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Opinion El Paso

Los Ángeles necesita mejores líderes

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Ruben Navarrette Jr./The Washington Post

domingo, 16 octubre 2022 | 06:00

San Diego— El multiculturalismo puede ser desastroso. Los Ángeles no sólo es la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, también es una de las más problemáticas.

Todo lo que se necesitó para incendiar la ciudad fueron los audio clips de un cuarteto de influyentes latinos –tres miembros del Consejo de la Ciudad de Los Ángeles y un líder laboral– que dijeron cosas horribles, mezquinas y racistas en contra de los afroamericanos, judíos, armenios, gays, blancos, coreanos y oaxaqueños. Nadie se salvó.

El audio –grabado en octubre del 2022 y publicado en Reddit antes de ser obtenido por The Los Angeles Times– desmoronó la ciudad.

Yo conozco esta ciudad. Es el lugar al que recurrí en los años 1990 y luego me alejé de ella. Viví en El Pueblo de la Reina de Los Ángeles en tres ocasiones en un período de cuatro años después de huir de la granja de mi nativo centro de California.

Salí de allí en enero de 1995 cuando –después de que terminó un show radiofónico nocturno del que era el co-presentador para ABC Radio con el comentarista afroamericano Tavis Smiley– le dije adiós a la Ciudad de los Ángeles y me fui a lidiar con mis demonios.

Veintisiete años después, una cosa acerca de Los Ángeles que no ha cambiado, es que los latinos, que representan más del 50 por ciento de la población, y los afroamericanos, que son el 9 por ciento de ella, siguen luchando por las migajas que caen de la mesa de los blancos.

Los Ángeles es en donde mueren las Matemáticas. Hay 15 miembros del Consejo de la Ciudad y sólo cuatro de ellos –menos del 30 por ciento– son latinos, aun cuando los latinos representan más de la mitad de la ciudad.

De hecho, mejor que esos tres latinos, Nury Martínez, la desacreditada ex presidenta del Consejo de la Ciudad, dijo no más en esta semana y cedió ante el llamado a renunciar que se extendió desde el ayuntamiento hasta la Casa Blanca.

Martínez no fue la única ofensora. Los otros tres también participaron, pero Martínez encabezó el grupo. Ella recordó cuando el pequeño hijo afroamericano del consejero Mike Bonin se portó mal y dijo que el niño “parecía changuito” o “que actuaba como chango”. 

También dijo que Bonin –quien es gay– era una “pequeña zorra” que trataba a su hijo como un “accesorio”. Martínez llamó a los oaxaqueños chaparros, prietos y feos y dijo que el procurador del distritos estaba a favor “de los afroamericanos”.

Ron Herrera, presidente de la Federación del Trabajo del Condado Los Ángeles, también renunció.

Gil Cedillo, consejo de la Ciudad de Los Ángeles y Kevin de León son las dos personas que permanecen.

Cedillo es un fracaso, habiendo sido derrotado por la latina de izquierda Eunisses Hernández en las primarias del mes de junio de California. Por supuesto, de León también debe renunciar.

Los cuatro groseros tienen que irse. No pueden desempeñar su trabajo. Sus colegas no confían en ellos. No les agradan a una gran parte del público, al grado que no hay ninguna cortesía ni respeto en el Consejo de la Ciudad, ellos lo destruyeron.

Pero eso no es todo lo que destruyeron. Ellos estaban intrigando sobre cómo impedir que la comisión de redistritación de la ciudad erosionara los avances que fueron ganados arduamente por los latinos y ellos mismos terminaron erosionando esos avances.

La diversidad se ve estupenda en un folleto, como un brillante artefacto del futuro. Alrededor del 2042, se espera que los blancos se conviertan en una minoría estadística mientras el país se convertirá en un “mayoría de minorías”.

Sin embargo, en las manos de los torpes, la diversidad puede ser corrosivamente divisiva. Y la división basada en diferencias personales –raza, color, credo, etcétera– no tiene lugar en el futuro. En lugar de eso, se remonta a un desagradable pasado.

Aunque no hay que ser santurrones. Los latinos y afroamericanos no inventaron la política de identidad en el 2022. Si uno revisa el derecho de autor de ese chico malo, veremos que era el juguete favorito de los italianos y los irlandeses en 1922. Un siglo antes, en 1822, sembró el caos entre los ingleses y alemanes.

El lema nacional no es realmente E Pluribus Unum, es decir, de muchos uno, sino que es “Cuídate a ti mismo”.

Sin embargo, lo que sucede cuando un grupo de personas que aseguran están cuidando de uno no cuidan sus sentimientos. Porque aquellos que aseguran que son nuestros lideres no hablan por uno ni reflejan nuestros valores.

“Espero que ustedes sigan comprometidos y sigan luchando por su parte de los recursos de la ciudad”, dijo Martínez en su carta de renuncia. “Es difícil decir adiós, pero por favor sepan que yo estuve luchando por ustedes”.

Increíble. Aún no lo entiende. Junto con Cedillo, Herrera y de León, Martínez no estaba dirigiendo a los latinos a ningún lado: excepto a un racismo sin salida, pequeñez y pensamiento tribal.

Tomen esto de un méxicoamericano: no cabíamos allí. Además, es difícil seguir a alguien de quien uno se avergüenza.

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