Opinion El Paso
domingo, 19 mayo 2019 | 06:00
Llegó la primavera ¡y también los bichos!
Esta temporada es perfecta, en El Paso y Cd. Juárez, para disfrutarla al aire libre con la familia y las mascotas. Desafortunadamente, también es el tiempo en que una serie de portadores (organismos vivos) no placenteros de enfermedades—tales como pulgas, ácaros, mosquitos, garrapatas y bichos triatominos—salen de los arbustos, sótanos, pasto, piedras y leña acumulada que están cerca de nuestra casa y lugares de trabajo.
Aunque son importantes para nuestro ecosistema, esos vectores pueden transmitir enfermedades infecciosas entre los humanos o de los animales a los humanos y pueden dañar a ambos.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud, las enfermedades provocadas por vectores causan más de 700 mil muertes anuales y casi el 17 por ciento de todas las enfermedades infecciosas a nivel mundial.
La mayoría de esos bichos requieren succionar sangre para alimentarse, siendo los mosquitos son los más notorios debido a las devastadoras enfermedades que transmiten como chikunguña, dengue, encefalitis japonesa, filariasis linfática, fiebre del Valle del Rift, fiebre amarilla, virus del Nilo Occidental y el Zika.
Las garrapatas son otro vector infeccioso entre animales y personas debido a que albergan patógenos—bacterias y virus que pueden causar enfermedades—tales como la enfermedad de Lyme, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, fiebre reincidente (borreliosis), enfermedades relacionadas con la ricketsia (fiebre Q y fiebre manchada), encefalitis provocada por garrapatas y tularemia.
Otro vector relativamente desconocido—el triatomino—comúnmente conocido como el “bicho besador”, debido a que pica alrededor del ojo o boca, recientemente recibió una significativa cobertura por parte de los medios de comunicación.
En algún tiempo endémicos a Sudamérica, los bichos besadores se han encontrado actualmente también en Centroamérica, Europa y Estados Unidos, incluyendo en el Condado de El Paso. Se les reconoce por la marca de color naranja y negra o una franja de color café oscuro a lo largo de las orillas externas de sus cuerpos ovalados y cabezas alargadas. Los bichos besadores también tienen alas y transportan un parásito, el trypanosoma, que provoca la enfermedad de Chagas.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) unas 8 millones de personas del Continente Americano padecen dicha enfermedad, que empieza durante una succión de sangre, cuando el parásito es descargado a través de las heces del insecto y entra al torrente sanguíneo cuando la víctima se rasca el área irritada. Si los síntomas se desarrollan en la fase aguda, podrían ser similares a los de otras enfermedades e incluyen: diarrea, vómito, dolor de cabeza, comezón y en algunos casos una inflamación extrema del párpado o el área cercana al piquete.
La mayoría de las personas son asintomáticas, aunque si no reciben atención, algunas entran a la fase crónica de la enfermedad de Chagas que podría durar toda la vida.
Aproximadamente del 20 al 30 por ciento de las personas infectadas desarrollan complicaciones cardíacas y/o gastrointestinales, incluyendo ritmo cardíaco alterado, crecimiento del corazón, fallas cardíacas, ataques al corazón y/o crecimiento del colon o esófago que puede causar dificultar al comer o durante los movimientos del intestino; eventualmente pueden provocar la muerte.
¡Protéjase a sí mismo y a sus mascotas! Deseche el agua estancada de las vasijas de las mascotas, bebederos para pájaros y contenedores que ya no sirven. Remueva la maleza, leña y montones de piedras que estén cerca de su casa. Selle las fisuras o huecos alrededor de las ventanas, paredes, techos y puertas. Cubra los orificios de los áticos y sótanos. Utilice mosquiteros en las puertas y ventanas y repare los que estén rotos. Mantenga a sus mascotas en el interior de la vivienda, especialmente durante la noche. Asegúrese que la cama de su mascota esté limpia y revise si hay bichos.
¡Hay que divertirse al aire libre pero también hay que estar alertas!
*La doctora Bibiana M. Mancera es directora de Participación Comunitaria del Centro de Investigación Biomédica Fronteriza de la Universidad de Texas en El Paso.