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Opinión

OPINIÓN

Dos adversarios con historias singulares

Acaba de ser completada una historia singular en la vida política de Ciudad Juárez y arranca una nueva etapa electoral hacia el relevo total de las actuales autoridades municipales y estatales

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 07 marzo 2021 | 06:00

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Acaba de ser completada una historia singular en la vida política de Ciudad Juárez y arranca una nueva etapa electoral hacia el relevo total de las actuales autoridades municipales y estatales.

Incluye el kit a diputados locales y federales, estos segundos de interés máximo para el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por el control requerido en la llamada Cámara Baja del Congreso de la Unión.

Justo en la víspera de Navidad, el 5 de diciembre pasado, Cruz Pérez Cuéllar tuvo un inesperado encuentro en la Ciudad de México con el gobernador, Javier Corral Jurado.

El “chingas a tu madre” es una expresión que busca ser categóricamente ofensiva, producto de un coraje acumulado o espontáneo que estalla en el momento más incierto asumiendo las consecuencias inmediatas, el enfrentamiento físico. Las trompadas in situ.

Es una frase de uso común en el norte del país, particularísimamente en Chihuahua y Juárez. No es estética. Es una espada grotesca pero filosa como navaja de afeitar.

Y no es racista ni discrimina entre clases sociales. Antes de una trifulca se escuchan esas tronantes palabras que prenden casi a cualquiera. Han derivado en pleitos entre sillas y mesas lo mismo de La Garufa, que en El Ardeo, o el último en Los Arcos, lugares frecuentados por la clase media y muy alta; igual ocurre en los humildes mercados de Anapra, Las Torres y por excelencia en el Centro Histórico. Por fortuna, hasta donde sabemos, todo queda en moquetes y hematomas.

Esa frase fue aplicada en su cara por Pérez Cuéllar al gobernador cuando se encontraron la tarde del día mencionado en el lobby del hotel Barceló.

Corral no había reparado en la presencia del senador y quiso saludar a su esposa, pero cuando reparó en ello, solo exclamó ¡ahhh! Cruz lo miró al rostro anonadado y le descargó el fusil verbal. El gobernador no intentó siquiera la defensa, salió corriendo hacia los elevadores acompañado de un joven que le siguió con la misma prisa aunque en extraños pasos cortos.

En enero del 2020, Corral Jurado fue anfitrión de AMLO en su casa de Juárez. Presumió en redes unos panes llamados rayadas (¡el karma!) y frijoles de la olla, pero no la sutil grilla que expuso al presidente contra el senador, también su compadre de pila bautismal.

Boicoteó así y de mil formas más el intento cuellarista por obtener la postulación a gobernador por Morena que fue definida el 20 de diciembre en favor de Juan Carlos Loera.

Antes fue artífice de su salida del PAN tras pelear por la dirección estatal de ese partido y más anteriormente le arrebató “en la mesa” una senaduría por la que pelearon en 2012.

Así y otra retahíla de combates menores llegó el jueves 4 de marzo. El gobernador continuó el sabotaje por todos los medios posibles, a oscuras, pero Cuéllar fue presentado ese día como candidato de Morena a la alcaldía por esta frontera.

Es uno de los dos, quizá tres, con mayores posibilidades de convertirse en presidente municipal de Juárez... si logra llegar con los huesos políticos sanos hasta el primer domingo de junio, día de la elección, porque no se espera que disminuya la presión en contra. De ahí el desahogo lapidario, brutalmente seco, del cinco de diciembre.

Por fortuna para él, Corral ha desembocado al final de su quinquenio como uno de los peores mandatarios en la historia de Chihuahua y de los peores entres los 32 gobernadores del país; bajó como el peor en febrero.

Con semejante escualidez solo si baja un milímetro Cruz la guardia será de nuevo atacado en ese objetivo, convertirse en alcalde de Juárez.

***

Javier González Mocken, o superMocken, fue alcalde suplente de Juárez por muy poco tiempo bajo las siglas del PRI. Salió de ahí con la carga de una derrota histórica para el tricolor que francamente no debe ser facturada a él, sino a quienes tomaron las locas decisiones electorales correspondientes del 2016.

