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Opinion El Paso

Lectores exigen a columnista solucionar la inmigración

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Ruben Navarrette Jr./The Washington Post

domingo, 29 enero 2023 | 06:00

San Diego— Los columnistas no deberían ofrecer soluciones a los problemas políticos debido a que participar en el debate hace que sea imposible realizar una evaluación justa sin favorecer su propia postura.

Aunque, los lectores desean saber cuál sería mi solución a la crisis de inmigración. Uno de ellos me escribió: “Leí un artículo que usted escribió acerca de las fallas de los planes de inmigración del presidente Biden. Aunque no estoy en desacuerdo con sus observaciones, sigo esperando sus soluciones”.

No es que esos lectores valoren mi opinión. La mayor parte del tiempo, ellos tratan de callarme. Debido a que soy centrista, tanto los liberales como conservadores quieren callarme.

He criticado a Biden por su atroz manejo de la frontera entre Estados Unidos y México: que incluye ampliar las políticas punitivas del presidente Donald Trump.

En respuesta a eso, los que defienden a Biden y los que defienden a Trump toman la ofensiva y exigen saber qué haría yo de manera diferente.

Por supuesto, tengo mi propio plan de 20 puntos. ¿Acaso no lo tiene cualquier estadounidense? 

El debate de inmigración saca el analista político que hay en todos, aunque algunas propuestas están mejor pensadas que otras.

La inmigración es uno de esos temas en los que no saber o entender mucho acerca del problema no lo descalifica a uno de tener su propia opinión.

Aunque muchas de las alternativas parecen estar a medias, mi plan está muy reflexionado. Es sólido y es un buen augurio que los elementos que contiene dejen fuera a los absolutistas tanto de la derecha como de la izquierda.

Empiezo haciendo un llamado a los estadounidenses para que hagan algo que no les gusta: ser honestos acerca del “problema” que supuestamente estamos tratando de resolver.

Debido a que más integrantes de la Generación Z están tomando su año sabático de la fuerza laboral, y más empleadores necesitan reemplazarlos, el verdadero “problema de inmigración” es que no tenemos suficientes inmigrantes.

Ese es el tipo de comentario directo que ustedes podrían recibir de un periodista méxicoamericano que ha cubierto la inmigración de tres estados del suroeste del país durante tres décadas.

He visto este problema desde todos los ángulos y debido a que no estoy impedido debido a la lealtad partidista, veo las cosas claramente.

Otro lector me escribió: “Usted está en una excelente posición para diseñar una política de inmigración. Por favor, comparta lo que piensa”.

Mi plan podría recorrer un largo camino hacia asegurar la frontera, facilitando la crisis de los refugiados, recibiendo más inmigrantes legalmente, conseguir trabajadores para desempeñar los trabajos que los estadounidenses no hacen y arreglar el fracturado sistema.

Aunque recientemente, recordé otra razón por la que no me gusta dar a conocer mi plan: siempre que expreso mis ideas, muchos lectores asumen erróneamente que les estoy pidiendo compartir los suyos conmigo.

No gracias. Si ustedes tienen un plan de inmigración y proviene de la izquierda –lo cual significa que probablemente será “despierto” e impráctico o de la derecha, que es probable que sea bárbaro y cruel– guárdenselos para ustedes y yo haré lo mismo.

Aun así, les voy a compartir lo que yo considero que es la mejor propuesta en mi lista y algo que nunca he escuchado de nadie más:

Aceptemos que no vamos a otorgarle la ciudadanía estadounidense inmediata y automática a millones de migrantes indocumentados. Por el contrario, hay que darles tres cosas que ellos dicen que es lo que más desean: licencia de conducir para que puedan ir a trabajar y llevar a sus hijos a la escuela, la habilidad de ir y volver de sus países de origen para visitar a sus parientes y una protección contra la deportación mientras no cometan delitos.

No habría ninguna prohibición. Si ellos desean la ciudadanía, tendrán que obtenerla por su cuenta. Sin embargo, obtenerla no será rápido ni fácil, que es la manera en que muchos demócratas lo quieren.

Apuesto a que los conservadores están sonriendo. Su resistencia a una reforma de inmigración integral es debido a su rechazo a pagar las consecuencias.

El Partido Republicano –que en algún momento predicó un maravilloso sermón acerca de que cada quien debe tomar la responsabilidad de sus acciones– no tomará la responsabilidad por las décadas en que ha aceptado inmigrantes.

Cuando la gente dice “ciudadanía”, los republicanos escuchan “votos”. Ellos no pueden dejar que millones de inmigrantes indocumentados voten debido a que el Partido Republicano recibiría una paliza que debería haber recibido desde hace tiempo.

Sin embargo, los de la derecha probablemente no verán de una manera amable lo que diré enseguida.

Debido a que esas personas recién legalizadas no disfrutarían de inmediato de todos los privilegios de la ciudadanía de Estados Unidos, incluyendo votar por sus representantes en el gobierno, ni tendrían que pagar impuestos: ni locales, estatales ni federales.

Si se convierten en ciudadanos por su cuenta, ellos pueden empezar a contribuir en ese momento. Tome en cuenta que no se puede cobrar impuestos sin tener una representación.

Digamos que esa es una frase pegajosa. Se podría construir toda una nación con un principio como ése.

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