Opinión

Drogas, violencia y prevención

El consumo de drogas ilegales es motivo de atención a nivel mundial

Sergio Pacheco González
Analista

martes, 21 mayo 2019 | 06:00

El consumo de drogas ilegales es motivo de atención a nivel mundial. Su producción, sea de origen natural, como la mariguana, la cocaína y la heroína, o de diseño, también conocidas como sintéticas, entre ellas las anfetaminas como el éxtasis y el éxtasis líquido, así como su distribución y consumo, generan una ingente cantidad de recursos económicos, los que constituyen el principal motivo de conflicto entre los grupos organizados que se disputan el mercado.

Los homicidios y femicidios, es decir la muerte violenta de mujeres no motivada por razones de género, vinculados a las confrontaciones entre los denominados cárteles, configuran el escenario de mayor impacto en la ciudadanía. Su difusión a través de los medios masivos de información, si bien abona a la percepción de inseguridad, se convalidan o ponen en cuestionamiento, a partir de las experiencias que hombres y mujeres de todas las edades han vivido en la vía pública, el fraccionamiento o colonia, el taller mecánico, restaurante, peluquería o plaza comercial, espacios en que se materializan estos hechos.

Son 12 años ya, que la violencia homicida se ha enseñoreado en el país y en particular en nuestro municipio. De hecho, después del terrible 2010, con casi tres mil personas victimadas, se produjo un período de disminución, que tuvo su mejor registro en 2015, con 88.5 por ciento menos pérdidas de vida con respecto a 2010. A partir de ese año, se manifiesta una nueva tendencia al alza, la que alcanzó en 2018 el punto más alto hasta ahora, representando casi 40 por ciento de los decesos de 2010 y 72 por ciento de los acaecidos en 2008, de acuerdo con los datos de la Infografía Homicidios y Femicidios 2008-2018, del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadanas del Municipio de Juárez, con base en su registro hemerográfico.

Ahora bien, si se considera que no existe producción sin consumo, ni consumo sin producción, entonces resulta necesario preguntarse por otro escenario, que representa un drama distinto, más no por ello menos importante. Aquí se hace referencia a quienes son adictos a alguna droga de las indicadas, es decir de las ilegales. Reflexionar sobre ellos y ellas, hombres y mujeres que dependen para realizar sus actividades cotidianas de fumar, inhalar, tomar o inyectarse alguna sustancia, sitúa la discusión en otro ámbito, el de la salud y no en el de la violencia, sea esta legítima o no.

Por ejemplo, a nivel mundial, señala el Informe Mundial de Drogas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), “las muertes causadas directamente por el uso de sustancias aumentaron en un 60 por ciento entre 2000 y 2015. Las personas mayores de 50 años representaron el 27 por ciento de estos decesos en el año 2000, pero esta cifra aumentó al 39 por ciento en 2015. Alrededor de las tres cuartas partes de las muertes asociadas a trastornos por consumo de drogas entre los mayores de 50 años se encuentran en usuarios de opioides”.

En los Estados Unidos de América, de acuerdo con su Centro Nacional de Estadísticas de Salud, en 2016 se produjeron 63 mil 632 muertes por sobredosis, las que se incrementaron a 72 mil en 2017 (https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/justicia/drogas-fentanilo-epidemia-de-muertes-sobredosis-mexico-3060998.html).

En México, indica Centros de Integración Juvenil, A.C. (CIJ), en promedio el inicio del consumo de drogas se presenta en el rango de edad de 18 a 25 años, que con relación a las anfetaminas, al menos una persona de cada 100 las ha consumido alguna vez en su vida, mientras que la proporción de estudiantes que la consumen se incrementa de secundaria a bachillerato, pasando de dos a tres por cada cien, respectivamente (Lo que hay que saber sobre drogas, 2018).

Si se observan algunos datos a nivel local, se puede comprender la importancia de superar el enfoque que identifica en cada persona que consume drogas, un presunto delincuente, y por tanto privilegia la represión y la sanción, por una perspectiva que lo asume como un problema de salud pública, que puede ser prevenido y por tanto evitar males mayores, tanto para las personas en lo individual, como para sus familias y el todo social.

Así, en CIJ, mientras que la Unidad Operativa Cd. Juárez Nte. atendió mil 904 pacientes por consumo de diversas drogas y realizó prevención con otras 86 mil 11, la Unidad de Tratamiento para Usuarios de Heroína llevó acabo mil 988 acciones y atendió 397 pacientes, como dieron a conocer en su Informe Anual de Actividades 2018.  

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