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Opinión

OPINIÓN

Colección de odio y misoginia contra una mujer

El gobernador pidió no quedar cerca de la primera autoridad del Municipio, la alcaldesa de Chihuahua María Eugenia Campos, y ordenó también dejarla fuera de los videos y fotografías a cargo de su equipo de Comunicación Social

LA COLUMNA
de El Diario

viernes, 18 septiembre 2020 | 06:00

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-Colección de odio y misoginia contra una mujer

-Le ponen a la corrupción... ¡comité de ética!

-Quiere irse con blindada y dos escoltas

-También matan el Fondo Metropolitano

Fue ridículo tirando a corriente lo que hizo ayer en la ciudad de Chihuahua el gobernador, Javier Corral. No le importó mostrar el cobre ante directivos mundiales del corporativo Walmart que inauguraron un supercentro de distribución para México en la salida norte de la capital del estado.

El gobernador pidió no quedar cerca de la primera autoridad del Municipio, la alcaldesa de Chihuahua María Eugenia Campos, y ordenó también dejarla fuera de los videos y fotografías a cargo de su equipo de Comunicación Social.

Da risa pero preocupa el grado de misoginia desplegado por Corral Jurado tanto en la inauguración de dicho centro comercial como precisamente en la decena de fotos, videos y audios enviados por Comunicación Social a los medios informativos que presentamos en la versión digital de La Columna. De todo el material fue cortada Maru con el bisturí de la discriminación de género, de las vísceras y el odio enfermizo.

Todo un infantilismo. Walmart corrió decentemente la invitación a la alcaldesa y le dio su lugar a lo largo del evento pero Corral la evitó en todo momento. Las imágenes son elocuentes.

Es insólito pero de ese tamaño cercano al suelo se muestra el pequeño gobernador del estado grande. Sin valor para enfrentar de cara cualquier diferencia con una mujer representante de otra institución pública, la alcaldía de Chihuahua. Así se ha comportado los cuatro años que lleva de administración con cerca del 80 por ciento de los chihuahuenses.

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No es broma, efectivamente diversas áreas del Gobierno del Estado relacionadas con la Secretaría Particular de Javier Corral han echado a caminar un “comité de ética” cuya función está reglamentada por unos lineamientos publicados en el Periódico Oficial del Estado desde el 19 de febrero de este año y con alcance del 2020 al 2023.

No faltó el oficioso que subió a redes sociales el surgimiento del muy irónico comité. Fueron publicados los detalles en la cuenta de la “Oficina de Atención Ciudadana de Javier Corral” (sic), de la que está a cargo José Pablo Mendoza Ávila, un super cuatito del gobernador.

Debe aclararse que en el propio nombre lleva el pecado de origen ese órgano: “Comité de Ética del Despacho del Ejecutivo y la Coordinación de Asesores y Proyectos Especiales”.

Quedó conformado por Ariane Zubiate Hernández y Francisco Lozano Urías, “La Coyota”, como “responsables del Despacho del Ejecutivo”; Carolina Fuentecillas y Norma Arabit, “titulares en la Coordinación de Asesores y Proyectos Especiales”; y José Pablo Mendoza y Martha Imelda Chávez Díaz, como “miembros permanentes”.

Tenemos en versión digital de La Columna fotos de todos ellos durante la conformación protocolaria del sarcástico comité.

Publicamos ayer que varios de ellos se gastaron un dineral en una cena fifí en uno de los restaurantes más caros del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua; han sido de escándalo sus gastos en viáticos y compra de equipos innecesarios por millones de pesos... Son las áreas donde más actos de influyentismo son cometidos a diario por todo el gobierno y fuera de él...

Y para mayor documentación de la burla, la Coordinación de Asesores y Proyectos Especiales es la más opaca de todo el gobierno e incluye entre sus filas a célebres exfuncionarios separados de sus cargos por pública corrupción, como el exsecretario de Salud, Ernesto Ávila.

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Les echó a perder la fiesta de fin de semana el todavía director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Hugo Mendoza Castellanos, a los elementos de la Policía Ministerial. Ya hasta una res iban a matar para festejar su salida, cuando se dieron cuenta que su remoción (renuncia voluntaria, según la versión oficial) aplica hasta el día último de este mes.

Es en serio, decenas de agentes ministeriales estaban organizando la carnita asada en una granja a las afueras de la capital del estado cuando sus jefes les marcaron el alto. Los pararon en seco no porque les disgustara la idea sino porque el nuevo director de la AEI, Álvaro Serrano, asume formalmente hasta primer día de octubre.

