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Opinión

¡Aguas!

Para los humanos simple y sencillamente el agua es vida, gran parte de la dinámica social gira alrededor de lo que representa el consumo de agua

Carlos Irigoyen
Analista

sábado, 25 junio 2022 | 06:00

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Tantas veces nos han advertido en nuestro país, igual número de ocasiones que se ha solicitado que tengamos el mayor cuidado de su consumo porque de lo contrario iba a llegar el momento en el que no habría mayor disponibilidad de ese recurso. Todo lo pintaban desde los 80 como una situación apocalíptica enfatizando lo que significaría quedarnos sin agua, en Juárez ya se está racionando, en Chihuahua son comunes el uso de tinacos y ciudades como Monterrey, comienzan a padecer la misma. Hace mucho nos lo dijeron y hasta hace poco se comienzan a cumplir a cabalidad los problemas derivados de la falta de agua.

Para los humanos simple y sencillamente el agua es vida, gran parte de la dinámica social gira alrededor de lo que representa el consumo de agua, ¿cuál sería el servicio que más extrañaría en su casa? Sin duda el agua, las cuestiones de limpieza, alimentación, salud dependen en gran medida de tener disponibilidad del líquido.

A esta alturas del partido y con las condiciones de sustentabilidad que han venido desarrollándose la plática ya no debería de ser solo preventiva y de estar recordando de forma constante que no debemos de desperdiciar el agua, debería ser en el sentido de como reusar el líquido a partir de nuevas tecnologías que permitan usar de manera más eficiente el líquido, de prevenir su pérdida y centrarnos en los importante del cuidado del recurso, en particular, para esta área ta árida de nuestra nación.

 Todo esto porque el 24 de junio se  festejaba con un derroche impresionante de agua el día de San Juan, una tradición que afortunadamente ha menguado con el correr de los años, las medidas coercitivas, punitivas y la conciencia social han logrado que más gente entienda que ya no deben de existir estos festejos.

Aún nos falta mucho por aprender, no “barrer” con el chorro de agua las banquetas, no ‘bañar” a los carros, regar en los horarios que nos marca la autoridad; inconcebible que estén regando en una zona desértica a las 12:00 del día, las plantas ni siquiera aprovechan el agua por la temperatura.

Tener el valor de denunciar a quienes se estén robando el agua y a quienes hacen un mal uso de la misma, nos estamos jugando la supervivencia de la ciudad. 

Es tiempo de voltear a ver que otras soluciones podemos encontrar a este terrible reto, la disponibilidad de agua.  Cada vez son más comunes las escenas de las casas que tienen un tinaco montado y a la vez, una bomba presurizadora porque la presión con la que sale el agua en ocasiones es muy baja y eso puede provocar que ciertos dispositivos que se ayudan de la presión para su funcionamiento no alcancen un desempeño que les permia funcionar y brindar el ahorro que buscamos las familias juarenses; mas en los tiempos que vivimos.

Cuántas veces hemos visto grandes fugas en avenidas de nuestra ciudad, bardas de paredes compartidas con vecinos que denotan la humedad de una pequeña pero persistente fuga que terminara por echar a perder la construcción, hay que ser más sensibles al desperdicio  de los recursos y trabajar en la conservación de los mismos, desde el mismo seno familiar orientar a nuestra comunidad sobre el aprovechamiento y conservación, en este caso del agua. Imagine lo catastrófico que puede llegar a ser para nuestra ciudad ofrecer un punto de inversión que no tienen agua y que al venir a nuestra ciudad sabe de antemano que no podrá tener acceso a dicho recurso o que lo hará de forma limitada. Sería un golpe estratégico al desarrollo de nuestra ciudad como un polo de desarrollo.

A niveles directivos me ha tocado oír que se presume de abasto del líquido en nuestra zona por un periodo reducido de tiempo, ¿qué pasaría si ajustáramos la narrativa a decir que ya no hay tantas reservas de agua? 

De entrada pongamos a trabajar proyectos de reutilización del agua, impulsados desde las entrañas de los programas escolares, ahí pueden salir soluciones muy creativos y de bajo costo, con un alto nivel sin perder la eficiencia y adaptando nuestra cultura al desarrollo de tecnologías inteligentes que permitan el cuidado y la preservación de recursos.

Por ejemplo aplicaciones que puedan reducir el uso de agua en tecnologías del tipo verde, hacer más accesibles los dispositivos como timers, dispositivos de riego, fugas de cualquier intensidad.

La solución a este grave problema no es solamente aplicar multa tras multa, es para la instauración de una cultura de cuidado y aprovechamiento de recursos que se marque desde el mismo seno familiar y se refuerce en centros laborales y en las instituciones donde participe el ciudadano.

Es importante hacerlo, el estado contemplativo de una solución nos puede privar de tener soluciones cuando más las necesitamos para seguir festejando el desarrollo de la vida en cualquiera de sus formas.

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