Opinión

Como anillo al dedo, para el crimen

A los grupos delincuenciales les vino como anillo al dedo la pandemia. El Covid-19 y ellos son amigos

Manuel Narváez
Analista

lunes, 06 abril 2020 | 06:00

A los grupos delincuenciales les vino como anillo al dedo la pandemia. El Covid-19 y ellos son amigos.

El municipio de Madera registró el pasado fin de semana su décimo octavo amanecer sangriento en lo que va de este quinquenio estatal y el quinto desde que hicimos historia.

Las cifras oficiales reconocen 19 personas fallecidas a causa de los enfrentamientos entre dos bandas rivales, los de la Línea contra integrantes del cártel de Juárez y de Sinaloa.

‘Son reacomodos naturales’, justifican las autoridades para salir al paso de los cuestionamientos de una población que vive doble tragedia, la de ser una región sin ley y a merced del crimen bastante bien organizado, y la emergencia sanitaria.

A las personas que se dedican a esos lucrativos negocios como el trasiego de enervantes y estupefacientes, secuestro, extorsión, y trata de personas”, les cayó como anillo al dedo la cuarentena  la población.

En el lenguaje popular se dice: “Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta”. Este refrán le sienta muy bien a los Lords de drogas, y lo hacen valer porque ven que el machuchón se interna en el triángulo dorado, la tierra del ´jefe de jefes´, para saludar a la progenitora del reo mexicano más famoso en una cárcel norteamericana, sin cumplir el protocolo de la sana distancia, es decir, saludándola de mano y sin cubrebocas.

Realmente es de muy mal gusto que los grupos criminales que operan en todo el país no respeten las recomendaciones del “subse” López-Gatell, de quedarse en casa, y salgan a generar más pánico en la población. En serio, caen gordos, porque tienen todas las garantías del querido líder para no ser perseguidos; hasta parecen neoliberales y conservadores.

Y vaya que sono felice e contenti, no solo en Madera, Juárez, o Chihuahua, sino también en Guanajuato, Jalisco, Veracruz, CDMX, etc, ya que la atención del Gobierno (federal y estatal) se encuentra en otro lado. Mejor imposible.

De regreso a nuestra entidad, está claro que los plebes y los viejones aprovecharon el desconcierto para salir a las calles y medirse con sus rivales, precisamente cuando las fuerzas armadas andan salvando al pueblo, la Guardia Nacional resguardando la presa de la Boquilla y los estatales son asediados.

El contexto es sombrío y la verdad es que el presente y futuro para Chihuahua y el país entero pinta requete duro, no solo porque las muertes violentas de marzo pasado indican que las cifras siguen rompiendo récords, las estimaciones macro y microeconómicas en el corto y mediano plazo son desalentadoras, sino también por la brutal inseguridad que se expande a la velocidad del Covid-19.

Sin duda que la mayor carga es para nosotros la pipol común que debemos lidiar con el bicho maldito, la cuarentena, la caída de ingresos y una enorme incertidumbre por lo que viene. Por si fuera poco, todavía tenemos que preocuparnos porque no nos toque una bala perdida, no nos hagan más daño el mejor presidente y gobernador de la historia y que no nos distraigan con otra romántica telenovela política peñaniana como ya se fragua con el “subse”.

Es cuanto.

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