Opinión

El futuro de nuestros bolsillos

Nada hay más impredecible e incierto que la economía, hablando por supuesto de lo que entendemos por la macroeconomía de un país

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 22 septiembre 2019 | 06:00

Nada hay más impredecible e incierto que la economía, hablando por supuesto de lo que entendemos por la macroeconomía de un país, de un estado o de una ciudad, con todo y los elementos, índices y herramientas que permiten medir el comportamiento en lo que a generación de riqueza se refiere, y la forma en la que esta se distribuye.

La ciencia económica, contrario a lo que algunos pudieran pensar, en realidad no tiene mucho que ver con las matemáticas y con sus simples postulados “pitagóricos”, si me permite el término es en realidad sí, una ciencia y como tal exacta, pero cuyas variables se inscriben más bien en el ámbito de las ciencias sociales, por las implicaciones y orígenes de sus principales axiomas o máximas pero también por el ámbito de las consecuencias de los fenómenos económicos.

Si a usted le parece que los sucesos económicos son lejanos y que nada le interesa saber de ellos, por incomprensibles y complejos, permítame decirle algo: sus vacaciones del próximo año, la fiesta especial de aniversario o cumpleaños, el cambio de auto o simplemente sus carnes asadas de fin de semana, pudieran estar en grave riesgo según se comporte la economía de nuestro país, y quizá para usted pase desapercibido lo que hoy ocurre en materia de economía nacional, pero cuando estos efetos se materialicen en sus bolsillo, el año que entra, deseará haber comprendido bien a bien lo que está ocurriendo. Y mucho de ese comportamiento está influido en gran medida por la política económica del Gobierno de la República diseñada para tal efecto.

El pasado domingo 8 de septiembre el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, entregó al Congreso de la Unión el Paquete Económico 2020, entre cuyas prioridades destacan, según el mismo funcionario, el bienestar social, la seguridad y el rescate del sector energético. Y en ese documento están plasmados los objetivos del Gobierno federal en materia económica para el próximo año y, por lo tanto, las reales posibilidades de que a usted y a mí nos vaya mejor, o todo lo contrario.

Pero ¿qué es eso del Paquete Económico 2020? Bueno, en realidad se trata de varios documentos, por eso se le denomina “paquete”, y a saber consta de cuatro grandes ejes: los Criterios Generales de política económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto como tal, y la Miscelánea fiscal para atender la política tributaria; Herramientas para recaudar mejor, como sancionar a las empresas fantasma y la facturación falsa, así como la reforma constitucional para evitar las condonaciones de impuestos. Veamos las principales cifras que componen este documento.

Con un gasto de 6.1 billones de pesos para 2020 el Gobierno federal proyecta un incremento del 4 por ciento respecto del 2019. Se prevé un endeudamiento público por 500 mil millones de pesos que significa 44 mil millones más que en este año, es decir, un aumento del ocho por ciento. Se planea reducir en 40 por ciento el gasto en Comunicación Social. Los subsidios, pensiones y jubilaciones se reducen en 107 mil millones de pesos.

En el documento se contempla una inflación anualizada del 3.0 por ciento. Se proyecta un tipo de cambio nominal de 20 pesos por dólar, así como una tasa de interés nominal promedio de Cetes a 28 días de 7.4 por ciento. Se estima en el documento una producción de mil 951 de barriles de petróleo diarios, a un precio de 49 dólares por barril y, finalmente, se proyecta un crecimiento del PIB entre el 1.5 y 2.5 por ciento. Esas son las principales cifras que están asentadas en el documento entregado por la SHCP al Congreso de la Unión.

Vistos así de esta manera esos números quizá no nos digan mucho, o para algunos nada, pero en realidad se trata del futuro económico del país en el plazo mediato, y con un poco de más malicia, se trata de la “siembra” para lo que puede venir en los próximo 20 ó 30 años.

Algunos analistas económicos, incluso internacionales, han señalado que desde la óptica eminentemente técnica y de la ciencia económica, el documento presentado cumple cabalmente con los lineamientos generales y básicos de la doctrina económica, incluso con cierto toque neoliberal han señalado algunos, es decir, no se aprecia un cambio significativo en esa materia, no al menos para lo que se esperaría de un gobierno de izquierda en nuestro país, lo cual desde luego ha enviado señales positivas al resto del mundo.

