Opinión

La inexplicable obsesión contra los militares

El gobernador del estado, Javier Corral, quiso hacer sentir su ausencia ayer en la toma de posesión del nuevo comandante de la Quinta Zona Militar

LA COLUMNA
de El Diario

miércoles, 16 enero 2019 | 22:12

El Diario

• La inexplicable obsesión contra los militares

• Obligaban a gasolineros a vender huachicol

• Maclovio era la sombrilla de Marcelo

• Molestos agremiados a cámaras empresariales

El gobernador del estado, Javier Corral, quiso hacer sentir su ausencia ayer en la toma de posesión del nuevo comandante de la Quinta Zona Militar, Miguel Ángel Hernández Martínez. 

Para el grueso de la tropa y algunos generales jefes de Coahuila y Chihuahua presentes en el evento, quizá el hecho pasó inadvertido o no fue trascendente; su trabajo no es la grilla, pero no así para la clase política y empresarial invitada al evento.

Naturalmente tomaron nota el comandante entrante, Hernández; el saliente, Ricardo Fernández Acosta, y por supuesto, el jefe regional militar para Coahuila y Chihuahua, Raúl Guillén, quien presidió el acto.

Javier Corral envió a un representante que no se quedó ni a los saludos de sobremesa porque es el menos político de sus colaboradores, el secretario general, César Jáuregui Robles. Retirado del presídium estuvo discretamente ubicado el fiscal general, César Peniche. Fue todo lo que hubo del estado. Así que en términos políticos el evento se lo llevó la alcaldesa anfitriona del municipio de Chihuahua, María Eugenia Campos, muy cerca de los mandos castrenses que lideraron el acto.

Sólo algunas figuras políticas pasaron lista: Sergio Granados, Óscar Leos (jefe de la cuarta transformación por la zona de Cuauhtémoc), Enrique Medina y algún magistrado judicial estatal; empresarios los Eugenio Baeza, Rodolfo “El Güero” Martínez padre, Pedro Sarkis, Leopoldo “Polo” Mares, Tonicho Ferreiro....

Enojo, animadversión, trauma, o lo que sea, pero es evidente la obstinación de Corral no solamente por rehuir a la milicia, sino por cuestionarla cada vez que puede de una y otra forma.

Ayer antes de la toma de posesión descrita lanzó el gobernador un tuit más contra la fuerza castrense. Mal se hubiera visto asistir. De nuevo repitió que los militares no deben encabezar a la Guardia Nacional.

“Sería lamentable que la rectificación anunciada no se concretara en los hechos; y muy preocupante porque señalaría que existen presiones extraordinarias y muy fuertes sobre el presidente López Obrador para mantener la prevalencia de lo militar sobre lo civil. Ya se había corregido”.

Parte del grave error del gobernador desde que inició su administración ha sido creer que señalar al Ejército en Chihuahua o cuestionar a cualquiera de sus figuras o de sus órganos, no es afectar directamente a los secretarios de Defensa y Marina y por añadidura al comandante en jefe de todos ellos, el presidente de la República.

Hay ingenuidad en ese sentido por parte del mandatario porque también hay obsesión. Aquí tenemos hoy una prueba más.

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Sólo un paso había entre el robo de combustible y la ingobernabilidad total. Esta situación ya prevalecía en varias regiones del país pero Chihuahua no andaba lejos. Era el crimen organizado el que estaba tomando el mando en la compra y venta de gasolina, diesel y en algunos casos hasta de gas.

Enviados del crimen organizado tenían varios años llegando hasta las oficinas de las gasolineras primero en ‘buenos términos’ tratando de convencer con la venta de combustible ‘barato’ pero luego pasaron al tono imperativo y malos modos obligando a la venta de ese producto ahora llamado huachicol.

Fue idéntica la mecánica a la usada en bares, cantinas y centros nocturnos para la venta de drogas. No preguntan los distribuidores a los dueños de los negocios si permiten ahí su movimiento, sólo avisan y presentan a su propio “encargado” del lugar. Cuando los propietarios se resisten son objeto de incendios, palizas y hasta la muerte.

Ahora con los operativos intensos contra el robo de combustible ordenados por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la operación criminal disminuyó de tajo en Chihuahua pero se desconoce todavía cuáles propietarios de gasolineras eran cómplices de las bandas dedicadas al huachicol y cuáles vendían ese tipo de combustible por amenazas y temor a perder hasta la vida.

Los resultados de esas investigaciones han sido por completo ocultados por la autoridad federal aun cuando hayan pasado hasta meses de operativos con todo y cierre temporal de gasolineras.

De ese tamaño está ya el problema del huachicol en Chihuahua; de ahí en adelante, con la delincuencia organizada bajo el control de la gasolina y el diésel, era cuestión de tiempo para adentrarnos en la ley de la selva. El narcotráfico habría quedado en asunto de niños.

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Ahí va la ponzoña. De esas fuentes de Palacio de Gobierno que son fieles aunque el mundo se caiga, ha surgido el dato de que Marcelo González Tachiquín gozó de una inmensa sombrilla protectora con el exconsejero jurídico Maclovio Murillo Chávez, hoy número dos en la Secretaría del Ayuntamiento de la Heroica Ciudad Juárez.

Será verdad, será mentira pero la realidad es que hace mucho la Policía Estatal andaba tras los pasos del ahora exduartista recluido en el Cereso de Aquiles Serdán y siempre resultó un paso adelante hasta que le jugaron una trampita con los amparos federales. Es obvio que la sombrilla no fue gratis ni made in China para ser barata, en caso de ser comprobada la ‘especulación’.

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Ha empezado a surgir inconformidad entre miembros de las cámaras y organizaciones empresariales con sus líderes por la actitud debilona que han asumido tras el decreto de estímulos fiscales para la región fronteriza norte, también llamada zona libre.

Antes de la visita presidencial en Juárez, los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) tuvieron encerrona mañanera en un salón del primer piso, en conocido hotel del Pronaf en esta ciudad.

Fue el motivo de la reunión uno solo: definir una postura “firme, enérgica y digna” ante la indicación que les hiciera el superdelegado Juan Carlos Loera de la Rosa al invitarlos a no interpelar al presidente porque luego los escucharía en visita posterior.

En la mesa de la discusión, los líderes camarales hablaron inclusive sobre la posibilidad de no asistir al evento porque tenían montones de dudas acumuladas sobre el decreto. 

Enumeraron lo que llamaron “una gran cantidad de inconsistencias” que perjudica a personas físicas y morales.

A pesar de lo acalorado de la discusión en ese cónclave, sin embargo, se acordó finalmente asistir y aceptar la condición de no aventar cacayacas ni grandes ni pequeñas durante el acto. Diplomáticos.

Pero los miembros de las cámaras quedaron decepcionados porque siguen los problemas. Así lo han demostrado desde entonces y no se han cansado de repetirlo en sus reuniones de socios. 

Tendrán que recurrir a alguna protesta pública estilo empleados de Salud a los que no paga el Estado. Son escuchados pero sus líderes no han movido ni un dedo siquiera para exigir reglas claras sobre factura del IVA al ocho por ciento. Por ejemplo. No han conseguido ni eso.

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