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Opinión

Embajadores

'Van a seguir ayudando, todos los que quieran contribuir en ayudar a la transformación del país, tienen las puertas abiertas, mujeres y hombres honestos, con deseos de servir…', expresó el presidente AMLO en Palacio Nacional

Yuriria Sierra
Analista

sábado, 16 octubre 2021 | 06:00

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Ciudad de México.- “Van a seguir ayudando, todos los que quieran contribuir en ayudar a la transformación del país, tienen las puertas abiertas, mujeres y hombres honestos, con deseos de servir…”, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.

Lo dijo respecto a los nombramientos que pronto serán anunciados, desde luego, por él. Representantes de México en el exterior, cabezas de embajadas y consulados. Y ninguna lectura entrelíneas habría en su declaración, el asunto es que, en esta administración, sumarse a ella implica una cosa: lealtad, más que compromiso por un “cambio”. 

Dos nombres se escucharon hace unos días: Quirino Ordaz Coppel y Héctor Astudillo, ambos priistas. Al primero, las sirenas ya le habían cantado como destino la representación diplomática en España a su salida del gobierno de Sinaloa; al segundo, ya le reconocieron su labor al frente de Guerrero.

Así, a la vieja usanza, la vieja tradición, una muy neoliberal, una muy priista. 

Andrés Manuel López Obrador enviará como embajadores a quienes hasta hace unos meses eran parte del bando contrario, pero hoy, con tanta negociación legislativa en puerta, en Palacio Nacional tuvieron una idea: “van a participar servidores públicos, exgobernadores en nuestro gobierno…”, agregó el presidente.

A dar premios como lo hacían aquellos, sus némesis, ¿también con la misma intención? Por décadas a los personajes incómodos y cuya incomodidad olía a peligro, eran enviados fuera del país, pero eran también gratificación a los más fervientes seguidores del sistema, representantes diplomáticos que los dejaría blindados de acusaciones… pero que también servían de moneda de cambio a la hora de cobrar favores.

Es la operación política en su máxima expresión. Sin embargo, extraña (o no) que esta práctica llegue del actual presidente, el que dijo ser tan distinto, pero que opera tan igual. 

En unos días dará a conocer estos nuevos nombres de quienes ocupen aquellos puestos, ah, y lo conoceremos mientras en el Congreso los priistas resuelven sus dudas y sus votos sobre la reforma de la industria eléctrica, un asunto que los tiene más que divididos. Nuevos puestos en las embajadas, ah, apenas una estrategia para tejer redes de apoyo que sirvan para mantener el control.

Nada nuevo. La política de la Cuarta Transformación operando como siempre, premiando la lealtad por encima de sus propios principios, otra vez, aunque sí, ya nos habían advertido que es suficiente estar de su lado de manera incondicional para ser exculpado hasta de lo que aparezca en un futuro; el pasado se borra y esto, así como abrió la puerta para llegar al gabinete (entiéndase Comisión Federal de Electricidad), ahora también es examen de admisión para la diplomacia.

¿Qué cambió?

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