De hecho, el documento presentado al Congreso de la Unión inicia con una muy amplia y detallada contextualización del entorno económico mundial, y de como el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha desestimado crecimientos importantes o significativos para la economía mundial, incluso reconociendo una desaceleración económica marcada en nuestro país. Resultaría poco creíble un gobierno de izquierda utilizando como aval a su favor las declaraciones y posturas del Fondo Monetario Internacional, un organismo internacional sistemática y recurrentemente descalificado por regímenes socialistas o comunistas.

¿Es malo o bueno, pues, el Paquete Económico 2020? Difícilmente se podría concluir que es malo o que es bueno, porque al decir de especialistas en estos temas contiene medidas y acciones positivas, otras no tanto, pero también algunas francamente negativas. Veamos.

¿Qué es lo bueno del Paquete Económico 2020? Está basado en responsabilidad y disciplina fiscal, consolida la política de austeridad lo cual siempre será algo positivo en cualquier presupuesto de gasto de un gobierno, prevé un crecimiento total del presupuesto de casi uno por ciento en términos reales, disminuye el costo de deuda en términos reales un 1.2 por ciento, los ingresos aumentan en términos reales, la meta de inflación acorde con expectativa del tres por ciento al igual que el tipo de cambio en 19.9 pesos por dólar, y una meta de endeudamiento en 2.6 por ciento del PIB. Además, ya contempla la caída por menores ingresos petroleros. Puntos buenos.

¿Qué es lo malo? Contiene expectativas elevadas en algunos rubros: el rango de crecimiento pronosticado por el sector privado oscila entre un uno y 1.5 por ciento, o menos, sin embargo, se estimó en 1.5 por ciento a 2.5 por ciento, lo cual resulta una cifra difícil de alcanzar; también parece poco probable que Pemex alcance una meta de producción cercana a dos mil millones de barriles diarios. Además, el precio del petróleo en 49 dólares por barril, cuando las previsiones internacionales lo ubican en precios inferiores; se castiga el ahorro y aumenta tasa de retención de intereses de 1.04 por ciento a 1.45 por ciento lo cual puede provocar el retiro de ahorradores del sistema bancario, con todo lo que eso implica; parece desbordado el optimismo en recaudación tributaria que refleja el documento, al menos por experiencias previas; se genera una contradicción al decir que es un presupuesto social, pero como parte fundamental del presupuesto se destinan recursos para el rescate de Pemex.

Aunado a lo anterior, y aunque no es propiamente un elemento del Paquete Económico 2020, la reforma a varias leyes y códigos recientemente aprobada en el Senado de la República, que convierte en delincuencia organizada algunos delitos relacionados a la evasión fiscal, puede representar un alto riesgo de incertidumbre para los inversionistas y empresarios lo que, eventualmente, podría significar el cierre de miles de empresas, principalmente pequeñas y medianas, con todo lo que eso implica.

Todo lo anterior puede significar que en 2020 usted tenga mejores oportunidades de vida, mayor bienestar económico y, por ende, mejor calidad de vida, que pueda tomar esas ansiadas vacaciones o festejar la quinceañera planeada, si las cosas salen tal y cual y se planearon en el documento multimencionado. Pero si, por el contrario, uno solo de los supuestos planteados en el plan económico del Gobierno federal, uno solo, sería suficiente para que todos los demás se movieran alterando todo y entonces, además de los índices de la macroeconomía mexicana, sería su bolsillo el que resentiría de inmediato las consecuencias.

Por esa razón tan simple, los juarenses y ningún mexicano, podemos querer o desear que le vaya mal al presidente López Obrador con su plan económico para 2020, por supuesto que no, porque todos vamos en el mismo barco y si naufraga, nos hundimos todos con él, pero hay un enorme trecho entre lo deseable y lo alcanzable. Aún falta que el Paquete Económico 2020 sea discutido y aprobado en el Congreso de la Unión. Ojalá que nuestros legisladores, del partido o corriente política que sean, hagan su trabajo representando al pueblo y lo revisen a detalle y mejoren lo mejorable y le agreguen lo que haga falta. Ojalá.

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