Opinión

OPINIÓN

El otro virus cobró casi 160 vidas

Es posible que marzo-2020 quede registrado en la historia reciente de Chihuahua como uno de los más violentos durante la indiferente administración estatal encabezada por Javier Corral

LA COLUMNA
de El Diario

miércoles, 01 abril 2020 | 06:00

• El otro virus cobró casi 160 vidas

• Subir y bajar el piano de la terquedad

• Es urgente la reactivación del Congreso 

• Pandemia retrasa convocatoria de Morena

Es posible que marzo-2020 quede registrado en la historia reciente de Chihuahua como uno de los más violentos durante la indiferente administración estatal encabezada por Javier Corral Jurado, más letal que el Covid-19.

En Ciudad Juárez fueron asesinados niños (as), mujeres, policías y civiles en general. Más de 155 personas cayeron privadas de la vida de forma violenta, principalmente con el uso de armas de fuego; y la gran mayoría por disputas entre vendedores de drogas al menudeo. Salvo junio del 2018 no se habían registrado tantos muertos en un mes.

En el estado el número de asesinados rebasaba ayer las 250 personas durante marzo. Van más de ocho mil 600 homicidios a lo largo de la administración de Corral Jurado, sin estrategia genuina y seria alguna que haya buscado impedirlos.

La sola cantidad habla de un problema mayúsculo para los chihuahuenses y del tamaño de falta de autoridad y valor para enfrentarlo. 

Supimos que en diciembre el gobernador sufrió un arranque de furia por el crecimiento de la violencia y decidió crear la Secretaría que hoy dirige García Ruiz. Hizo Corral todos los “arreglos” legislativos necesarios y sacó adelante su proyecto pero sin viabilidad alguna ni financiera ni policiaca, como todos los planes del quinquenio. Estos son los resultados.

Ahora el estado carga con los altísimos salarios de García Ruiz, de casi 100 “mandos” traídos a Chihuahua de la Ciudad de México y todo lo que implican en hospedaje y alimentos.

Las presidencias municipales han sido dejadas por completo solas para enfrentar a la delincuencia mientras la fábrica de promesas y de simulación que ha sido el gobierno de Corral mantiene la bandera blanca o la complicidad frente a la delincuencia.

Los números son tan irrebatibles como la realidad cotidiana sufrida por los chihuahuenses en las calles o en sus domicilios. No son invento de nadie.

***

O es falta de inteligencia o es falta de carácter, o ambas, las del justamente recién estrenado secretario de Seguridad Pública del estado, Emilio García Ruiz. 

Ayer de nuevo aparecieron agentes armados de la “Policía Vial” entre la línea del territorio municipal juarense y los recintos federales aduanales del puente ‘Libre’ o Córdova-Américas.

Estuvieron en el interior de la Aduana el domingo con overoles blancos y cubrebocas repartiendo folletos y gel contra el coronavirus entre quienes ingresan de El Paso a Ciudad Juárez. Ayer sólo tapabocas y folletos. Uniforme azul marino.

La irregularidad y el abuso son monumentales más allá de la supuesta buena intención frente a la pandemia. Constitucionalmente en Ciudad Juárez el manejo de la “Policía Vial” corresponde a la autoridad municipal; los recintos aduanales a la Federación.

Para el caso municipal, es obvio que Emilio García pasó por encima del jefe de la Policía preventiva juarense, Raúl Ávila; y del propio alcalde, Armando Cabada, quienes por llevar la fiesta en paz con el Gobierno estatal, han preferido guardar sus comentarios. 

Tampoco se entiende en el sentido común que si genuinamente el secretario estatal sufrió un arrebato de acción preventiva contra el virus no lo haya aplicado con policías estatales bajo su mando, y no con agentes viales que operan para la ciudad de Chihuahua y dos o tres municipios del estado más pero no de Juárez.

