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Opinion El Paso

Mayorkas no es el adecuado para secretario de Seguridad Interna

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Ruben Navarrette Jr./The Washington Post

domingo, 05 febrero 2023 | 06:00

San Diego— Alejandro Mayorkas es latino y refugiado. Eso significa que para los republicanos de la Cámara, el secretario de Seguridad Interna empezó con dos desventajas.

Mayorkas, quien fue procurador y director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, hizo su juramento como secretario del Departamento de Seguridad Interna en febrero del 2021.

Justo seis meses después, antes de que Mayorkas terminara de decorar su oficina, el representante republicano Andy Biggs de Arizona dijo que pretendía presentar los artículos de un juicio político en contra del secretario de Seguridad Interna por el mal manejo de la administración Biden de la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México.

En los últimos 18 meses, el rumor de un juicio político contra Mayorkas ha aumentado.  Kevin McCarthy, republicano por California y presidente de la Cámara, dijo que Mayorkas debe renunciar o ser enjuiciado políticamente.

En esta semana, el Comité Judicial de la Cámara, que está controlada por republicanos, realizó audiencias sobre la caótica situación en la frontera.

La narrativa fue que las políticas fronterizas de Biden –llevadas a cabo por Mayorkas– están provocando que las comunidades de todo el país sean menos seguras.

Cuando se habla de inmigración, a los republicanos les fascina simplificar excesivamente las cosas. Ahora quieren castigar a un burócrata de carrera por –según lo ven ellos– crear la peor crisis migrante en décadas.

Ante los ojos de los republicanos de la Cámara, el hecho de que decenas de miles de personas desesperadas de todo el mundo estén arribando a Estados Unidos en busca de un lugar seguro y una segunda oportunidad, realmente no es atribuible a la pobreza, huracanes, inundaciones, asesinatos políticos, turbulencia civil, violencia de las pandillas, falta de empleos o de la guerra de Rusia contra Ucrania.

No, ellos dicen que los enormes problemas en la frontera son debido al mal desempeño y caos provocado por un solo hombre: Alejandro Mayorkas.

Nacido en La Habana en 1959, fue traído a Estados Unidos al año siguiente como refugiado por sus padres, quienes andaban en busca de un lugar seguro y una segunda oportunidad, Mayorkas se convierte en el perfecto chivo expiatorio del Partido Republicano.

Como siempre lo ha sido, la historia de las políticas de inmigración de Estados Unidos siempre ha sido acerca de evadir la responsabilidad y de encontrar fallas en las personas.

Preocupados por el crimen, mala economía o identidad nacional, las anteriores generaciones de estadounidenses culparon a los alemanes, irlandeses, chinos, italianos, judíos.

Cualquiera que se viera diferente o hablara un idioma diferente era mostrado como un villano que pretendía dañar a Estados Unidos.

Desde California hasta Washington, D.C., los republicanos de hoy han mostrado que sus chivos expiatorios favoritos son los inmigrantes y especialmente los latinos. Nada prende más a la base del Partido Republicano –que es abrumadoramente anglosajona– que la bandera mexicana y que les digan “presione el número 1 para escucharlo en inglés”.

Así que, ahora que tienen el control de la Cámara –bajo el mando tentativo de McCarthy– los republicanos han convertido en su máxima prioridad la purga de alguien en quien nunca han confiado para que encabece el Departamento, encargado de proteger a su patria.

Poniéndolo de una manera directa, si Mayorkas se apellidara “Miller” o “Mayfield” o “Moffit”, los republicanos no estarían tratando de convertirlo en el culpable de la crisis fronteriza que es más complicada que lo que admiten los políticos.

¿Por qué es tan complicada? Por una sola cosa, los republicanos son culpables como cualquier otra persona por el fenómeno que tiene décadas de personas pobres y desesperadas del sur que se dirigen al norte.

En las tres últimas décadas, el partido que se ha considerado “estar a favor de los negocios” ha actuado laxamente contra los empleadores de inmigrantes indocumentados –que a su vez, ha dado como resultado más contrataciones y más inmigrantes que cruzan la frontera buscando ser contratados.

Aunque, el juicio político podría ser racista e injusto, no lamentaría ver que Mayorkas renuncie o sea despedido por el presidente, Yo lo apoyaba anteriormente.

Me fascinaba su historia de vida y me sentía impresionado por su currículo. Pero he decidido que este hombre no es apto para este puesto. Mayorkas es abogado y actúa como político.

Por ejemplo, el secretario ha sido menos honesto en relación con el Título 42 –la sección del Código de Estados Unidos que permite que Estados Unidos rechace a los migrantes con el pretexto de proteger la salud pública.

No hay duda que la administración se sintió aliviada cuando la Suprema Corte, en el mes de diciembre, amplió la aplicación del Título 42.

Aunque Mayorkas dijo en entrevistas que la administración trató enfáticamente durante meses de dar por terminada esa provisión.

Si hubiera sido así, esos esfuerzos podrían haber sido una noticia para los reporteros que cubren la frontera. La verdad es que la administración ha mantenido vigente el Título 42 durante casi dos años a pesar del compromiso que hizo el presidente Biden de darlo por terminado.

Mayorkas debe irse, no porque este hombre haya causado la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México, eso es una tontería del Partido Republicano, sino porque la deshonestidad y la doble narrativa ha hecho que cualquier crisis –incluyendo ésta– haya empeorado.

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