Opinión

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Debieron sacar a escondidas el cuerpo del jefe

La Fiscalía General del Estado sigue cual perol hirviente. Sólo dos o tres funcionarios supieron cómo y por qué puerta fue sacado el cuerpo de Óscar García Díaz para ser entregado a su familia

LA COLUMNA
de El Diario

sábado, 15 junio 2019 | 06:00

• Debieron sacar a escondidas el cuerpo del jefe

• A Tonatiuh Guillén le puede seguir doña Olga

• AMLO en Cuauhtémoc hoy está de morbo

• Puso de malas a Corral el manejo de redes

La Fiscalía General del Estado sigue cual perol hirviente. Sólo dos o tres funcionarios supieron cómo y por qué puerta fue sacado el cuerpo de Óscar García Díaz para ser entregado a su familia. Como táctica de distracción, unos dijeron que fue trasladado a la Ciudad de México; otros, que fue llevado a San Luis Potosí.

García fue ejecutado en calles de la ciudad de Chihuahua casi al mediodía del 3 de junio. Era ampliamente conocido al interior de la Fiscalía e inclusive del mundo policiaco estatal y nacional. Tripulaba, solo, un auto Yaris rojo de modelo reciente.

Evidentemente su paso por la institución del Estado era tan temporal como la permanencia ahí de su jefe, el fiscal general César Peniche. Ambos de “origen” federal, pertenecientes al Sistema Nacional de Seguridad Pública, al que igualmente pertenece el comisionado estatal de la Policía, Óscar Aparicio Avendaño.

Aparicio pertenece a la Policía Federal, o lo que queda de ella con el cambio de esquema ordenado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. García y varios más provienen de la ahora Fiscalía General de la República (antes PGR). Su equipo controló la delegación de esta institución durante casi una década.

Recientemente García fue nombrado coordinador de Proyectos Especiales de la Fiscalía estatal. Lo mismo participaba en operativos “contra” el robo de gasolina, que espiaba e investigaba a mandos de la propia corporación estatal.

No le perseguía buena fama al exfuncionario policiaco. Aunque el fiscal Peniche informó que las investigaciones sobre su ejecución incluyen el interior de la institución, desde hace tiempo García era investigado por extorsión contra empresarios.

Ayer policías ministeriales y de la Comisión de Seguridad Pública lanzaron al gobernador Javier Corral una amenaza de paro en los próximos días si el estado de cosas en su contra sigue igual: salarios bajos, bonos... y “marranadas” de sus mandos. Se refieren con rudeza al mandatario estatal.

Es irrefutable que Corral Jurado ha dejado a la deriva a la institución bajo su mando. El fiscal Peniche tiene al enemigo en casa cuando de presupuesto para la institución se trata, lo cual le ha restado autoridad en la Fiscalía y ha generado parte de la ebullición actual.

El asesinato de García ha ocurrido en medio de ese estruendo. Su cuerpo fue literalmente sustraído a oscuras y sacado de Chihuahua sin una sola palabra del gobernador por el deceso, ni un solo boletín de los que arma su área de Comunicación Social. Nada.

Más que en otras dependencias del Gobierno estatal, en la Fiscalía se nota ostensiblemente que la administración corralista ha empezado vertiginosamente el principio del fin, con todo y consecuencias para los policías estatales y para la seguridad de los chihuahuenses.

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Hace apenas cuatro días advertimos en La Columna sobre la renuncia de Tonatiuh Guillén López a la dirección federal del Instituto Nacional de Migración: “Tonatiuh y Padilla cerca de la puerta de salida”, titulamos el 11 de junio.

Ayer la dimisión tuvo carácter de oficial en un lacónico tuit publicado por el ahora excomisionado del INM. Escribimos en aquella entrega: “ha sido severamente amonestado por su menos que raquítico papel desde que inició la crisis migrante”.

Junto con Tonatiuh deberá darse la salida del también doctor en ciencias sociales, Héctor Padilla Delgado, delegado del INM en Juárez, cuyas omisiones, descuidos e importapoquismo en el mismo tema migrante afectaron el desempeño de su gran amigo y exjefe Guillén.

El golpe llega de pasada para el superdelegado federal Juan Carlos Loera de la Rosa. Ambos personajes son tan cercanos a él como una buena cantidad de los nuevos delegados federales en el estado que arrastran ya broncas de ineficacia y nepotismo a puños.