La conclusión es que recibió la orden de hacer algo para ayudar ante la pandemia pero con los logos del “nuevo amanecer”; obedeció sin refutar la ilegalidad. De ahí para adelante pasar sobre la autoridad municipal ni siquiera fue pensado como obstáculo o impedimento legal y menos político.

Así es la conducta en el régimen corralista. Es masoquista. Con gusto se dan balazos en el pie. Las descargas que sean posibles en cinco años. ¿Su nivel de aprobación de octubre del 2016 a la fecha? Apenas rebasa el dos por ciento.

***

Por fuerza el Congreso del Estado debe sesionar esta semana si se quiere reorientar con eficacia el presupuesto público a la contingencia sanitaria.

El presidente, René Frías, junto con los coordinadores parlamentarios del PAN, Morena y PRI, Fernando Álvarez Monje, Miguel Ángel Colunga y Omar Bazán, principalmente, han buscado los últimos días alternativas para sacar de la parálisis al Legislativo. 

No han llegado a un acuerdo, por ahora, aunque están a punto de alcanzarlo. Y la negociación interna no es el único dique que tienen los diputados, hay que sumarle la aparente inactividad del Ejecutivo ante la pandemia en el renglón específico del gasto. Si antes no se movía menos ahora.

Sesionar de manera virtual –vía videollamada o de forma remota– no es opción todavía. Por ley el Congreso debe reunirse en su recinto y aprobar, en una eventualidad, dicha modalidad de sesión a distancia, que hasta el momento no contempla la legislación.

Habría que reformar primero y de forma urgente la Ley Orgánica del Legislativo para incluir dicha modalidad de sesión y votación, porque aunque la tecnología ahora permita reunir a todos mediante dispositivos electrónicos, no está normada su participación de esa forma. Así que una sesión con dichas características sería ilegal e inválida.

Luego habría que aprobar la reorientación presupuestal necesaria, pero la administración de Javier Corral se ha tardado en dar luz sobre el ajuste requerido. 

Tanto el mandatario como sus secretarios han hablado de cancelar inversiones, han expuesto infinidad de medidas restrictivas, hasta se ha anunciado un nuevo e inaplicable –como los anteriores– plan de austeridad. Pero no han delineado aún las medidas propositivas, que implican la reorientación y el ejercicio del gasto público.

El tiempo apremia y en el Legislativo lo saben. Esperan que lo entiendan también en el Ejecutivo.

***

El dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, con el aval de la Comisión Nacional de Honor y Justicia, lanzó por fin la noche del lunes la convocatoria para la renovación de los cuadros directivos de todo el país.

Para acatar las resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se abrió de esta forma la contienda. Pero debido a la contingencia sanitaria se pateó el proceso hasta el mes de junio y los primeros días de julio. Pretexto perfecto no le faltó.

En el caso de Chihuahua habrá asambleas distritales el 30 de mayo, sólo para elegir delegados a una asamblea estatal el 13 de junio. Será el mismo procedimiento que ya se conoce, entre 90 consejeros deberán definir quién releva a Martín Chaparro en la dirigencia.

En el plano nacional será tal como lo ordenó la autoridad electoral: una encuesta entre el 29 de junio y el 1 de julio, para elegir presidente y secretario general. Deberán asumir el 5 de julio ante el Consejo Nacional, también convocado en esa fecha.

Como puede verse el proceso estatal no cambia. Básicamente será una reedición de lo sucedido entre octubre y noviembre del año pasado. La novedad es la introducción del método de encuesta para la dirigencia nacional.

La otra novedad escondida en la convocatoria podría descarrilar a muchas almas nobles que buscan la dirigencia partidista. Obliga a aceptar los cargos directivos de forma irrenunciable por tres años, de manera tal que no puedan dejar la silla para buscar candidaturas en 2021. A ver cuántos siguen siendo aspirantes genuinos que no quieran la dirigencia de trampolín.

Notas de Interés

close
search