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Opinión

Chihuahua Morena

En veintiún días, todos los chihuahuenses con credencial de elector vigente, acudiremos a las urnas a emitir nuestro voto

Francisco Ortiz Bello
Analista

domingo, 16 mayo 2021 | 06:00

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En veintiún días, todos los chihuahuenses con credencial de elector vigente, acudiremos a las urnas a emitir nuestro voto. Con ese sufragio se renovará en su totalidad la Cámara de Diputados federal, el titular del Gobierno estatal en Chihuahua, el Congreso de nuestro estado, para lo cual la lista nominal aprobada por el INE registra a 2 millones 894 mil 376 electores en todo el estado.

Para Ciudad Juárez el listado nominal contempla a 1 millón 144 mil 519 juarenses, es decir, el 39.5 por ciento del total de electores en nuestra ciudad, mientras que para la capital hay 716 mil 690 chihuahuenses registrados, lo que significa el 24.8 por ciento del listado nominal del estado. Con estas cifras, va a continuación una clase gratis de cálculo electoral.

Para aquellos analistas políticos, comentaristas, politólogos y demás especímenes de la comentocracia chihuahuense, quienes afirman que Juárez no define la elección a gobernador, o que los votos de esta frontera no tienen un peso específico importante en la elección debido al alto abstencionismo que se presenta aquí, lamento mucho contrariarlos porque aún considerando ese alto abstencionismo en esta frontera, los votos de Juárez en números absolutos superan por más de 60 mil a los de la capital, y en porcentaje son un 28 por ciento más. Claro que la elección se puede definir en Juárez ¡Por supuesto que sí!

Suponiendo que en Juárez vote sólo el 30 por ciento del listado nominal, estaríamos hablando de 343 mil 356 votos, en tanto que, si en la capital del estado votara el 40 por ciento del listado, significarían 286 mil 676 votos.  Debido a estas cifras, tan solo con que uno de los candidatos a gobernador obtenga 180 mil votos en Juárez, y 120 mil en la capital, además de los correspondientes al resto de municipios, con eso tiene asegurado el triunfo.

También hay muy malas noticias para quienes aseguran que la animadversión generada contra Juan Carlos Loera, entre agricultores de la zona de Delicias por el conflicto del agua, podría significarle la derrota en la elección, todos los votos de esa región (incluyendo Parral, Meoqui, Ojinaga y otras circunvecinas) no representan más del 3 por ciento total de la votación, es decir, no moverían significativamente el resultado, aun suponiendo que todos en esa zona votaran en contra. No es un deseo personal, son números fríos.

No en vano, la candidata del PAN-PRD Maru Campos, ha dedicado durante las últimas fechas entre tres y cuatro días por semana para hacer campaña en Ciudad Juárez, aun a desprecio de eventos importantes ya agendados en la capital del estado, o en otras ciudades. Juárez les importa, y mucho, aunque quizá lo hayan visto demasiado tarde.

Empecemos pues por analizar Ciudad Juárez. En esta ciudad se encuentra concentrada la fuerza operativa de Morena más grande y organizada de todo el estado, por ser la ciudad de nacimiento de su candidato a gobernador y su principal y más importante centro de operaciones.

Juárez, es la ciudad donde hay más beneficiarios de todos los programas sociales del gobierno federal, y precisamente a Loera le tocó organizar y ejecutar la tarea operativa de promoción de Morena, desde que se estaba conformando como partido político, luego para la campaña de 2016, luego para la del 2018 y finalmente para el censo y elaboración de padrones para los programas sociales. Esa es la explicación completa.

Por otro lado, el candidato a la presidencia municipal, Cruz Pérez Cuéllar, es un viejo conocido de los juarenses (a pesar de su mediana edad) quien, aunque con las siglas de otro partido, lleva más de 30 años operando campañas y elecciones en territorio juarense, y eso le da una enorme credibilidad entre los juarenses. No en vano triunfó en el proceso interno de Morena para obtener la candidatura a la presidencia municipal, aún por encima de personajes de renombre como Gabriel Flores, o de los mismos colaboradores cercanos a Loera.

