Opinión

La jueza que todo delincuente desearía II

Como todo un respetado hombre de familia se presentó el presunto ladrón que tiene asolados a los vecinos de Valle Verde

LA COLUMNA
de El Diario

viernes, 18 enero 2019 | 21:28

• La jueza que todo delincuente desearía II

• Asuntos Internos, traición y muerte en casa

• Pega la locura en el Congreso; cierran todo

• Galopa ‘El Caballo’ en pradera de Maru 

Como todo un respetado hombre de familia se presentó el presunto ladrón que tiene asolados a los vecinos del fraccionamiento Valle Verde en Ciudad Juárez. 

Gerardo Elpidio Contreras Blanco, llegó ayer a los juzgados acompañado de su esposa y de un hijo, este último se dice es residente de la zona habitacional que ha venido atracando Contreras. Los acompañantes impidieron que los reporteros se acercaran a él y que le tomaran fotografías. 

Apresurado Gerardo Contreras entró a la sala y en cuestión de 10 minutos la jueza de Control Lizbeth Marbella del Carmen Barraza Morales lo vinculó a proceso penal. 

El Ministerio Público no se molestó en mostrarle a la juzgadora las fotografías, ni los videos donde se observa la habilidad que Contreras tiene para usar el desarmador y abrir las casas. Son contundentes esas pruebas.

La representación social tampoco pidió la revisión de la medida cautelar, aunque los vecinos han mostrado su inconformidad e impotencia con la generosa resolución de Barraza.

Así ambas instancias evidentemente decidieron interpretar la ley a favor del ya famoso pillo y no enviarlo a la cárcel aunque tiene una causa penal del 2007, otro proceso penal que se sobreseyó en el 2010 por razones desconocidas, así como unas cinco carpetas de investigación no judicializadas, todas por robo. Comprobado que puede ser definido como un peligroso pillo de siete suelas.

Aunque el Ministerio Público tiene la posibilidad de judicializar o presentar a un Tribunal de Control esas cinco causas penales y solicitar la prisión preventiva, hasta el momento no lo ha hecho. Inexplicable pero real. 

En opinión de otros jueces, Barraza Morales sí tenía elementos para ordenar que Contreras Blanco se quedara recluido en el Cereso, pues comentan que violar la cerradura de una casa constituye ejercer violencia precisamente sobre el espacio más íntimo que puede tener una familia. 

La ley establece que cuando un delito se cometa con violencia contra las personas o los objetos se debe imponer la prisión preventiva. Pero Barraza consideró que enviarlo a la cárcel sería una medida excesiva... Lo dicho, todo delincuente desearía tener a ese tipo de juzgadores pasalones y en absoluto irresponsables.

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Emotivo y demoledor el breve discurso de ‘La Jefa’ durante el homenaje a uno de sus elementos abatido a mitad de semana en Ciudad Juárez.

Erika Jasso, titular de Asuntos Internos de la Fiscalía General del Estado, no pudo contener las lágrimas y con voz entrecortada dio el último adiós al agente bajo su cargo, Erick Andrés Lira Aguirre, de apenas 26 años. Fue acribillado y muerto la noche del pasado miércoles en su propio domicilio.

Con lente oscuro y enfundada en chamarra institucional, tiene mucho valor y significado el mensaje de la funcionaria estatal.

Por un lado cuando habla de la corporación como una familia y los riesgos que implica investigar ya no digamos el exterior, sino el interior de la misma institución.

Tiene razón. Asuntos Internos es incómodo para la institución, que dista mucho, desgraciadamente, de ser una verdadera familia. Hace apenas seis meses fue asesinado el jefe de dicho órgano en Ciudad Juárez, Dan Gerardo Fonseca Torres.

En las indagatorias llevadas a cabo ha quedado claro que entre el autor o autores intelectuales del crimen aparecen agentes que pertenecieron a la Fiscalía General del Estado con nexos insospechados hacia arriba.

