Opinión

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‘Contra’ migrantes bajo el sol... o mezquites

Esa es ahora la escena familiar que observan los conductores a lo largo del bordo fronterizo con El Paso

LA COLUMNA
de El Diario

jueves, 27 junio 2019 | 06:00

• ‘Contra’ migrantes bajo el sol... o mezquites

• Ahora sí Lety podrá quedarse con el PAN

• Consejeros del IEE y diputados por un día

• En perfecto inglés se defiende subsecretaria en El Paso

Los dos solitarios elementos de la Guardia Nacional buscando ocultar al sol quemante sus cuerpos bajo una ramas de mezquite hablan de la real y deplorable situación económica en la que el Gobierno de la República decidió colocar “vigilancia” en el bordo fronterizo Ciudad Juárez-El Paso para evitar el cruce de migrantes indocumentados hacia el norte.

Es cierto que se trata de militares acostumbrados a los rigores climáticos, entrenados para enfrentar todo tipo de situaciones adversas, pero es evidente que no hay circunstancias de tal forma negativas para que sean colocados de dos en dos, o cuatro en cuatro, por espacios de cinco o seis kilómetros y dejados ahí bajo el sol ardiente tatemándose bajo un promedio de 38 grados durante mucho tiempo.

Ésa es ahora la escena familiar que observan los conductores a lo largo del bordo fronterizo con El Paso. Son microgrupos de militares sembrados si mucho en cuatro puntos desde el inicio de Juan Pablo II hasta cerca del mentado “monumento al cigarro”. Ahí son dejados sin vehículo ni nada, en condiciones por completo distintas a los agente de la CBP del otro lado del río en sus camionetas cerradas, aire, binoculares, etc.

Han sido colocados los militares mexicanos en el bordo de manera extraordinaria. Evidentemente es parte del cumplimiento del Gobierno azteca con Donald Trump para inhibir y evitar el cruce de migrantes a suelo estadounidense.

Pero también es innegable que los soldados provocan pena y hasta lástima en lugar de respeto o temor a su autoridad. Imposible que atiendan al objetivo de evitar el cruce masivo de migrantes; al menos no lo cumplen de manera generalizada para el tamaño de la crisis. Es un despliegue minúsculo para cubrir alrededor de 20 kilómetros en esa zona urbana.

Parece que el Gobierno de la República ha convencido al norteamericano con semejante simulación de “vigilancia” pero ahí está la realidad en las imágenes que han venido siendo presentadas edición tras edición de El Diario durante los últimos días, más fotos inéditas hoy en la versión digital de La Columna. 

Tampoco creemos que en ese operativo haya influido la política antififí implementada por el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco “Pancho” Garduño, para policías federales y agentes migratorios –ahora se anda disculpando– destacamentados en el sur del país en condiciones de miseria y hasta indigencia.

Para el caso de los militares creemos que se trata de apuro por cumplir los acuerdos con Estados Unidos, por lo tanto hay improvisación en su desplazamiento y con ello falta de recursos económicos hasta para la gasolina, ahora pagada por la Presidencia Municipal.

Ni brazaletes de la GN (Guardia Nacional) han podido ser conseguidos para todos. Los mezquites para cubrirse del sol afortunadamente son gratis... y no son muchos los que quedan a lo largo del bordo. 

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El 10 de julio es la fecha límite en que Joob Quintín se retira de la presidencia del PAN en Juárez.

Espera con ansia ese día la vicegobernadora Lety Corral. Va con todo por el control del Comité Municipal. Ha sacado para ello de las catacumbas lo más radical y obtuso del panismo juarense, el abogado Rubén Trejo Ortega, a quien, por cierto, ella misma corrió del Registro Publico de la Propiedad. Parece haber guardado la dignidad y autoestima para mejor ocasión.

Ahora Rubén se ha convertido en alfil de la vice para hacerse de todo o más bien dicho de lo poco que queda del PAN en esta frontera.

Dicho sea de paso ya tienen hecha su estrategia usando a su peón de mil batallas y siempre leal Ramón Galindo y al mil usos Sergio Acosta Lizárraga, de quien, por cierto, los panistas dicen es una lástima que perfiles como ése se presten a este irregular juego de ajedrez.

Llega hasta esta columna la información de que todo es mera simulación, pues Leticia ya pactó con la presidenta del PAN estatal, Rocío Reza, para colocar a Trejo en el municipal.

Nos cuentan que desde Desarrollo Social han girado instrucciones para que Sergio Acosta levante la mano, haga campaña y al final se sume al candidato de la inquieta Lety.

Toda la maquinaria va contra Joob, particularmente ahora que enfrentó y sancionó a los regidores favoritos de Lety y por tanto de Palacio, Enrique “Quique” Torres y Amparo Beltrán.

