Opinión

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Cuenta la traición en paca de 500

El diputado Aguilar estaba contando billetes ayer en plena sesión del Congreso; sin ningún cuidado, sin rubor... en su curul

LA COLUMNA
de El Diario

viernes, 20 septiembre 2019 | 06:00

• Cuenta la traición en paca de 500

• Atienden en Palacio los asuntos del partido

• La tarea debe ser evitar un ridículo en la Corte

• Acaricia la  libertad otro duartista, Marcelo

La serie fotográfica en nuestra versión digital es bastante clara y explícita, el líder del Partido del Trabajo (PT) en el Congreso del Estado, Rubén Aguilar Jiménez, sosteniendo en su mano izquierda una paca de billetes y deslizándolos uno por uno con la derecha; la mayoría de Diego Rivera, de 500 pesos.

El diputado Aguilar estaba contando billetes ayer en plena sesión del Congreso; sin ningún cuidado, sin rubor... en su curul, seguramente sintiéndose protegido de miradas indiscretas por los altos respaldos de las sillas de sus compañeros (as) ubicados atrás de él.

También es conocido el tremendo desparpajo del diputado. Acaba de traicionar sin vergüenza alguna a sus ahora exaliados del PRI, Morena y Verde, con la Junta de Coordinación Política (Jucopo). 

Aliado con ellos alcanzó la presidencia de dicho órgano pero luego se cambió de bando y lo entregó al jefe legislativo del PAN, Fernando Álvarez.

La paca de billetes que ayer contaba en sesión pública pudo formar parte del pago correspondiente. No hay otra explicación al manejo de semejante efectivo en ese momento. Su sueldo lo recibe por transferencia electrónica.

Desafortunada la conducta de un diputado que debiera representar a los chihuahuenses en sus necesidades al menos más imperiosas como la seguridad y la falta criminal de medicamentos en los hospitales, entre dos de las innumerables deficiencias.

No solamente no ayuda, está evidentemente corrompido y además cobra alrededor de 200 mil pesos mes por mes del presupuesto público de los chihuahuenses... con todo y arrimadijos.

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Ya entrados en gastos los centavos no son tomados en cuenta. El escrúpulo, la congruencia y el qué dirán ya salen sobrando en Palacio de Gobierno.

La presidenta del Partido Acción Nacional (PAN), Rocío Reza Gallegos, se apersona en la sede del Poder Ejecutivo estatal cada vez que su jefe hace sonar la campanita. Ayer estuvo ahí antes de las nueve y media de la mañana.

Mario Tarango, Guillermo Márquez, Marco Quezada, Graciela Ortiz, Miguel Ángel González, Leonel de la Rosa, Alejandro Domínguez, Guadalupe Pérez, Óscar Villalobos... son algunos de los presidentes del PRI que acudían a Palacio cada vez que el jefe o su secretario particular les echaba un grito. Obedecieron sin reclamo a Fernando Baeza, Patricio Martínez, Reyes Baeza... César Duarte.

Los portavoces del PAN chorreaban ácidas críticas hacia aquella costumbre tricolor que dejaba perfectamente claro que el gobernador era el patrón y el presidente (a) partidario en turno era su chalán. La verdad monda y lironda, fuera de pieles sensibles.

Ayer se repitió idéntica práctica pero con el PAN apropiado de Palacio. Tomó café caliente, desayunó rico y recibió las instrucciones correspondientes la lideresa blanquiazul en la entidad, Rocío Reza, de su jefe el gobernador, Javier Corral Jurado.

No es la primera vez que ocurre eso. Podrían reclamar luego que se trató de un desayuno excepcional. No. Es tan frecuente como en los tiempos del Revolucionario Institucional en el poder estatal.

Todo lo que cuidó la jefa de los panistas chihuahuenses fue correr escaleras abajó del histórico Salón 25 de Marzo antes de las nueve y media de la mañana, hora en la que apenas se despabilan los “chicos de la fuente” e inician ahí la “caza” de las noticias cotidianas.

No conocemos los detalles abordados esta ocasión pero sin duda uno de ellos debe estar relacionado con el Comité Municipal de Ciudad Juárez, donde Rocío-Corral no han podido armar su cuadro porque perdieron la dirigencia fronteriza a manos de Joob Quintín Flores y sus llamados ‘golden boys’.

Le trataron de meter un par de cuñas como Sergio Acosta y Rubén Trejo pero sin resultado alguno. Joob tomó el control y él toma también las decisiones.

Ése pudo ser un tema entre otros muchos, iremos conociéndolos en los próximos días. Si vienen “pronunciamientos fuertes del partido” ya sabremos dónde fueron dictados.

