraordinaria, monumental torpeza, durante su cargo como rector.