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Opinión

Diplomacia a ronco pecho

El oportunismo del presidente Andrés Manuel López Obrador rindió frutos importantes

Raymundo Riva Palacio
Periodista

miércoles, 18 mayo 2022 | 06:00

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Ciudad de México.- El oportunismo del presidente Andrés Manuel López Obrador rindió frutos importantes. Bueno, cuando menos en el corto plazo, al defender a tres dictaduras y decir que si no las invitan a participar en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles dentro de tres semanas, no asistirá. López Obrador se montó en las gestiones diplomáticas que realizaban una decena de gobiernos latinoamericanos desde diciembre pasado para que los convocaran, las hizo suyas, lo tomó como misión ideológica y lo publicitó. La diplomacia a ronco pecho en la mañanera tuvo su efecto. Al socializarse las resistencias en el subcontinente, metió al presidente Joe Biden en un brete.

El condicionamiento de López Obrador lo puso en contradicción abierta con el gobierno de Biden, que no parece haber esperado una amenaza de boicot como la que le hicieron desde Palacio Nacional hace una semana. López Obrador no debe decirse sorprendido de lo que estaba haciendo Estados Unidos, a menos que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, lo mantuviera en la oscuridad sobre lo que estaba planteando, y que fue delineado por el secretario de Estado, Antony Blinken, en un discurso el pasado 3 de mayo en la 52 Conferencia Anual de las Américas, del influyente Consejo de las Américas de Nueva York, donde afirmó:

“Debemos evitar caer en bloques de izquierda o derecha, liberales o conservadores, y enfocarnos en lugar de ello a ver qué es lo que nos une a las democracias. Esto significa reconocer nuestros intereses comunes en fortalecer los pilares de nuestras sociedades libres y abiertas, como el respeto al estado de Derecho, a los derechos humanos, a una prensa independiente y vibrante”.

Blinken agregó que necesitaban un manejo compartido hacia las autocracias de la región, que incluía el apoyo de aquellos grupos que dentro de esas naciones, luchan por la libertad. Su postura, que es la de Biden, no podía estar más en las antípodas de López Obrador, que ha callado ante la represión de la disidencia en Cuba -incluso estos días cuando endureció sus medidas autoritarias-, ni dijo nada de la persecución de sus opositores en la campaña presidencial y las elecciones fraudulentas que llevaron a la reelección a Daniel Ortega en Guatemala. Tampoco reconoció nunca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, y mantuvo el respaldo a Nicolás Maduro.

El choque frontal de López Obrador con Biden es más fuerte de lo que se ve. Haber recurrido a la diplomacia del grito y el trompón mañanero cerró los espacios de maniobra de Biden, cuyo secretario de Estado ha resultado bastante ineficiente en el manejo de las relaciones con América Latina.

La postura de López Obrador galvanizó el descontento, al haber sido formulada tras un viaje a La Habana, como si hubiera sido el mensajero del presidente cubano Miguel Díaz-Canel. No fue así, pero lo pareció. Los aliados de Cuba en la región se sumaron a López Obrador, que aprovechó la debilidad de Biden y su vulnerabilidad política, reflejada en la aprobación del 43.4% de los estadounidenses, cinco décimas debajo de Donald Trump, que quiere ser una vez mas presidente en 2024. Está lejos el inquilino de Palacio Nacional de ser una figura determinante en el proceso electoral estadounidense, pero no así en las consecuencias que ello pueda acarrear en el largo plazo.

El condicionamiento de López Obrador a su participación en la Cumbre beneficia políticamente a Trump, cualquiera que sea el desenlace. Si su silla es ocupada por Ebrard, habrá sido un descolón de su socio comercial y su aliado en contener la migración. Si finalmente asiste, habrá sido luego de concesiones de Biden a esas tres naciones, de las cuales sólo Cuba estaría en condiciones objetivas de asistir. Maduro no podría viajar porque hay un proceso activo en su contra y no querrá arriesgarse a que lo detengan. Ortega no se encuentra en esa situación extrema, pero el gobierno estadounidense ha congelado activos de su familia, a la que ha acusado de lavar dinero.

Por lo pronto, en el corto plazo, el oportunismo del presidente mexicano ha resultado exitoso y si se llegara a cambiar la convocatoria, podrá reclamar para sí una victoria al haber logrado que Biden se comiera sus palabras y rectificara la invitaciones. 

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

 

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