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Hay remedios peores que las enfermedades, suele decirse. Así ha ocurrido en la Coordinación Estatal de Protección Civil que ahora dirige la exdiputada Ana Gómez Licón.

Ella relevó en el cargo apenas en julio al capitán militar Cuauhtémoc Guerra, víctima de las intrigas, chismes y grabaciones clandestinas operadas desde el despacho principal de la Secretaría Particular de Palacio de Gobierno por el sonorense Francisco “Pakko” Lozano.

Protección Civil de plano no participó oportunamente en el rescate de turistas varados en la región de Batopilas a principios de semana. Lo aclaró la Presidencia municipal de dicho lugar y los propios responsables del tour.

La funcionaria estatal aseguró en algunos comunicados que los turistas fueron rescatados incluso “escalando montañas”, así como en películas. Exageración y mentira.

Ahora el gobernador sabe quién es la coordinadora de Protección Civil; la ha regañado en reuniones del gabinete por soberbia, porque no contesta las llamadas telefónicas y porque la pasa encerrada en su oficina nomás regañando subordinados y sin reunión alguna de planeación.

Ya sabemos que Corral no es de los que sabe enmendar errores, así que ahora carga con ese tormento en protección civil, igual que en la Fiscalía, la Policía Estatal, etc. Sufre de masoquismo político.

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La ministra Jazmín Esquivel Mossa promovió una tercera solicitud de atracción por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de un juicio de amparo relacionado con la selección de jueces de Chihuahua.

Se trata de la demanda de la jueza provisional Laura Velia Mendoza, a quien los tribunales federales con sede en el estado le han dado el amparo ante los excesos del Consejo de la Judicatura en el proceso de designación de juzgadores locales de primera y segunda instancia.

La directriz en el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Superior de Justicia del Estado había sido la de dar la batalla en los tribunales federales, agotar todos los recursos antes que aceptar cualquier falla en el proceso de selección.

Darse por vencido el Poder Judicial del Estado representaría dar la razón a quienes acusaban una manipulación de los resultados en la selección de jueces, por parte de la consejera Luz Estela “Lucha” Castro. 

Así que ni pensarlo. La orden fue recurrir y atacar cada resolución desfavorable, por más descabellado o indefendible que fuera el punto.

Aunque falta que la SCJN determine si se cumplen los estándares previos para el juicio en el más alto tribunal del país, tres solicitudes de la ministra y las promociones de los abogados representantes de jueces federales, sólo apuntan a ello. Dichos casos saldrán de la esfera local a la Segunda Sala de la Corte.

Por ello, entre la última solicitud en la Corte del 17 de septiembre y la despedida de “Lucha” entre el miércoles y ayer, las presiones se intensificaron hacia el presidente del TSJE, Pablo Héctor González.

La tarea del Poder Judicial de Chihuahua, antes de pensar en un relevo de la polémica consejera o incluso reformar la ley para desaparecer o minimizar al Consejo de la Judicatura Estatal, lo primordial, es evitar un nuevo ridículo de la justicia local a nivel nacional.

La reversa es una posibilidad para dar un mensaje de cambio en el TSJE, una señal de independencia. Es tarea del presidente cabildearlo. De los magistrados se dice que tiene el apoyo de una amplia mayoría.

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Había una lucha por el exsecretario de Educación, Marcelo González Tachiquín, entre quienes lo querían de lado de la “Operación Justicia” y quienes pretendían mantenerlo silenciado.

Un grupo quería que cooperara con la selectiva justicia del nuevo amanecer, otro estaba preocupado por mantenerlo leal a José Chimal Velasco –cuñado del expresidente Enrique Peña Nieto–  también acusado marginal por recibir pagos de la Secretaría de Educación por servicios inexistentes.

Algo pasó en las últimas semanas que ahora se habla en el Cereso de Chihuahua, en la Fiscalía del Estado y la antigua Casa de Gobierno, de una operación para ablandar el trato al que también fuera secretario particular del exgobernador César Duarte y director de Pensiones Civiles.

Le tenían la mano pesada encima con trámites tardados, cancelación de audiencias, diligencias orientadas a perder el tiempo y cansar a la defensa.

Le aplicaron de todo y él se puso de pechito, pues con eso de que le gustaba recordar en cada audiencia sus tiempos de catedrático de leyes, más café cargado le daban. 

Pero no nada más se ganó las burlas generalizadas, seguro aprendió la diferencia entre la filosofía del derecho y la práctica legal efectiva.

Ahora parece que acaricia la libertad el exfuncionario, con la posibilidad del procedimiento abreviado.

Entró en enero de este año a su celda de la crujía reservada para duartistas. Todo apunta a que no cumple los 12 meses en la prisión o podrá comer pavo en diciembre.

Notas de Interés

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