Con trabalenguas enredan más la deuda

• Con trabalenguas enredan más la deuda

• Oídos sordos de los diputados ante lo importante

• Cruz en representación de Corral, la mera risa

• Le avientan huesito al gobernador en la CEDH

La administración de Javier Corral padece hoy las consecuencias de una insana satanización y politización de la deuda pública.

Con eufemismos y trabalenguas el Gobierno estatal ahora encabezado por Javier Corral, pretende demostrar, igual que en el sexenio pasado liderado por César Duarte, que la deuda no es deuda y que si lo es, es culpa de sus antecesores.

En el comunicado de prensa 5645 que emitió la Secretaría de Hacienda –luego de que El Diario diera a conocer que la deuda pública global del estado se elevó de 49 mil millones de pesos a 57 mil millones de pesos entre el fin del sexenio de César Duarte y el cierre de 2018– se establece a contrapelo de toda lógica que en realidad disminuyó 650 millones de pesos y que se han pagado entre intereses y amortizaciones 15 mil millones de pesos en este gobierno.

Aclara que no se ha elevado un solo peso la deuda de largo plazo y hasta dice que es erróneo sumar los créditos de corto plazo y el concepto de “otros pasivos”; aunque se contradice un párrafo más adelante cuando sitúa en 53 mil millones de pesos la deuda heredada de Duarte, sumándole dichos empréstitos de corto plazo que considera impreciso agregárselos a la cuenta actual.

Según el comunicado, el saldo de la deuda es de 47 mil millones de pesos, sin sumar todos los demás pasivos que como en el pasado no se reconocen como deuda y hasta presumiendo la primera reestructuración que se hizo, cuyos ahorros “por más de 200 millones” son tan intangibles como los beneficios que juran traerá el nuevo refinanciamiento, parado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Total que, en suma, recibió una deuda de 49 mil millones de parte de Duarte y ahora son 57 mil millones con todos los conceptos que la Ley de Disciplina Financiera marca como deuda y que El Diario presentó bien desglosados en su edición del lunes. Esa es la verdad monda y lironda.

Todo un galimatías lo demás, dictado por Arturo Fuentes Vélez a un confuso redactor que tuvo la valentía de enviar el flamante boletín... por cierto, ya entrada la noche del mismo lunes.

La realidad es que el Gobierno del Estado está sobre una montaña de deuda que crece todos los días y todo ese nivel de apalancamiento no se nota en resultados.

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Los diputados locales van a sesionar mañana y pasado aquí en Juárez para retomar la agenda que dejaron con el pretexto de los días santos.

Aunque ya se sabe que las prioridades de los señores legisladores están muy lejos de las realidades y las necesidades sociales, las organizaciones civiles interesadas en la rendición de cuentas piden que se les recuerde que aún tienen atrasada la Ley de Fiscalización Superior del Estado.

La irresponsabilidad de la panista Blanca Gámez, presidenta de la Comisión de Transparencia; y de los morenistas Miguel Ángel Colunga y Ana Carmen Estrada, de Fiscalización y Anticorrupción, respectivamente, ha sido tal que no han podido sacar un dictamen porque ni siquiera han podido instalarse las comisiones unidas que deben trabajarlo.

Hasta han dejado plantado al más urgido de todos, el auditor superior Héctor Acosta Félix, quien requiere de un marco jurídico nuevo para no hacer el oso, como lo hizo su antecesor, precisamente “El Oso” Armando Valenzuela, quien pasó con más pena que gloria su interinato en la ASE.

A ver si los diputados se acomiden y dejan de hacer oídos sordos a lo importante. Aquí un tema urgente y realmente relevante, al que han estado pateando mes a mes.

Porque si el viaje de dos días a la frontera va a ser para puros exhortos, posicionamientos y melosos comunicados de prensa llenos de fáciles autoelogios, mejor que no gasten en viáticos y se queden en la capital a hacer lo que la mayoría de ellos sabe hacer: nada.

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No fue risa la del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Eduardo Ramírez Leal. Fue una equivocación hilarante que hizo el día a seguidores y no seguidores del dueño temporal de Palacio de Gobierno, Javier Corral Jurado.

Quiso ser atento y hasta presumir la “representación” del gobernador Corral con la presencia del senador morenista, Cruz Pérez Cuéllar, en la toma del nuevo comité directivo de CMIC en Juárez, pero no logró más que ocasionar risa.

Existe una confrontación pública y abierta en la que ninguna pide ni otorga tregua. Dicho coloquialmente, el gobernador y el senador no pueden mirarse ni en pintura. No se tragan.

Así que fue un error informar que Cruz acudió al evento en representación de Corral Jurado. Y no podemos tampoco decir que por malicia el gobernador no asistió, pues el mismo lunes encabezó una reunión muy sectaria en la Ciudad de México con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. 

Fue una coincidencia que le favoreció particularmente al gobernador. Está ya a la vuelta de la esquina el proceso electoral 2021 que relevará la gubernatura, entre otras muchas posiciones de Gobierno estatal (Congreso del Estado) y municipales.

El gobernador va en franca caída libre. Tendrá graves dificultades para decidir por una candidatura viable afín a él. Cruz llega por Morena como un precandidato con ganas de obtener la nominación y después la gubernatura para cobrar los gruesos pliegos de facturas pendientes. Si antes no coincidieron en eventos, en el futuro menos.

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Mientras la burocracia corralista identificada con la izquierda fifí sufre todavía el tormento de haber sido desplazada de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), una silenciosa seguidora del mismo ‘nuevo amanecer’ ya aseguró espacio y hasta gorda nómina al interior mismo de dicho órgano.

Se trata de Rosalba Barrera. Había pasado prácticamente como desconocida hasta ahora porque sólo había desarrollado funciones de “aviadora” en la CEDH. Hoy es la nueva directora de Capacitación con salario próximo a los 60 mil pesillos mensuales.

El cargo lo acaba de asumir con el nuevo presidente de la CEDH, Néstor Armendáriz, quien gustoso cedió el puesto al equipo corralista tras colarse en el río revuelto de la candidata de la izquierda fifí, Irma Villanueva Madrigal y el catedrático universitario juarense, morenista de hueso amlista, Carlos Gutiérrez Casas.

En las imágenes que presentamos en la versión digital de La Columna, Rosalba aparece lo mismo que en la inútil “Caravana por la Dignidad” corralista, que con el senador panista, Gustavo Madero y hasta con la primera dama del estado, doña Cinthia Chavira Rodríguez.

Esa es la corriente a la que ella pertenece y por lo tanto es posición de ellos, una bicoca en realidad para Néstor Armendáriz si hablamos de que agandalló el pastel completo junto con su antecesor y primo no lejano, José Luis Armendáriz, quien terminó apestado en su relación con el gobernador pero con algo de paciencia y habilidad logró otro lustro más de control en el organismo derechohumanista a través de su pariente.