Opinión

Carrera del hueso

El enamoramiento que se origina entre el pueblo y los candidatos, se da a través de las palabras cándidas que emiten...

Víctor Guzmán
Académico

miércoles, 29 enero 2020 | 06:00

El enamoramiento que se origina entre el pueblo y los candidatos, se da a través de las palabras cándidas que emiten los inicuos pretendientes, casi al oído de los votantes, todo es miel sobre hojuelas, emitiendo frases generadoras de aliento, nuevamente vuelven a ilusionar con generar una mejor calidad en su vida. Y la ciudadanía, siempre crédula del mismo engaño, opta por quien más le convenza, para después arrepentirse. Regularmente…

“Soy feo, pero no me eligieron para semental, sino para presidente”, Adolfo Ruiz Cortines.

“Defenderé al peso como un perro”, José López Portillo.

“Me canso ganso”, López Obrador.

Con frases y más, a un año y medio, ya se empieza a calentar la política con los destapes de los suspirantes. De todos colores y sabores, los amarres y alianzas comienzan a eslabonarse, cada quien con su cada cual. Percibiendo falta de respeto a las ideologías partidistas, cambió la forma y en ocasiones el fondo. Aquí se trata del mejor postor, estar del lado de quien tenga la mejor perspectiva ganadora.

Ha dejado de ser importante la fidelidad a los principios de los partidos, si antes el postulante defendía a la familia con determinado partido, hoy no importa cambiar, si tiene mayores probabilidades de ser electo en un partido contrario a sus antiguas creencias. La lealtad se ha terminado, Lo estamos viendo.

¿Cómo se podrá confiar en un ser así? Que es capaz de cambiar su forma de pensar por llegar al poder. Queda claro que la intención sólo es esa, no importando los medios. Pareciera un juego deportivo, que cada año puede cambiar de equipo. De esa manera se están acomodando las piezas de las próximas elecciones.

Una idea generalizada, se propaga entre algunos incautos, considerando que el pretendiente que represente a Morena en cualquier candidatura ganará la elección, situación que está por verse. En el mismo estado de Chihuahua se percibe esta idea. Quizá por ello se esté viviendo esas luchas viscerales dentro de ese partido. Creyéndose gobernador, quien aún es posible candidato.

La situación es que la percepción positiva del presidente de la República ha ido bajando considerablemente. No sabemos para cuánto les vaya alcanzar a los contendientes de su partido. Han sido varios descontentos que ha generado, desde la falta de medicinas en hospitales, eliminar las estancias infantiles, primer año de mandato con un top ten de violencia, eliminar apoyo a las organizaciones de la sociedad civil, hasta la ocurrencia de la rifa del avión presidencial para subsanar las finanzas de los pobres. Y lo más grave, economía sin crecimiento.

Por ello los comentarios positivos hacia el presidente en la red social han ido cambiando y la población está viendo y viviendo las consecuencias del voto. Aunque ya sabemos que las palabras engañan, una cosa son las promesas de campaña y otra los hechos.

Sexenios y trienios repiten la misma historia de conquistar al electorado, desde el nivel local, pasando por el estado y la nación. Las estrategias propagandísticas de la anterioridad se han transformando, pero no eliminando. Hoy se utiliza más Facebook y Twitter, llegan a un mayor público, que antes la pinta de una barda que se limitaba a un sector.

La vida personal y e historial como funcionarios de los futuros representantes del pueblo, deben ser indispensable conocerse para cerciorarse de la calidad ética y moral de dichos personajes y tener mayor confianza al momento de votarlos; es momento de conocerlos. Recordando que el tiempo pasa, pero las mañas se quedan.

“Siempre caigo en los mismos errores”, dice José Alfredo. Esperemos y ya no sea así en las elecciones del 2021. Esto apenas comienza y ya hay mucho que analizar.

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