Así tomaron los agentes estatales de investigación el anuncio de un esperado relevo en la AEI ordenado por el fiscal general del Estado, César Augusto Peniche.

Por cierto, como parte de su salida, el comisario Mendoza Castellanos está buscando llevarse una camioneta blindada y un par de escoltas de la propia Policía Ministerial para su resguardo. Obviamente todo con cargo al presupuesto.

En las áreas administrativas, el jefe saliente comenzó a hacer los trámites para no irse en blanco, pues alega el peligro en el que puede encontrarse si no lo cuida debidamente la corporación que lo empleó durante tres años pero a la que sirvió de muy poco su trabajo de escritorio.

De hecho, los últimos días del mes los pidió él para preparar su retirada, con el pretexto de la entrega-recepción de la AEI, pero además los ha aprovechado para solicitar esa concesión especial debido a que, argumenta, su vida corre peligro si no lo cuidan.

Ya dependerá de las autoridades estatales que le otorguen o no la protección solicitada.

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A los fondos federales de seguridad que les aplicaron la guillotina en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, habrá que sumarles el Fondo Metropolitano, del que también ya está lista su acta de defunción como parte del paquete enviado a los diputados.

En el estado existen cuatro zonas metropolitanas beneficiarias de proyectos de este fondo: Juárez, Chihuahua, Delicias-Meoqui y Parral-Santa Bárbara. Son las consideradas metrópolis de la entidad, de 74 identificadas en el país, y para variar el gasto ha ido en picada, no se diga en la actual administración.

Según la propuesta entregada a los legisladores por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de tres mil 270 millones de pesos proyectados en este 2021, se habrán a reducir a cero el año próximo.

Durante este mismo año el juarense Armando Cabada y la capitalina María Eugenia Campos, igual que sus correspondientes consejos metropolitanos y regionales, habían protestado por las reducciones de un periodo a otro. También se habían quejado porque al igual que el Fondo Minero, el Gobierno federal quería usar los recursos para sus Tandas del Bienestar.

En ambos municipios, los más importantes de la entidad, la inversión federalizada mediante dichos fondos había ido a la baja. Reducirlos a cero en apariencia no tendrá un impacto mayor por esa tendencia ya marcada, sin embargo sí fija un precedente negativo y cierra las alternativas que tienen las grandes ciudades para invertir en obras necesarias.

Recortes tras recortes, a la vez, meten más presión a los diputados federales de Chihuahua, de mayoría morenista, porque de esta forma los presupuestos municipales serán insuficientes hasta para el gasto básico del año próximo.

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Las dotes de administrador premium ya comienzan a notarse en las decisiones del nuevo secretario de Salud, el no médico Eduardo Fernández Herrera. La proveeduría de equipos, medicinas, instrumental y demás apunta para pasar del desorden administrativo habitual al caos burocrático en su máxima expresión.

La crisis del agua ha restado reflectores a Fernández, quien prefiere trabajar en lo oscurito, con el bajísimo perfil que entrenó en la Secretaría de Hacienda y los sótanos de la Fiscalía General del Estado. Pero eso no ha sido obstáculo para que a base de recortes y recortes pretenda poner un supuesto orden que nomás él comprende en un sector azotado por las deficiencias y la pandemia.

A casi dos meses de su designación como secretario, las pruebas de detección de Covid-19 -pagadas al 100 por ciento por la Federación, pero en laboratorio estatal- se han hecho más lentas.

Además, los medicamentos siguen estancados en almacenes y el personal trabaja con la moral por los suelos, por los malos tratos inaugurados desde el principio de su gestión, cuando regresó a los vulnerables a sus puestos.

Los controles del gasto parecen ser, por alguna extraña razón, la pasión de Fernández Herrera, sobre cualquier otra preocupación. El problema está en el tiempo que pasa entre comprender cada renglón de erogaciones de la Secretaría de Salud y la toma de decisiones. Eso ha traído un desfase mayor al que ya se arrastraba en relación al coronavirus, cuyo ritmo ha rebasado a cualquier dependencia.

Lo que comienza a causarles ansiedad a funcionarios y empleados es que el secretario -experto en eso, pues ya lo hizo en la Fiscalía General- apunta a hincarle el diente a sus percepciones, subsidios y ayudas, que crecen al final del año. No les vaya a salir con una sorpresa en aras de una supuesta eficiencia que nomás existe en su cabeza.

Así que mientras la pandemia avanza junto con el año, los temores crecen en la dependencia porque no han visto algo destacable en el nuevo Secretario salvo su obsesión de ahorrar para algún extraño propósito.

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