La caída de Tonatiuh se suma a otros dos colaboradores muy cercanos a López Obrador: Germán Martínez en el Seguro Social y Josefa González, despedida de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. 

Otra docena tenemos de separaciones por distintas razones de subsecretarios de distintas áreas, entre las que podemos contar a la juarense Clara Torres.

Y viene al menos otra separación importante, la de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. De no poner AMLO las funciones claras entre ella y Marcelo Ebrard particularmente con los acuerdos migratorios secretos con los Estados Unidos, la exmagistrada será la siguiente fuera del gabinete.

No sería sorpresa que pronto dijera adiós, ha tenido desavenencias fuertes contra varios miembros del equipo presidencial y con el propio López Obrador. Es una mujer de carácter fuerte y ampliamente sabedora cuando sus interlocutores sólo buscan dorar la píldora, como ha ocurrido justo con la crisis migrante.

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Para los fans del morbo, lo carnoso de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador estará en Cuauhtémoc, este día por la mañana en el estadio de béisbol, como parte de la gira por varios municipios que comenzó ayer.

No, no es por los anuncios o compromisos que vaya a mencionar en el discurso, ni por la entrega de apoyos que va a realizar de los Programas Integrales de Bienestar, motivo oficial de su visita.

Es por la agitación política en el municipio que gobierna Carlos Tena, donde estarán quienes se han convertido en sus peores enemigos: el gobernador Javier Corral, el superdelegado Juan Carlos Loera y el delegado regional Óscar Leos Mayagoitia.

Como ni López Obrador los puede disciplinar, dicen que tanto Tena Nevárez por su lado como los representantes federales por el suyo, le tienen reportes al presidente a ver a quién le presta más oídos. Y cada uno prepara sus vagancias para aparentar mayor cercanía con el jefe del Ejecutivo federal.

A Tena le tienen un expediente que va desde su incorporación como candidato de Morena, luego de haber perdido como independiente, hasta los problemas políticos y de seguridad en su administración.

El alcalde, por su cuenta, no quitará el dedo del renglón en las denuncias contra Corral y su aparato por la persecución de que ha sido objeto, a la cual se han prestado Loera y Leos Mayagoitia desde su muy particular visión política.

Entonces será un juego de pisotones la visita de AMLO al municipio que es la puerta de entrada a la Sierra, lo que amenaza con opacar la gira presidencial... o darle mayor realce, según se presenten las cosas.

Del recorrido por Ojinaga que fue ayer después de las seis y media de la tarde, ya tendremos mañana mayores detalles con el tema sustancial para la frontera: el incumplido decreto de zona libre y sus implicaciones.

Alcanzamos a observar algunas imágenes del independiente alcalde Armando Cabada platicando con Loera, con el jefe de la bancada de Morena en el Congreso del Estado, Miguel Colunga, y saludando al cercano de AMLO al que no hace justicia todavía la revolución morena, el chihuahuense Rafael Espino.

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Al propio gobernador le adjudican sus colaboradores una frase a la que recurre con frecuencia: no se puede esperar que el naranjo dé otra cosa que naranjas.

Ayer para no variar sufrió fenomenal coraje con su coordinadora de Comunicación Social, Marijose Valles Medina, y con su subdirector del área, Javier Arroyo. 

Llegó el presidente López Obrador a Palacio de Gobierno, platicó por espacio de 20 minutos con él; se retiró el mandatario. Salió a despedirlo. Regresó Corral a su despacho trémulo de emoción; abrió sus redes para solazarse con imágenes y videos de su encuentro con el presidente. 

Checó tuits, checó post de Face. Nada absolutamente. Peor todavía: sólo apareció el video de Face al recibir a AMLO afuera de Palacio con la grabación nítida de la voz cuando alguien le gritó “huevón”.

Marijose y Arroyo salieron desencajados del despacho.

Se engaña solo el mandatario: nadie puede dar lo que no tiene. Su vocera no conoce ni la o por lo redondo en materia de Comunicación Social ni periodismo, por lo tanto desconoce la operación correspondiente.

Ahorita ella está preocupada por sacudirse definitivamente a dos ladillitas que mantiene Corral en la nómina alta de Comunicación: Enrique Lomas y José Pérez Espino. De boletines, trato con los periodistas y redes sociales, solamente se acuerda cuando la regaña el jefe... y eso es muy pasajero y muy de vez en cuando.

Notas de Interés

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