Opinión

Brasas de Juárez hasta el Conchos

A medida de avance el año irá recrudeciéndose el intercambio de acusaciones entre los grupos antagónicos de poder

Manuel Narváez
Analista

domingo, 16 febrero 2020 | 21:21

A medida de avance el año irá recrudeciéndose el intercambio de acusaciones entre los grupos antagónicos de poder que se frotan las manos para relevar al que, para muchos, es el peor gobierno en la historia de Chihuahua.

En la zona agrícola del centro sur del estado la guerra del agua calienta la región. No importa el lado de los bandos porque están acomodados por las circunstancias de las conveniencias, lo cierto es que el tema da para marear a la opinión pública y orientar el enojo hacia la autoridad en turno.

La capital de estado es un área de cultivo para sembrar discordia. Al ser el centro de la política estatal, cualquier asunto que saquen a relucir las partes en conflicto será aprovechado para desgastar, aun más, el escaso prestigio que le resta a una administración que se ahoga en sus propios errores.

La reducción de fuentes de empleos que se ha visto afectada por los recortes a las participaciones de las partidas presupuestales federales a los municipios o bien, por el valemadrismo del titular del Ejecutivo estatal que deja crecer las broncas, no se descarta que sea a propósito, sea por la falta de pagos a la burocracia, por cocorear a los dueños del transporte público y por su  incapacidad para contener la actividad del crimen organizado que se da el lujo de generar pánico a plena luz del día en la vía pública, amenazan con encender las chispas de fuego.

Para no variar, el epicentro de las calamidades de la entidad se concentra en la frontera más dinámica de México. No sólo son los muertitos que aportan una gran cantidad cada semana a la roja estadística del país, sino también el acelerado deterioro de la infraestructura vial de la ciudad, que al igual que en Chihuahua capital, difícilmente podrá mejorarse, no al menos en los próximos 500 años.

Los grupos políticos que se disputan el abanderamiento de la candidatura a la alcaldía y al Gobierno del Estado, son responsables de la caída en la calidad de vida de los juarenses. Por donde se le rasque, azules, tricolores o disfrazados de independientes, ellos tienen a esta ciudad al borde de un colapso de proporciones inimaginables.

Por su lado, los grupos económicos locales predominantes se aprovechan de la temporada de distracciones para engullirse la minita de oro de las gasolineras. La distribución y venta de combustibles se ha convertido en una de las vergüenzas que compiten con las ejecuciones, feminicidios y abandono de las colonias populares.

No hay pudor, será el año de Hidalgo más prolongado del que se tenga memoria, y para eso se pinta sola una de las hijas privilegiadas del poder económico de esta frontera, que engorda el voluptuoso peculio familiar ante la vista gorda del mandón de palacio de cantera.

Si alguien se pregunta qué ganan los juarenses que trabajan para las familias más pudientes que los emplean en una de las tantas estaciones de gasolina, para distribuir el gas o atender en las tiendas de conveniencia, sabrán la triste realidad de que sus vidas están condenadas a recibir pagas miserables en tanto sigan sirviendo a estos reptiles constrictores de las concesiones del Gobierno.

En Juárez es el escándalo de las concesiones para estaciones de gasolina, en Chihuahua es la provocación de una ley de transporte y en el Conchos es la guerra del agua. Son tres brasas que amenazan con incendiar al estado, pero ojo, mucho ojo, los que azuzan las llamas son viejos conocidos, sólo que ahora están repartidos en diferentes canastos y frotándose las manos para agandallar o quedarse con algo, lo que sea.

Es cuanto.

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