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Opinion El Paso

Por qué el voto los latinos nos sorprenderá en los próximos 20 años

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Roberto Suro/The Washington Post

domingo, 30 octubre 2022 | 06:00

La grabación de la conversación racista de los miembros del Consejo Latino de Los Ángeles es una triste pieza de museo. Esos veteranos de antiguas batallas que están a favor del empoderamiento de los latinos no se dieron cuenta de la manera en que los latinos actuales, especialmente los jóvenes, están redefiniendo la política de identidad en maneras que serán evidentes en los resultados de la elección de medio término.

Esa generación más antigua de líderes dependió del crecimiento de la población para allegarse de poder. Muchos activistas y analistas siguen vendiendo el punto de vista del “gigante dormido” de los latinos como un bloque que siempre está creciendo. Otros los muestran como “votantes importantes” que están allí para el que pueda conquistarlos a escala nacional.

Ambos puntos de vista le han restado importancia a la proliferación de aspiraciones políticas de los latinos. Los votantes hispanos elegibles se dispararon de 14.3 millones en el año 2000 a 34.5 millones en este año. La dispersión geográfica y la segmentación económica han acompañado ese crecimiento.

Las diferencias que han resultado van más allá de las disparidades basadas en los orígenes nacionales –por ejemplo, cubanos contra mexicanos– y los demás. La nueva política latina es totalmente Hecha en Estados Unidos.

Las condiciones locales y las tendencias nacionales influencian a los votantes latinos tanto como cualquier otra. Aunque los demócratas han obtenido una clara mayoría durante décadas, las recientes elecciones les dan esperanza a los republicanos de que pueden cambiar esa dinámica. Cambios más grandes están por llegar.

A principios de los años 2000, el motor de crecimiento de los votantes latinos cambió, de llegar como inmigrantes a nacer en este país. Esta nueva generación está empezando a postularse para algún puesto y para votar, con notables efectos en ambos partidos.

Uno de los políticos que fueron grabados en Los Ángeles insistió en que los afroamericanos no deben ocupar “los puestos de los latinos”. Después de una carrera de 40 años con notables logros, Gil Cedillo de 68 años, perdió las primarias ante un candidato que tiene menos de la mitad de su edad. En lugar de publicitar su identidad hispana, Eunisses Hernández reunió una coalición diversa alrededor de una agenda anti-establishment que funcionó para los demócratas progresistas en otros lados.

Sin embargo, las jóvenes mexicoamericanas están haciendo campaña en contra del establishment político local en el sur de Texas. Todos esos son puestos que han sido mantenidos por décadas por demócratas latinos.

Al igual que Hernández –pero al otro extremo del espectro ideológico– los republicanos ofrecen un cambio generacional y un mensaje polarizador para solucionar la insatisfacción con las condiciones locales.

En Los Ángeles, Hernández captó la angustia en vecindarios de una ciudad que rápidamente se está haciendo más elitista al condenar a unos latinos de la vieja guardia que aseguró que estaban en deuda con los desarrolladores.

En el Valle del Río Grande está la frontera. Las latinas republicanas culpan a los demócratas latinos por el caos y la criminalidad en un lugar que va a ser largamente recordado como una membrana entre comunidades que están emparentadas.

Sin embargo, la construcción del muro MAGA ha dejado expuestos los límites de la solidaridad étnica: cada nueva generación con raíces familiares en México se ha vuelto más distante que los recién llegados son mostrados como solicitantes de asilo que no valen la pena de Centroamérica y más lejos, a diferencia de sus ancestros que trabajaban arduamente.

En el aborto, un reciente sondeo muestra diferencias significativas entre los latinos por edad, educación y afiliación religiosa que actualmente más o menos reflejan la población general.

Los que hablan español y que nacieron en el extranjero tienen más probabilidades de decir que el aborto debería ser ilegal que los que los nativos que hablan inglés. La mayor exposición de la política de Estados Unidos produce divisiones similares a aquellas que hay en el público en general.

Un poderoso cisma por género se está desarrollando entre los latinos como hace tiempo sucedió entre los anglosajones.

Un sondeo entre votantes registrados realizado en septiembre, detectó que los latinos favorecen a los republicanos en casi 20 puntos, 41 por ciento contra el 22 por ciento, en una boleta genérica, comparado con las mujeres latinas.

Márgenes similares por género prevalecieron en el porcentaje de desaprobación del presidente Biden, la aprobación de Donald Trump y la postura republicana sobre inmigración y economía.

Sin embargo, el cambio generacional es el factor más poderoso que está moldeando las identidades políticas de los latinos, y ese proceso acaba de empezar. Hasta ahora, los adultos jóvenes latinos, al igual que otros de ese grupo de edad, no están comprometidos. En un sondeo reciente entre votantes latinos registrados, los que tienen unos 20 años son la mitad que probablemente dicen que están interesados en la elección como el grupo de edad de sus abuelos.

Los republicanos pueden encontrar buenas noticias en ese sondeo, ya que el porcentaje de aprobación de Biden fue 15 puntos más bajo entre los adultos jóvenes latinos, comparado con sus mayores –casi el doble de la brecha generacional del público en general. Los votantes mayores que nacieron en Cuba son partidarios fieles de los republicanos.

Sus hijos jóvenes que nacieron en Estados Unidos está divididos equitativamente –como el resto del país.

Ahora imagine el futuro: casi la mitad de los latinos que nacieron en Estados Unidos tienen menos de 18 años, más del doble del porcentaje de blancos que nacieron en este país. Esos nuevos votantes son nativos digitales y producto de las escuelas estadounidenses, aunque muchos fueron criados por inmigrantes.

Aproximadamente la mitad puede expresarse sin esfuerzo entre español e inglés. Son culturalmente heterogéneos, casi 4 de cada 10 hispanos que nacieron en el país están casándose con alguien que no es latino.

Los últimos 20 años muestran que el crecimiento de esa población muestra diversos intereses en lugar de cohesión. La elección de medio término nos está diciendo que los latinos de hoy no se definen a sí mismos por una simple lealtad al partido o las antiguas maneras de identidad política.

En lugar de adivinar acerca de su futuro político, necesitamos preguntarnos de qué manera nuestra política actual, tan viral y divisiva, los está influenciando.

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