Ahora Quintín podrá tener tiempo completo para operar en Juárez el proyecto de la alcaldes de Chihuahua por la gubernatura, Maru Campos.

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La administración del independiente Armando Cabada tiene de dónde agarrarse para impugnar el acuerdo del Instituto Estatal Electoral sobre el plebiscito en torno al proyecto de alumbrado público.

En el terreno estrictamente jurídico –porque hay otras consideraciones políticas que deben tomarse en cuenta– todo apunta a que los consejeros encabezados por Arturo Meraz se convirtieron en diputados por un día y le metieron mano a la Ley de Participación Ciudadana.

Los artículos 41 y 42 de la novedosa norma son muy claros. Establecen la obligatoriedad de que sean 5 mil 400 ciudadanos los necesarios para iniciar un plebiscito.

“Tratándose de municipios cuya lista nominal sea mayor a ciento cincuenta mil, la solicitud deberá ser presentada por al menos un número de ciudadanos equivalente al cero punto cinco por ciento”, así lo dice la fracción IV del artículo 42 de la ley en mención. 

“La solicitud debe ser presentada...”, de eso habla, de la propuesta de entrada, no de una segunda fase del proceso.

En este caso fueron sólo cinco personas, las del Plan Estratégico Juárez, las que iniciaron la petición a la que dio entrada el IEE, dándoles 90 días para juntar las firmas de esos más de cinco mil que marca la ley.

¿Cómo fue posible? Resulta que los consejeros electorales emitieron un reglamento sobre la norma que contempla el plebiscito.

Aquí es donde está el exceso de los integrantes del órgano electoral y el conflicto jurídico, pues obviamente un reglamento administrativo no puede estar por encima de una ley.

Hay, entonces, materia para la impugnación, según los expertos en derecho.

Sin embargo, desconocemos aún si recurre la autoridad municipal a la apelación. Es que ello tendría sus implicaciones públicas sobre una administración municipal que precisamente ganó al ciudadanizarse la participación política.

Pero ya ni duda cabe de que les ganó la tentación legislativa a los consejeros del IEE; o mejor dicho, se subordinaron al lineazo de Palacio de Gobierno para ponerle un dique a los proyectos de alumbrado de Juárez y Chihuahua.

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Flaco favor le hicieron justo a Corral tanto en el IEE como en el Tribunal Estatal Electoral, con el argumento de la no retroactividad de las leyes en el caso de la solicitud de revocación de mandato.

Si eran pocos los que apoyaban la solicitud de Óscar Humberto González Aguirre, con la resolución en contra de la petición sólo le sumaron adeptos al abogado que lucha como Quijote moderno.

Es que el razonamiento de que no deben aplicarse leyes de forma retroactiva en contra de una persona, daba por hecho que el gobernador Corral perdería si se sometería a la revocación. 

Resultó ambiguo, cuando menos, asentar que la aplicación de la Ley de Participación Ciudadana, que por cierto el mandatario presumió como un gran logro de su administración, era una acción en contra del jefe del Ejecutivo, tal como lo vio el Consejo General del Instituto Estatal Electoral desde el primer trámite a la solicitud de revocación.

Pero aunque el gobernador lo vio como un triunfo en las instituciones que controla, la gente cercana al abogado González Aguirre no asumió las resoluciones del IEE y el TEE como una derrota.

Desde el principio la idea era más que lograr la revocación de Corral, empresa imposible, evidenciar que la ley no estaba hecha para facilitar la participación ciudadana, que era una mera trampa publicitaria.

Quedó demostrado finalmente: las normas se aplican al antojo del poder en turno y a veces como mero instrumento de presión política, como pasó con el plebiscito de proyectos municipales, figura contenida en la misma ley.

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Además de las reuniones que la subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Luz María de la Mora Sánchez, sostuvo con dirigentes empresariales en Ciudad Juárez, la funcionaria aprovechó para brincarse al lado americano y participar en un desayuno con dueños de negocios del Centro de El Paso.

A la funcionaria le brincaron varios temas en la reunión, como el migratorio, que contestó en perfecto inglés. Un día antes, acá en Juárez, le cuestionaron la desaparición del Inadem (Instituto Nacional del Emprendedor) y al igual que allá, no se ruborizó ni se despeinó para dar respuestas.

Tuvo la subsecretaria tiempo para mostrar los beneficios de invertir en México y hacer una invitación para ello.

El intento de vender las bondades de México puede ser bueno; sin embargo, como que no era el tipo de público que está interesado precisamente en invertir en nuestra ciudad o país. 

Ella hizo el intento, y buen intento.

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