Opinión

Drogas legales, ilegales y salud pública

Las drogas, que como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), son aquellas sustancias que al ser introducidas...

Sergio Pacheco González
Analista

martes, 08 octubre 2019 | 06:00

Las drogas, que como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), son aquellas sustancias que al ser introducidas al organismo pueden modificar alguna o varias de sus funciones, son objeto de atención por autoridades gubernamentales de los tres niveles de Gobierno, por organismos privados y sociales, así como por la ciudadanía en general, por diversas razones y con diversos propósitos.

En la vox pópuli, aquélla a la que se le atribuye que de lo que habla es porque se le conoce y se da por sabido para todas y todos, el concepto droga está asociado a aquellas sustancias, de origen natural o resultado de procesos químicos, que comparten entre otras características ser ilegales y tener la capacidad de alterar el estado de conciencia de quienes las introducen por cualquier medio a su cuerpo.

La Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) considera que “desde la perspectiva médica y científica” tipifican como drogas, aquellas sustancias que, “introducidas en un organismo vivo, son capaces de alterar una o varias de las funciones psíquicas de éste; inducen a las personas que las toman a repetir su auto-administración, por el placer que generan; y no tienen ninguna indicación médica y, si la tienen, pueden utilizarse con fines no terapéuticos” (http://www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/nueva_vida/prevad_cap1.pdf).

Esta descripción de Conadic no es muy distinta de la que hemos referido como propia de la vox pópuli. Mas no es la más apropiada, a pesar de apelar a criterios de autoridad como son la “médica y científica”. En cambio, es posible distinguir, en principio, desde un punto de vista normativo, entre drogas legales y drogas ilegales.

En el primer grupo se encuentran el alcohol y el tabaco, así como los medicamentos, sean estos genéricos o de patente. En el segundo, se encuentran las estimulantes: cocaína, anfetaminas, metanfetaminas y éxtasis; así como las depresoras: mariguana, opio, heroína y disolventes.

Sustancias socialmente aceptadas, como el alcohol y el tabaco, son causantes de miles de muertes en todo el mundo. Por ejemplo, entre las diez principales causas de muerte en México, con datos de 2017, se encuentran enfermedades del corazón (1), enfermedades del hígado (4) y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) (8), algunas de las cuales están asociadas al consumo de tabaco y alcohol. En el estado de Chihuahua, las mismas causas de muerte ocupan los lugares 1, 7 y 9.

Se reconoce que la principal causa de una de las dos modalidades de EPOC es el tabaquismo. Por otra parte, el consumo de alcohol se asocia a diversos daños a la salud, entre ellos los que se ocasionan a personas que no lo han ingerido, como sucede en incidentes viales o en actos de violencia.

El hecho de que el tabaco y el alcohol sean drogas socialmente aceptadas parece minimizar sus efectos nocivos. Al respecto, uno de los hallazgos que registra el Informe sobre consumo de drogas en las Américas 2019, indica: “En los países donde la prevalencia del último mes de consumo de alcohol es superior al 40% entre los estudiantes de enseñanza secundaria, el uso entre hombres y mujeres es casi igual. El cierre de la brecha de género en el consumo de alcohol, una tendencia observada durante muchos años, apunta a modificaciones en las normas sociales que ya están comenzando a reflejarse en cambios similares en el uso de otras sustancias psicoactivas en los países.”

Así lo documenta también la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 (Conadic, 2017), que entre sus resultados destaca que si bien los hombres siguen teniendo un mayor consumo de drogas, el incremento entre 2011 y 2016 es en proporción mayor en las mujeres: con relación a la mariguana, de 1.6 a 3.7 por ciento; en drogas ilegales, de 2.3 a 4.3 por ciento; en drogas en general de 3 a 4.8 por ciento.

Otra de las caras del consumo de drogas ilegales se relaciona con la comisión de delitos y la violencia. De los primeros, se identifica su producción, distribución y venta. De la segunda, los homicidios dolosos: 23 mil 63 en el país, mil 731 en Chihuahua y 858 en Juárez (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, enero a agosto de 2019). No podemos identificar cuántos homicidios son resultado del narcotráfico, mas reconocer que se está ante un problema de salud pública es un avance.

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