Opinion El Paso

Los homicidios en México comienzan en las tiendas de armas de EU

Si Trump quiere combatir a los cárteles detrás de asesinatos como el de la masacre de los nueve mormones el lunes, puede empezar con el control de armas

Ioan Grillo / The New York Times

viernes, 08 noviembre 2019 | 06:00

Ciudad de México— La bebé de siete meses Faith Marie Johnson logró sobrevivir horas sin agua ni alimento dentro de una camioneta acribillada en el norte de México hasta que sus familiares llegaron. Había logrado escapar milagrosamente de las balas que volaron a su alrededor. Su madre fue una de las tres mujeres que fueron asesinadas el lunes, junto con otros seis niños, cuando un escuadrón de personas armadas emboscó sus autos luego de que salieron de una comunidad mormona cercana. Otros cinco niños sobrevivieron a disparos en la espalda, mandíbula, piernas, muñecas y pecho. Todas las víctimas mortales tenían la ciudadanía estadounidense. El ataque ha causado indignación desde México y Utah hasta la Casa Blanca. Una vez más, la atención de Estados Unidos se ha enfocado en la violencia al sur de la frontera.

Los fiscales mexicanos culparon de la masacre a los carteles que están librando una disputa por el control de las rutas lucrativas del contrabando de drogas hacia Estados Unidos. Según ellos, el ataque a las familias mormonas tal vez se debió a una confusión de identidad. Además, algunos miembros de esa comunidad mormona se han manifestado abiertamente contra la delincuencia, como Julián LeBaron, quien ayudó a rescatar a la bebé de la camioneta. LeBaron me pareció uno de los oradores más inspiradores de una serie de manifestaciones contra la violencia a las cuales hice seguimiento por todo México en 2011. Pero desde entonces la violencia no ha hecho sino empeorar.

El presidente Trump respondió a los ataques el lunes con una serie de tuits, calificando a los carteles de “monstruos” y ofreciendo su ayuda para derrotarlos. “¡Los cárteles se han convertido en algo tan grande y poderoso que a veces se necesita un ejército para derrotar un ejército!” escribió. “Este es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos, les declare la GUERRA a los carteles de la droga y los elimine de la faz de la tierra”.

El presidente está en lo correcto cuando afirma que los cárteles de droga mexicanos son inmensamente poderosos y que realizan ataques monstruosos contra civiles, lo que ha causado una catástrofe humanitaria en el país. Sin embargo, no dijo que Estados Unidos ya viene ayudando a financiar las operaciones del Ejército mexicano contra los traficantes desde 2008, bajo un plan conocido como la Iniciativa Mérida. Y quizás lo más importante, también olvidó mencionar que los carteles siembran el terror usando armas estadounidenses.

Entre 2007 y 2018, más de 150 mil armas de fuego fueron rastreadas con total certeza de delincuentes mexicanos a fábricas y tiendas de armas en Estados Unidos. Se presume que una cantidad mucho mayor de armas sigue en manos de los carteles. El año pasado, se confirmó que el 70 por ciento de las armas de fuego que las fuerzas de seguridad mexicanas decomisaron y presentaron a la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) fueron fabricadas o vendidas en Estados Unidos.

Esas armas incluyen miles de rifles Kalashnikov y fusiles de asalto AR-15, los cuales pueden ser modificados por los cárteles para volverlos completamente automáticos, según la explicación de un experto en armas de fuego de ATF durante el juicio de Joaquín Guzmán, conocido como “El Chapo”, un capo mexicano de la droga que actualmente está en una prisión federal de máxima seguridad en Colorado. También hay cientos de rifles de francotirador calibre .50, los cuales disparan balas del tamaño de cuchillos que atraviesan armaduras. El 17 de octubre, miembros de carteles usaron este tipo de rifles para atacar a las tropas mexicanas tras el arresto del hijo de Guzmán en la ciudad de Culiacán. Un video del ejército muestra la pierna cercenada de un soldado. En otra masacre realizada el mes pasado, los matones dispararon balas calibre .50 en una emboscada que mató a 13 policías en el estado de Michoacán.

Estas armas excesivas se venden en tiendas en muchos estados por todo Estados Unidos. Agentes de la ATF han capturado a varias personas involucradas en el contrabando de estas armas a México, incluida una pareja condenada a prisión el mes pasado en Tucson, Arizona.

El 19 de octubre, Trump accedió a combatir el tráfico de armas tras una llamada telefónica con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, según funcionarios mexicanos. Pero si en verdad quiere hacerlo, Trump necesita apoyar algunas propuestas en el Congreso que cuentan con amplio apoyo de los estadounidenses. Entre estas se encuentra la Ley Bipartidista de Revisiones de Antecedentes (Bipartisan Background Checks Act), un proyecto de ley que cerraría el vacío legal que les permite a los traficantes obtener armas, la cual fue aprobada en febrero por la Cámara de Representantes, pero luego se estancó en el Senado. Una encuesta publicada en julio reveló que el 89 por ciento de los entrevistados apoyan las revisiones de antecedentes obligatorias para la compra de armas.

Otras medidas que el presidente Trump debería apoyar incluyen un proyecto de ley que dificulta robar armas de fuego de las tiendas y otro proyecto de ley que hace más difícil la construcción de armas a partir de kits. Ninguna de estas leyes impedirá que los estadounidenses que respetan las leyes compren armas de fuego, pero sí les dificultará a los carteles conseguir armas y seguir asesinando personas.

Por supuesto, las fuentes del problema de la delincuencia en México son complejas. El gobierno mexicano tiene también mucho trabajo por hacer como, por ejemplo, realizar mayores esfuerzos para combatir la corrupción y la impunidad que posibilitan las operaciones de los carteles. Para empezar, López Obrador necesita una estrategia de seguridad coherente. Su llamado a dar “abrazos, no balazos” claramente no está funcionando. Sin embargo, es aún mucho más difícil para las fuerzas de seguridad mexicanas aventajar a mafiosos que acribillan sus vehículos con calibres .50 y tienen un suministro ilimitado de rifles.

Trump tiene algo de razón cuando afirma que los cárteles son una amenaza sanguinaria comparable a un ejército. Pero para combatir eso, Trump necesita reducir el suministro de armas de fuego que los hace tan temibles. Ese poder está en sus manos.

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