Sumando estos dos elementos, la fuerza operativa de Loera y el posicionamiento de Cruz, es como nos podemos explicar que en un  análisis ponderado (promedio) de varias encuestas, Pérez Cuéllar obtiene el 38 por ciento de la preferencia electoral, contra un 23 por ciento de González Mocken quien resultó no ser el “superMocken” que esperaban los panistas.

Si consideramos que, en esta elección, de acuerdo con diversos factores como listado nominal, votación de la elección pasada, niveles históricos de participación y otros similares, cada punto porcentual de las encuestas actuales representa entre 5 y 6 mil votos, si las elecciones fueran hoy, Cruz Pérez Cuéllar obtendría poco más de 190 mil votos, mientras que Mocken apenas alcanzaría los 115 mil sufragios.

Ahora vamos a la capital del estado. Allá las cosas son un poco distintas, pero no mucho. El análisis ponderado de encuestas nos dice que Marco Bonilla tiene el 33 por ciento de la preferencia electoral, mientras que Marco Quezada de Morena alcanza ya el 27 por ciento, lo que significaría Morena obtendría algo así como 135 mil votos en la capital. Es verdad, quizá no gane Morena la presidencia municipal de la capital, pero Marco Adán ha logrado hacer un “hoyo” bastante grande al PAN en esa ciudad, y todavía faltan algunos días en los que ese “hoyo” se puede acrecentar.

Ahora sumemos los resultados de este análisis numérico-electoral. Los 190 mil votos de Juárez, más los 135 mil votos de la capital suman 325 mil votos que significan el 60 por ciento del total de sufragios que se requieren para ganar la gubernatura, mucho más de la mitad.

Recordemos que esto es solo un análisis electoral en prospectiva, a partir de datos, estadísticas y cifras presentes, pero que no estará muy alejado de la realidad que pueda presentarse el próximo domingo 6 de junio.

Análisis que además coincide puntualmente con la serie de medidas y cambios adoptados en ambos cuarteles de campaña, tanto de Maru Campos como de Juan Carlos Loera, obligados ambos por las circunstancias actuales.

La estrategia electoral de la candidata panista ha sufrido un vuelco total en los días recientes. Cambiaron de coordinador de campaña, reorientaron mayor tiempo y atención a esta frontera, aparece en todos lados junto a Mocken (tratan de transferir positivos al candidato a la alcaldía que no levanta), ha presentado más propuestas específicas para Juárez, en fin, un cambio radical en la estrategia.

También los estrategas de Loera han apresurado el paso, aunque no tan notorio ni tan significativo, pero hay mayor y mejor precisión en los mensajes, en el tipo de reuniones y en la propuesta general.

No hay duda alguna, más allá de lo que dicen las encuestas (que las hay a favor de uno y otro) lo único cierto es que el estado será gobernado o por Juan Carlos Loera o por Maru Campos, ningún otro candidato tiene posibilidad alguna, como también es cierto que en las últimas dos semanas la panista perdió la amplia ventaja que tenía sobre Loera.

Para el electorado la disyuntiva es muy clara. Maru representa más de lo mismo que hemos tenido hasta hoy, por más que se quiera deslindar del pésimo gobierno de Javier Corral, ella es panista y representa lo mismo, mientras que Loera significa una real transformación, un cambio verdadero de régimen, un combate frontal a la corrupción, con todo lo que ello implica. En este artículo no se trata de marcar una tendencia a favor de alguien, no, se trata de poner en perspectiva las opciones reales que tenemos, y lo que cada una significa.

Cada uno de nosotros, como elector, en nuestro fuero interno y mediante la reflexión respectiva decidiremos por quién votar, por Maru o por Juan Carlos, conscientes de que lo que está en juego no es sólo la supremacía política de algún partido o grupo en el poder, sino el futuro de nuestros hijos.

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