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Opinión

Discurso de odio y polarización

En 1995, el argentino Andrés Fassi, directivo del club de futbol Pachuca, trajo las barras bravas a México, para crear la barra Ultra Tuza

Baldemar Méndez Antonio
Analista

sábado, 25 junio 2022 | 06:00

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Ciudad de México.- En 1995, el argentino Andrés Fassi, directivo del club de futbol Pachuca, trajo las barras bravas a México, para crear la barra Ultra Tuza. En breve, todos los equipos de futbol de la primera división tenían sus propias barras bravas, concepto cercano a pandillas en el futbol argentino. Y eso son, pandillas violentas, pagadas por los directivos de los equipos como grupos de animación que sustituyeron a las porras. 

Lo anterior significó un parteaguas en la violencia en las gradas de los estadios de futbol; lo que antes era un lugar de reunión familiar con camisetas de sus equipos favoritos, sin importar que fueran contrarios, se convirtió, con las barras bravas, en violencia radicalizada. 

En el medio político-electoral en México, sucedió algo similar. Antes de las elecciones del 2006 las discusiones políticas eran triviales, sin trascendencia.  Después de la campaña de odio y de la guerra sucia desatada por el PAN en contra del candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2006, el país se polarizó, se dividió. Esta campaña de odio fue el parteaguas que detonó esta polarización. Sin embargo, una vez pasada la elección, sin pudor y sin vergüenza, el PAN culpó a AMLO de la campaña sucia y de odio, de la polarización del país.

Es práctica común de la derecha, del PAN y ahora del PRI y del PRD, endilgar a otros, sus adversarios, sus actividades ilícitas, sus fechorías. Acusan al presidente AMLO de dividir al país, ¡no!, el país lo dividió, lo polarizó Calderón y los medios e intelectuales orgánicos se sumaron a esta campaña: López Obrador es un peligro para México. 

Somos lo que hacemos decía José Martí, así que quien roba es ladrón, quien saquea es saqueador, quien gobierna con el narco, como Calderón y García Luna, es un narcogobierno. Otro gobernante panista, Francisco Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, es investigado en México y Estados Unidos por lavado de dinero y contubernio con el crimen organizado. Más, Hugo Amed Schultz Alcázar, expresidente municipal panista de Chínipas, en la sierra de Chihuahua, y funcionario del gobernador panista Javier Corral, confesó su participación en el asesinato de la periodista Miroslava Breach, por escribir sobre el crimen organizado en Chínipas. Sin embargo, el PAN y sus aliados de derecha, han desatado una campaña en medios ligando al actual Gobierno federal con el narco. Ahora resulta que la disoluta soy yo, reza el viejo chiste. 

Así, los amigos de García Luna, relacionados con el narco, cínicamente señalan como narcos a sus enemigos electorales, el presidente y Morena, de forma orquestada, sin aportar una sola prueba, con el fin de invertir las tendencias electorales hacia el 2024. Los medios una vez más son cómplices, como Carmen Aristegui, quien revivió a Francisco Labastida, ligado al narco cuando gobernó Sinaloa, para sumarse a esta campaña difamatoria de los medios. No es inocencia de Aristegui, su principal característica, antes de 2018, era dar siempre las dos versiones de la historia. Ha cambiado, ahora sólo impone la narrativa de la derecha, la de los adversarios políticos del presidente AMLO. 

Fiel a esta práctica, Claudio X González, dueño de Kimberly Clark, empresa que tala árboles para fabricar sus productos, financia a grupos en contra del tren maya “para proteger el ecosistema maya”. Este mismo empresario, que se coludió con otros del ramo para encarecer los pañales para bebés, formó la asociación civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. ¡Alucinante! 

Quienes robaron la Presidencia de México dos veces, una en 1988 y otra en 2006, acusan al presidente AMLO de atentar contra la democracia. Como en los años 70, la policía panista reprimió a manifestantes, en Irapuato el mes pasado y en Querétaro este mes, ésos que acusan al presidente AMLO de querer volver al pasado. 

Cuando el presidente de la República informa en las mañaneras sobre la corrupción en los gobiernos priistas y panistas lo acusan de que sólo habla del pasado pretendiendo convertirnos en avestruces. Para ellos, el delito no es saquear, es informar del saqueo. El absurdo se acrecienta cuando parte de la población repite esta misma narrativa. Es de agradecer que informe, así nos enteramos del saqueo rapaz cuando gobernaron nuestro país; lo que nos espera si regresan a gobernar el país.

Nuevamente, hablar en las mañaneras de los dos proyectos de nación que están en juego, no es dividir al país, éste se dividió, lo polarizaron los panistas, en 2006. Este argumento falaz busca impedir que se hable de estos dos proyectos, pues los desnuda ante la población. 

El odio y la difamación sí es un factor que divide; sus bots, sus campañas y discursos cargados de odio, en vez de argumentos o diálogo, buscan destruir al contrario, igual que en el 2006. Esto es lo que ofrecen para recuperar el poder, saqueo, odio, corrupción, mezquindad, difamación, narcogobierno y trucar la realidad endosando a otros, incluyendo a la población, sus muertos.  

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