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Opinión

El transporte de personal, ¿a quién sirve?

El transporte que la industria maquiladora patrocina existe porque Ciudad Juárez tiene un transporte público pésimo

Elvira Maycotte
Escritora

miércoles, 10 agosto 2022 | 06:00

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El transporte que la industria maquiladora patrocina existe porque Ciudad Juárez tiene un transporte público pésimo. Ante esta realidad, las maquilas ofrecen esta prestación por su propia conveniencia, ya que más que un servicio, necesitan la puntualidad de sus trabajadores y esa es la manera para asegurarse de ello. Eso lo sabemos por la cercanía que podemos tener con administradores de maquilas, por investigaciones, y hasta por sentido común.

Por eso no es de extrañar las declaraciones que la presidenta de Index hizo ante el llamado de que el modelo de las unidades de transporte no fuera más allá de 10 años, declarándose a favor de que permaneciera tal como está ahora, 15años. Es de entenderse: si sus proveedores se ven obligados a cambiar sus unidades por otras de modelo más reciente seguramente ese gasto lo trasladarán a un alza en el cobro por sus servicios.

Lo que no comprendo es esa suerte de indolencia y desinterés que se deja ver detrás de su declaración al no ponerse del lado de sus trabajadores, ya que en vez de solapar un servicio mediocre, mejor le vendría exigir que se les brinde un servicio de la mejor calidad tanto por el estado físico y mecánico de las unidades, como de aptitud y ética de quienes las administran y conducen.

La realidad habla por sí misma y no es tema de poca cosa: se trata de la integridad física de personas que viven continuamente en riesgo. 

Solo por mencionar algunas situaciones que comprometen la vida de los trabajadores, el pasado 18 de julio una unidad de transporte de personal protagonizó un accidente en el que de acuerdo con notas periodísticas 29 empleados resultaron lesionados. ¿La causa? El conductor alcoholizado se quedó dormido. Tres días después otra unidad se fue contra un muro de contención: solo un lesionado, quizá pudo haber más, gracias a las malas condiciones del camión modelo 2003 al que le fallaron los frenos. Otro incidente más ocurrió hace cuatro días cuando nuevamente con una unidad de transporte de personal dejando otra persona lesionada. A otra más “se le salió” el eje delantero y ocasionó que 10 empleados resultaran lesionados. Para no ir más lejos y no perder la costumbre, ayer se publicó el “encuentro de titanes” -uno de tantos- entre una unidad de transporte público con una de transporte de personal: uno modelo 2003 y otro 2008, dejando nueve personas lesionadas. Uno de los conductores sin licencia de conducir. El tema es que ante este triste panorama han salido a relucir temas de corrupción como la clonación en el registro de las unidades que denotan el poco -o nulo- control que se tiene sobre esta modalidad de transporte.

Hace años, más de 15, este problema ya era digno de estudiarse: un egresado de la Maestría en Planificación y Desarrollo Urbano desarrolló su tesis en torno a este tema, preguntándose si el transporte de personal era una solución o un problema. Después de aceptar de que en efecto, para muchos trabajadores el servicio de transporte de personal tiene gran valor, se llega a la conclusión que a esa escala, del trabajador, en efecto, sí lo es, pero es relativo, porque la vida de las personas no solo se trata ir a trabajar para después regresar a casa y, aunque así es la vida de muchos, ese es otro tema por reflexionar. 

El transporte de personal no resuelve el traslado a centros de salud, a las escuelas, a los centros de abasto, a la cultura y recreación. De hecho, ni siquiera resuelve totalmente el traslado entre la casa y el trabajo, pues no los lleva precisamente a la puerta de su casa. Finalmente, las personas deben complementar su necesidad de moverse por la ciudad y para ello recurren por su bajo precio a la compra de los carros de deshecho que también tantos dolores de cabeza ocasionan. Este es uno de efectos colaterales de la deficiencia de ambos tipos de transporte: público y de personal. Otro más es el de la exclusión, pues aquellos que no alcanzan a adquirir un vehículo y no tienen acceso a transporte público, o si por el precio de la gasolina les impide mover su auto, quedan confinados en un real encierro domiciliar.

Es urgente la solución del transporte público. Con ello no va a desaparecer el transporte de personal, pero disminuirá la dependencia a él. Se ha convertido en un problema urbano. Hemos normalizado ver calles repletas de camiones con trabajadores. Una imagen muy propia de la ciudad, ¿no cree? Yo pensaría que todos saldríamos ganando si Index se pone de lado de sus trabajadores y vele por ellos, finalmente, los proveedores deberán ajustarse a las condiciones que se les defina. ¿Es un servicio para los trabajadores o para la maquila? 

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