Opinión

Cerveza en Mexicali

Es una de esas frases que al presidente le gusta repetir: 'Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie'

Sergio Sarmiento

jueves, 20 febrero 2020 | 06:00

Ciudad de México.— Es una de esas frases que al presidente le gusta repetir: “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”. Se le atribuye a Benito Juárez, pero López Obrador la ha hecho suya. ¡Y qué bueno! El respeto a la ley es uno de los principios fundamentales del Estado de Derecho.      

Pero una cosa es expresar un principio y otra muy distinta acatarlo. Esto lo vemos hoy en el debate sobre la planta cervecera que Constellation Brands está construyendo en Mexicali, Baja California. Para el proyecto ya se han erogado 900 millones de dólares de un total de mil 500 millones; será la inversión productiva más importante de la historia de Baja California. La obra cuenta con todas las autorizaciones necesarias, incluso esa manifestación de impacto ambiental que no tienen los proyectos del presidente, pero en este momento está parcialmente detenida.  

Los grupos de activistas que se oponen a todas las inversiones productivas han buscado que se cancele el proyecto. Argumentan que la cervecería acabaría con el agua de Mexicali, pero la información técnica señala otra cosa. La planta tiene autorización para utilizar 5.8 millones de metros cúbicos de agua al año, solo un 0.2 por ciento de la que está disponible en el valle de Mexicali. Pero, además, la empresa se ha comprometido a tener una “huella hídrica operativa neutra”. En otras palabras, está realizando inversiones que permitirán la construcción de nueva infraestructura para la recuperación y reciclaje de agua y para compensar el 100 por ciento de la que utilice.  

El proyecto debería haber estado listo a principios de este 2020, pero ha sido frenado por el gobierno federal. Esto manda un mensaje inquietante a los inversionistas: no importa si una empresa tiene todos los permisos de ley, en México el gobierno puede frenar un proyecto si quiere. Todo se hace al margen de la ley y el gobierno se encuentra siempre por encima de la ley.      

Del lado positivo, el presidente no ha ordenado la cancelación del proyecto, sino que ha convocado a un grupo de especialistas a estudiar todos los argumentos técnicos. En realidad, es una repetición de los estudios que ya se hicieron para la manifestación de impacto ambiental. Si no hay una determinación ideológica o política, este grupo debería ratificar las conclusiones originales.      

Constellation Brands es una empresa pública, es decir, cotiza en bolsa, por lo que está sometida a un intenso escrutinio. Ha mantenido siempre, por otra parte, un compromiso con la sustentabilidad. Tiene actualmente dos plantas de cerveza, una en Nava, Coahuila, y la otra en Ciudad Obregón, Sonora. Genera cuatro mil 500 empleos directos, que se elevan a 77 mil cuando se suman los indirectos. Un estudio del Colegio de la Frontera Norte señala que la nueva planta de Mexicali generará 32 mil 276 empleos directos e indirectos. Sería una aportación muy importante a la economía de la región.      

Aunque hay suficiente información para ratificar que esta inversión es positiva, la decisión no debe ser simplemente pragmática. El tema de fondo es el estado de derecho. Constellation Brands tuvo confianza en la legislación mexicana y ha invertido ya 900 millones de dólares en este proyecto. Si la autoridad decide cancelarlo, estará mandando el mensaje de que es falso que en México no haya nada al margen de la ley y nadie esté por encima de la ley.   

El gasoducto 

TC Energy, antes Transcanada, ha sufrido también las consecuencias de la incertidumbre legal. El presidente López Obrador prometió a unas comunidades indígenas mover la ruta del gasoducto Tuxpan-Tula, que ya está casi terminado. Esto vuelve inviable el proyecto. Parece que en México la ley no sirve para nada.   

Twitter: @SergioSarmiento

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