En la institución persisten los intereses personales que cobijan negocios oscuros, desde la simulación y complicidad omisa de los personeros del gobernador, que son prácticamente todos los mandos en todas las fiscales regionales y la Comisión Estatal de Seguridad (CES).

Lo ha sentido en carne propia la fiscal con ese remedo de reestructuración interna para quitarle fuerza. No existe una voluntad real de combatir la corrupción por parte del nuevo amanecer, concentrado en lo superfluo y la conveniencia política. 

Salvo el subdirector de la municipal, Luis Aguirre, y el fiscal, Jorge Nava, ni Peniche ni Corral se presentaron en el funeral.

Ese es el tamaño de su falta de compromiso por sanear la institución.

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Tras permanecer prácticamente desaparecido desde el miércoles (salvo alguno de sus clásicos tuitazos), el gobernador agendó actividades en Ciudad Juárez para el lunes. Pasaría su descanso de fin de semana en esta frontera.

Por estricta necesidad, Javier Corral deberá abordar el tema de seguridad junto con las autoridades municipales y federales.

Todas las investigaciones correspondientes debe llevarlas a cabo la Fiscalía General del Estado que seguro en 72 horas tendrá algunos avances, según lo prometido por su representante en Juárez, Jorge Nava López.

Quizá por fin el gobernador asuma su rol como autoridad política estatal, deje los desplantes a un lado y acepte coordinar actividades tanto con las corporaciones municipales como con las federales y el Ejército.

Ya veremos el lunes si hay cambio en su actitud.

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Es verdad que “el miedo no anda en burro” pero los panistas del Congreso están cayendo en la paranoia cada vez que intentan ejercer la “mayoría” con la alianza de las minibancadas que antes fueron satélites del tricolor y que hoy se venden al postor albiazul.

Ayer, un ejemplo claro de lo dicho en el párrafo anterior: guardias de seguridad cerraron el acceso principal del edificio del Poder Legislativo y de igual manera fueron bloqueados los accesos por las escaleras ante el rumor de que una manifestación se avecinaba para romper la tranquilidad de la Junta de Coordinación Política, en la que finalmente aprobaron arrebatar a Morena la Secretaría de Asuntos Institucionales que dirigía el morenista Omar Holguín.

No es esta la primera vez que desde el Congreso toman esas medidas para “blindar los accesos” de un recinto que es público y de los ciudadanos. Ha pasado en varias ocasiones. 

Sucedió cuando se subió a tribuna la aprobación de la reestructuración de la deuda pública que solicitó el gobernador Corral, y sin duda seguirá sucediendo.

Pero el cierre de ayer raya en la locura, en el temor sin fundamentos de Acción Nacional. Se cerraron los accesos y sólo cinco o seis personas inconformes fueron los que presuntamente se presentaron… de ese tamaño era la “temida gran manifestación”.

De pasada se ha dicho, nadie acudió a defender Omar Holguín, y dentro de la Torre Legislativa se rumora que esa falta de apoyo se debe a divisiones internas entre los morenos. 

Es sabido que Holguín cuenta con el cariño del secretario de Desarrollo Social, Víctor Quintana – el funcionario de Corral estuvo sentado en la primera fila el día en el que joven morenista tomó protesta–  y eso no es visto con buenos ojos por sus compañeros de partido, quienes ahora que está a punto de ser expulsado del Congreso no le defendieron lo suficiente.

Así que en ese escenario el PAN consiguió imponerse, pero recordemos que nada es gratis en esta vida y los minipartidos con los que hoy acuerda –Verde, PANAL, PT– tarde o temprano cobrarán caro el amor que hoy le profesan.

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Quien le pidió una selfie a Alfredo “El Caballo” Lozoya, es el aún viviente priista Fermín Ordóñez.

El hecho ocurrió esta semana. Anduvo el parralense por el Congreso del Estado, lugar donde se encontraron.

El ya correteado Fermín aprovechó la ocasión para pedirle la tradicional foto, subirla a redes sociales y de pasada presentarle a seccionales del partido que andaban con él.

¿Será que el priista ya anda galopando por tierras de la capital del mundo?

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