Así como Fernando de Magallanes sufrió lo indecible para arribar al nuevo mundo desde los puertos de España y dar la vuelta a la tierra sin saber inicialmente que lo había logrado, Mocken desembocó inesperadamente en el PAN tras un paso igualmente tortuoso por Morena. Excesiva la comparación pero atractiva.

El hoy abanderado por el blanquiazul se quedó a nada en el 2018 de ser el presidente municipal de Juárez bajo las siglas partidarias de la Cuarta Te. Fue más que evidente el boicot interno sufrido a lo largo de la campaña y todavía más en los tribunales electorales donde realmente fue decidido el resultado.

Veamos: Mocken obtuvo 177 mil votos; Cabada 178 mil (por decir que la diferencia fue mínima), AMLO 300 mil y Cruz por la senaduría 257 mil. ¿Por qué tantísima diferencia entre AMLO y Mocken tratándose del mismo partido? El misterio de las catacumbas con hipótesis obvia.

A diferencia de Pérez Cuéllar, el hoy candidato panista debe haber lanzado muchas recordadas del 10 de mayo, pero solo al interior de su ronco pecho. Formado en la cátedra universitaria de UACJ y un poquito en el manual de Carreño, enfrenta serias dificultades para expulsar disparates aunque en corto no se los guarda, pero muy en corto.

Pasó el 2018, el 2019, el 2020. González Mocken siguió pacientemente en Morena con los mismos ejércitos electorales que hicieron sudar en la reelección Armando Cabada.

Llegó el 2021 y el excandidato guinda a la alcaldía del 2018 pasó de recibir promesas a las groserías de ser plantado por horas en antesalas de la dirección estatal de su ahora expartido, en la delegación del mismo en Chihuahua; también en la dirigencia nacional, igual en algunas áreas de Gobernación encargadas de los “vínculos” para esos menesteres.

Ahora nunca se sabrá cuál sería el destino que Morena tenía preparado para Mocken en 2021. Pudo ser la misma candidatura a la alcaldía, pero nadie se lo garantizó, alguna diputación, regiduría. No se sabe. Queda en incógnita ya sin importancia.

Huyó a la posibilidad de ser citado para una reunión donde la dirigencia daría a conocer el resultado de una encuesta y que le salieran con que a chuchita la bolsearon. Rechazó el eventual nuevo trago amargo. Experimentó en la carne ajena de quienes contendieron por la candidatura a gobernador y terminaron en incontrolable rechinar de dientes.

Su enojo por el maltrato y la indefinición fueron convertidos en decisiones categóricas. Se dejó querer por diversas firmas partidarias y terminó cobijado por un maltrecho PAN juarense que solo podrá ser competitivo con esa fuerza mockenista y los batallones de Maru Campos que han cruzado Samalayuca y se aprestan a enfrentar al muy poderoso equipo de Juan Carlos Loera que poco a poco va cayendo en la cuenta que se aproxima una auténtica guerra, no un día de campo.

Cruz y Mocken iniciarán las hostilidades entre ellos en unos días más. Atravesaron el pantano hacia sus respectivas nominaciones pero ahora toca el nuevo y mayor reto llamado alcaldía, al cual no irán solos; también está anotado el muy experimentado Rodolfo “El Güero” Martínez, quien trae experiencia, colmillo retorcido, y sólidas figuras que fue consiguiendo en su paso por equipos muy influyentes como el de “Teto” Murguía y ahora el de Armando Cabada.

Parece que los tres vienen de un deslinde (de Pérez Cuéllar no hay duda) que es fundamental para Juárez, para la ciudad y sus habitantes, el del gobernador, Javier Corral, que por sus propias pistolas decidió destrozar la ciudad, acabar con la fluidez de su tráfico vial y construir de último momento obras que si bien son importantes unas o pueden ser importantes otras en el futuro (no lo sabemos todavía), no eran de forma alguna prioritarias frente a las condiciones de pandemia, de grave crisis económica para cientos de miles de juarenses, de inseguridad; de rezago en pavimento, agua potable, etc.

Después de septiembre, o antes cuando inicie el proceso de entrega-recepción tras la elección de junio, será conocido el real interés económico del gobernador atrás de esas obras, el tamaño de la brutal quiebra de las finanzas estatales y sus beneficiarios, etc.; por lo pronto, debe ser garantizado que ni el nuevo alcalde ni el nuevo gobernador, o gobernadora, solapen esas innegables tropelías.

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