A 120 por Cuatro Siglos es ruleta rusa

-A 120 por Cuatro Siglos es ruleta rusa

-El ataque sin razón de Andrea Chávez

-Castigo del DOF en horario, pero que hoy sí

-No dan para más aumentos por decretazos

Al interior de la cabina de un vehículo terrestre quien manda indiscutiblemente es el conductor. Es quien decide por completo si acata los anuncios sobre los límites de velocidad, o respeta los pasos peatonales, o atiende los colores indicativos de los semáforos, o decide tomar el volante borracho, o medio borracho, etc.

Podremos seguir detallando las muchas y antiguas deficiencias físicas en el Cuatro Siglos-Juan Pablo II o adjudicar la responsabilidad que le toca a las autoridades viales, pero manejar en malas condiciones o pisar el acelerador incumbe solo a quien conduce. Hacerlo de manera imprudente lleva a resultados con frecuencia desastrosos, fatales... tristes.

Esta vez debe ser lamentado profundamente el accidente donde falleció un matrimonio de octogenarios, su nuera y resultaron seriamente lesionados el hijo de los adultos mayores y dos hijos de este, de 15 y ocho años de edad. Alcanzó la tragedia a dos familias en unos instantes.

Ocurrieron los hechos el domingo a media tarde en la denominada prolongación del Cuatro Siglos-Rafael Pérez Serna, casi cruce con la calle Moctezuma; paralelo al Biblioavión.

Las imágenes del accidente aún son impactantes. El vehículo quedó incrustado medio a medio desde el frente hasta la cabina en uno de los enormes postes para energía eléctrica ubicados por el camellón. Era una camioneta Equinox modelo 2011.

Las imágenes son suficientes para deducir el exceso de velocidad, pero los primeros resultados obtenidos por los peritos de Vialidad calcularon que el vehículo era inexplicablemente conducido entre 110 y 120 kilómetros por hora, de oriente a poniente.

Casi imposible controlarlo ante cualquier descuido menor, imperfección del asfalto, ponchadura o falla mecánica de cualquier tipo... una ruleta rusa por cada kilómetro avanzado, o por mucho menos.

Aunque pocos, son claros los anuncios a lo largo de todo el Juan Pablo indicando una velocidad no superior a los 70 kilómetros. Ir más rápido constituye un grave riesgo para el chofer y sus acompañantes, más ahora que el tráfico es auténticamente un reto diario por denso y complicado.

Las velocidades inmoderadas provocan más males que los remedios buscados por conductores.

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Llevaba la diputada federal por Morena, Andrea Chávez, muy bien sus gestiones por transparentar y homologar el horario de Ciudad Juárez con El Paso hasta que pretendió adjudicarle la responsabilidad del desfase a la gobernadora del estado, Maru Campos, que nada tuvo que ver en ello. En honor a la mera verdad.

Fue el desfase un asunto de senadores, diputados federales y Gobierno federal. Quedaron más que exhibidos los autores del desaguisado; y por supuesto, entre los diputados federales, aparece el nombre de la legisladora Chávez. Qué no se haga.

Es evidente que la diputada trata de adjudicarse la enmienda –homologación con El Paso- que viene para mañana gracias a la publicitada relación con los jefes de la Secretaría de Gobernación, pero el mismo trabajo, y hasta más intenso, llevó a cabo la también diputada federal, “aunque del PAN”, Daniela Álvarez.

Y más todavía, la realidad del mismo horario El Paso-Juárez fue impuesta por transportistas y agentes aduanales cuyas actividades ahora son regidas por el huso horario de los vecinos.

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Vamos a más antecedentes y contexto sobre ese tema del huso:

El jueves 24 de noviembre por la noche, los diputados federales autorizaron con 462 votos a favor y uno en contra, la minuta con proyecto de decreto que reformó la fracción II y adiciona una fracción III al artículo 5 de la Ley de Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos, para modificar el horario estacional en algunos municipios de Chihuahua, específicamente Juárez y otros más, en procedimiento fast track.

Hicieron los diputados lo mismo que los senadores, en unas cuantas horas resolvieron empatar jurídicamente los horarios de Juárez y El Paso, pero no era suficiente, porque para su entrada en vigor es necesaria su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Muy bien pudiera haber ordenado Gobernación, con venia presidencial, la publicación el viernes, sábado, domingo o lunes, en edición ordinaria o extraordinaria, pero no ocurrió.

No sabemos a ciencia cierta cuándo llegó el decreto a las oficinas de Adán Augusto López, el secretario de Gobernación, por parte de los diputados, pero no debió tardarse tanto su publicación en el DOF, hasta hoy, que el alto funcionario comprometió su inserción en el mismo.

Desconocemos si cumplió con su compromiso, arrancado, -según él mismo reveló en redes sociales- en una reunión con la diputada federal juarense, Andrea Chávez, ayer.

La ley del DOF no es una camisa de fuerza en materia de publicaciones. Tenemos días en que se ha publicado un solo decreto y no pasa nada. O bien, que se han realizado ediciones vespertinas. La ley lo autoriza, específicamente el artículo siete.

La modificación a la ley de husos horarios no encontró ese rango de prioridad, hasta ahora, con lo cual entraría en vigor mañana, si se cumple realmente con la publicación, como esperamos que ocurra y que en estos momentos pueda ser consultada en el sitio oficial del DOF.

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El estira y afloja al interior de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) se encuentra entre los extremos solicitados por el sector obrero y el empresarial, que pidieron, respectivamente, incrementos del 25 por ciento y del 15 por ciento en este renglón para 2023.

En las próximas horas, la comisión que preside Luis Munguía Corella, instalada en sesión permanente desde el fin de semana pasado, deberá hacer el anuncio oficial del incremento oficial del mínimo, lo que genera muchas expectativas por el entorno tan retador que representa la inflación, indicador afectado también por el componente salarial.

Al margen del acuerdo que llegue a alcanzarse entre los planteamientos obrero y patronal, para el empresariado promedio juarense el verdadero reto del salario mínimo estará en 2024, pues en la zona libre de la frontera norte los incrementos han sido considerables para regresar a los sueldos algo del poder adquisitivo perdido las últimas décadas.

En Juárez y otros municipios fronterizos el aumento del mínimo en 2019 fue del 100 por ciento; en 2020 fue del cinco por ciento; en 2021 del 15 por ciento y en 2022 de un 22 por ciento, por lo que el año próximo debería ajustarse con una cuota de recuperación sólo por encima del índice inflacionario, que al parecer se ubicará en ocho por ciento.

El verdadero reto del mínimo estará en 2024, pues existe el compromiso de elevarlo hasta un 50 por ciento más, por lo que la decisión de este año aplicable en 2023, que está por anunciarse, es fundamental para calcular los costos del siguiente.

Además, lo que no acaba de asimilarse en el sector productivo local son los salarios contractuales, ya casi alcanzados por los mínimos, lo que tiene consecuencias en las plantillas laborales de las empresas, que ya comienzan a batallar para cubrirlos.

El aumento a decretazos parece haber cumplido ya su ciclo. Muy seguramente ya no dará para más, así que la única vía es elevar la competitividad, la producción y el consumo, reto complicado en el corto plazo por las dos amenazas actuales del ciclo económico, la inflación por un lado y la recesión por el otro.

La prudencia, pues, deberá caber entre las partes que intervienen en la Conasami, para moderar sus posturas y entender que tanto un aumento mocho como uno muy elevado pueden traer más problemas a la economía del país.