Opinión

Gobiernos sin estrategias

La semana pasada los dos hechos que más impacto generaron a nivel nacional y a nivel local fueron la explosión del ducto...

Sixto Duarte
Analista

lunes, 21 enero 2019 | 22:36

La semana pasada los dos hechos que más impacto generaron a nivel nacional y a nivel local fueron la explosión del ducto de combustibles en Tlahuelilpan, Hidalgo y los diversos ataques a policías, así como el incendio intencional de un camión urbano en nuestra ciudad.

En el caso de la explosión en Hidalgo, lo ocurrido ya ha sido narrado de forma reiterada por los diversos medios de comunicación. En términos generales, centenares de miembros de una comunidad fueron a agarrar gasolina que brotaba de un ducto que había sido perforado. Al final, las leyes de la física no entendieron del contexto que se vive en el centro del país y el ducto explotó, ocasionando, hasta el momento, más de 90 muertes.

No voy a caer en la absurda mezquindad de decir que las muertes fueron culpa directa de López Obrador. Aunque nadie pudiera decir nada al respecto si decidiéramos culparlo, siguiendo la lógica mezquina de la feligresía de López Obrador que culpaba a Calderón del incendio en la guardería ABC, y a Peña de la desaparición de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. “Fue el Estado”, era lo que decían, ¿no?

En lo personal, me parece una bajeza el lucro político que obtuvieron los que ahora son Gobierno. Por tanto, ahora deben resentir consecuencias y ser congruentes con lo sostenido en el pasado. He leído diversas ‘maromas’ defendiendo al Gobierno quienes antes lo acusaban. 

Lo que sí se vio en este caso fue una profunda omisión indolente por parte del Gobierno de detener el saqueo del hidrocarburo en los momentos previos a la explosión. Si bien, como he dicho, no creo que la responsabilidad deba alcanzar al presidente, sí estimo que hubo responsables y que los mismos deben ser sancionados.

Desafortunadamente, este lamentable suceso ha venido a reiterar lo que vemos todos los días en las redes sociales: aquellos que culpan al presidente de todo, y aquellos que le lavan la cara al presidente en todos los casos. Estamos ante una situación en donde, los defensores del oficialismo han llegado al absurdo de culpar a los gobiernos del PRI y del PAN por la tragedia ocurrida. No conformes con no asumir nada de responsabilidad, avientan la pelotita para atrás. ¿Hasta cuándo entenderán que ser Gobierno implica también asumir responsabilidades? Cuando pedían el voto, argumentaban que las cosas cambiarían mágicamente a partir del 1 de diciembre.

Por otro lado, la semana pasada, nuestra ciudad volvió a convertirse en campo de batalla de la actividad de las bandas criminales, mismas que atacaron a elementos policiacos y quemaron un camión urbano en las cercanías del aeropuerto.

No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que pasó o cuál fue el motivo de esta barbarie. Lo que sí es cierto es que los cuerpos policiacos de los tres niveles se vieron muy superados durante la perpetración de estos actos criminales.

Como siempre, existen acusaciones y lanzamientos de culpas: cuestiones de carácter competencial, justificaciones, y varios etcéteras. Lo cierto es que las autoridades parecieron rebasadas ese día.

¿Qué tienen en común los hechos ocurridos en Hidalgo y los hechos ocurridos en nuestra ciudad? En ambos casos, se evidencian gobiernos que actúan (u omiten actuar) sin la planeación y estrategia adecuada.

En el caso de Hidalgo, la actuación del Gobierno federal contra el robo de combustibles parece llevarse a cabo sin la estrategia adecuada. No solamente se ha dejado al centro del país con desabasto de combustibles –situación que no se previó– sino que tampoco se contemplaba qué debía de hacer la autoridad en caso de que pobladores acudieran a ordeñar los ductos de gasolina. Incluso, en las imágenes que han circulado, se observa como los militares son solamente testigos mudos del festín del combustible, poco antes de la explosión. Y todavía se atreven a culpar a gobiernos anteriores.

En el caso de los eventos violentos de nuestra ciudad, es evidente que los gobiernos locales no tienen una estrategia para abatir los índices de criminalidad que llevan meses subiendo. Lo más grave de todo, es que parece que no les importa atender la problemática, pues no ha habido pronunciamientos serios, contundentes sobre este tema.

Este es el actuar indolente del gobierno, pero ¿y la ciudadanía? La sociedad parece estar más interesada en pedir estacionamiento gratis en un centro comercial que en exigir al Gobierno local poner un alto a la ola de violencia que parece regresar a Juárez.

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