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Opinión
lunes, 17 enero 2022 | 06:00
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Tercera parte de seis
Cada ser humano puede tener una incidencia y contribuir a la Cultura de Paz; no obstante, se sabe que la paz inicia desde el interior de las personas y difícilmente se puede experimentar la paz y el bienestar, que, dicho sea de paso, irían de la mano, cuando no se tienen las necesidades básicas satisfechas. Para esto es menester trabajar hacia mejoras y transformaciones de orden estructural en las organizaciones tanto públicas como privadas y centros de enseñanza a todos los niveles, así como también trabajar hacia la comprensión y práctica de actitudes y habilidades de relación que impulsen el desarrollo del potencial humano individual y social.
El ser humano es un ser social por naturaleza, nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás al establecer un vínculo intercerebral con las personas con las que nos relacionamos. El ámbito relacional es de suma importancia para el bienestar emocional de los seres humanos. Para ilustrar mejor, los demás tienen un impacto en nosotros y, a la misma vez, nosotros tenemos un impacto en sus emociones y en la biología de todos aquellos que nos rodean. Esto implica también una responsabilidad sobre nuestras actitudes y comportamientos hacia las personas con quienes nos relacionamos. En este orden de ideas, las relaciones positivas tienen un impacto beneficioso sobre la salud mental, emocional y física. Así, independientemente de la adversidad, si se trabaja en construir y mantener relaciones interpersonales saludables, es más sencillo mantener estados internos sostenidos de paz y tranquilidad. Y de esta forma, fortalecer la capacidad de actuar sabiamente en las relaciones humanas, esto nos exige la configuración de habilidades interpersonales, que consisten en cuidar la manera en que afectamos a otras personas.
Según Carl Rogers (1987), el individuo posee la capacidad y la tendencia natural de avanzar en la dirección de su propia madurez. En un ambiente psicológico adecuado, esta tendencia puede expresarse libremente y deja de ser una posibilidad para convertirse en algo real. El autor afirma que un ambiente psicológico adecuado para la relación interpersonal consiste en la empatía, la aceptación positiva incondicional y la congruencia, actitudes que bien conviene, como individuos y sociedad, aprender y procurar.
Por otra parte, la ciencia ha demostrado que, aunque el ser humano siempre busca la felicidad y vivir en paz, algunas veces, en la práctica, no logra alcanzarla del todo. Es importante recordar que siempre en la vida se trata de elegir comportamientos que pueden ayudar a estar mejor, por ejemplo: ayudar a los y las demás, donar más a causas sociales, y, en general y de manera simple, ser más amables con todos aquellos que de alguna manera se atraviesan en nuestro caminar. Qué conveniente y urgente sería como habitantes de esta Ciudad Juárez, que todas y todos nos dediquemos a construir procesos y cultura de paz tanto dentro como hacia afuera de nuestros hogares.
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Cultura por la Paz es un proyecto de El Diario de Juárez en alianza con el Tecnológico Nacional de México, campus Juárez; el Comité de Pacificación y Bienestar Social (Copabis), y el Centro Familiar para la Integración y Crecimiento A. C. (CFIC).
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