Así las cosas con la migración

La migración es un fenómeno muy complejo debido a que tiene una gran cantidad de aristas, que deben ser analizadas con mucha profundidad para estar en condiciones de comprender el contexto en su totalidad. Dentro de las causas que la originan existen las relacionadas con el ámbito social, ecológico y naturales, el económico, el familiar, el político, y por supuesto los derechos humanos.

En los temas de índole social que originan la migración, se encuentra la degradación de una sociedad que no permite el sano desarrollo de las personas, ya sea por la intromición a la vida personal y privada o por el deterioro de las reglas de convivencia social. Otra más son las catástrofes ecológicas y naturales que terminan con la posibilida de llevar una vida con dignidad; los casos más recientes que hemos vivido son las migraciones ocasionadas por los temblores y tsunamis en distintos países.

En las causas económicas se encuentran todas aquellas que generan en la condición una afectación profunda e impide que las personas desarrollen su potencial y vivan con dignidad, nuestro país produce grandes olas de migración por esta causa y cuyo destino suele ser Estados Unidos.

Sin duda una de las causas mas dolidas y que llaman más a la solidaridad y a la empatía es la migración por causas familiares; la posibilidad de reunir a diversos miembros de la familia supone un gran esfuerzo de aquellos que se quedaron en su tierra de origen, quienes frecuentemente arriesgan su vida y patrimonio para volver a estar juntos. El caso particularmente grave y doloroso son los niños migrantes no acompañados, el cual ha llamado a la reflexión de todos los países.

Otra causa que nos parece lejana, pero que debemos seguir trabajando para que no sea una causa vigente en nuestro país, son las migraciones por causas políticas y de derechos humanos, de los cuales hemos sido testigos en el caso de Venezuela, cuyas condiciones han llevado a más de 6 millones de venezolanos a abandonar su país, incluso el gobierno de México ha estimado que la migración venezolana incrementó 260% en nuestra nación.

Es importante entender que la migración tiene un origen triste, pero desgraciadamente no termina ahí, en muchos casos el trayecto y el destino de los migrantes suele ser sumamente peligroso y con una ausencia total de la dignidad humana. Hace unos días nos tocó conocer el trágico caso donde 53 migrantes mexicanos, hondureños y guatemaltecos perdieron la vida al ser abandonados en la caja de un tráiler en San Antonio, Texas.

El caso fue noticia a nivel internacional, sin embargo, sólo es uno de los cientos, tal vez miles que ocurren y donde pierden la vida los migrantes que inician la travesía con la esperanza de una mejor condición para vivir y sacar adelante a sus familias. El tráfico de personas es un delito, pero más que eso, es una verdadera infamia que termina con las ilusiones, la economía y frecuentemente con la vida de las víctimas, sin que eso parezca causar el menor remordimiento de los traficantes.

A nosotros en Juárez nos toca vivir con mucha cercanía los casos de estos delincuentes; de hecho, durante mi período como presidente municipal me tocó trabajar con distintos órdenes de gobierno para rescatar a cientos de migrantes que fueron abandonados o que corrían un serio peligro de perder su vida por las condiciones inhumanas en que se encontraban, por la total falta de higiene y el hacinamiento.

La naturaleza propia de nuestra comunidad es franca, noble y de gran solidaridad, con frecuencia busca ayudar a aquellos que llegan buscando un mejor futuro para ellos y sus familias; sin embargo, es responsabilidad de los gobiernos trabajar coordinadamente para generar las condiciones necesarias para que las personas no se vean en la necesidad de arriesgar su patrimonio, su seguridad y hasta su vida por no encontrar la manera de desarrollarse en su propia tierra.

La mejor guía para establecer un programa de trabajo sobre la migración, donde intervengan los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil organizada, la academia, las cámaras empresariales y grupos religiosos, es lo dicho por el Beato Juan Bautista Scalabrini: “la migración no es un placer, es una necesidad ineludible, por lo que es un derecho humano”.

Así las cosas, Armando.