Opinion El Paso

Las sombrías opciones que tiene la Reserva Federal

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Robert J. Samuelson / The Washington Post

sábado, 27 julio 2019 | 06:00

Washington–Es algo generalizado. Casi todos, o eso parece, creen que la Reserva Federal bajará las tasas de interés a corto plazo la próxima semana cuando se reúna el grupo que toma las principales decisiones. El presidente Trump está a favor de tasas más bajas. Al igual que muchos economistas, incluyendo algunos feroces críticos de Trump.

De manera similar, Jerome “Jay” Powell, presidente del Banco Central ha dicho que la Reserva Federal desea mantener la expansión económica. Finalmente, a Wall Street también le fascinan las tasas más bajas, las cuales promueven el alza del precio de las acciones. Esa parece una coalición invencible.

¿Lo será?

A simple vista, no queda claro que la economía necesite otra descarga de crédito barato. Aunque la Reserva Federal ha estado aumentando las tasas desde diciembre del 2015, siguen siendo bajas de acuerdo a los estándares históricos.

La tasa de financiamiento para los créditos por una noche sigue estando en el rango del 2.25 al 2.5 por ciento, con una inflación cerca del 2 por ciento, las tasas “reales”, es decir ajustadas a la inflación, están cerca de cero.

Existen por lo menos tres razones plausibles para no reducir las tasas en este momento.

Aunque la economía ha disminuido el ritmo respecto al año pasado, no ha caído en una recesión –usualmente definida como dos trimestres consecutivos de descenso del producto interno bruto.

En una entrevista del 18 de julio que concedió Eric Rosengren, jefe del Banco de la Reserva Federal en Boston, a Nick Timiraos de The Wall Street Journal, argumentó que la reciente noticia económica “ha sido positiva”.

Citó el sólido crecimiento del empleo del mes de junio, 224 mil, además de que las ventas al detalle han excedido las expectativas.

Rosegren comentó que no consideraría reducir las tasas hasta la reunión que tendrá la Reserva Federal el 30 y 31 de julio.

Unas tasas de interés más bajas podrían impulsar la especulación financiera, ya que los inversionistas piden prestado a tasas reducidas para comprar activos, acciones, bonos y créditos para los países de “mercados emergentes”, lo cual provoca que los precios no sean realistas y finalmente se mantengan a niveles insostenibles.

En un documento del 2014, el entonces gobernador de la Reserva Federal, Jeremy Stein, argumentó que hay momentos en que las políticas para ayudar a la economía en general chocan con las políticas que pretenden limitar la especulación financiera.

Puesto de una manera sencilla, el crédito barato podría justificarse cuando el desempleo es alto pero no así cuando es bajo.

En una reciente comunicación a través de correos electrónicos, el economista Stein –allá en Harvard– dijo que podríamos encontrarnos en uno de esos momentos contradictorios.

Aunque agregó que es difícil “creer que estamos en riesgo de algo parecido a la crisis financiera del 2008-09”.

No importa cuántas veces Powell y otros oficiales de la Reserva Federal nieguen que están influenciados por presiones políticas –y por las constantes demandas de Trump para reducir las tasas–, será difícil, y tal vez imposible, que la gente crea que la Reserva Federal es verdaderamente independiente.

Para Powell existe un dilema. Si adopta el punto de vista de Trump de que la economía necesita más recortes a las tasas de interés, se verá como el lacayo del presidente, aunque crea genuinamente que disminuir las tasas es la medida correcta.

Por otra parte, si Powell se rehúsa a reducir las tasas –porque piensa que la economía está lo suficientemente bien–, virtualmente está asegurando que habrá una pelea política con Trump.

Todo esto está ocurriendo en contra de un trasfondo altamente cargado acerca del grado al que la Reserva Federal se encuentra restringida por las presiones políticas.

Los críticos de ese organismo argumentan que esa poderosa agencia debería estar sujeta a un mayor control público.

En una conferencia que dio la semana pasada, Rosegren rechazó ese punto de vista al asegurar que el Banco Central ya está sujeto a un mayor control público. El Congreso establece los objetivos que deben ser obtenidos, según dijo, mientras que la Reserva Federal decide –mayormente sobre el terreno técnico– cómo deben ser conseguidos esos objetivos.

Es un debate importante, pero el resultado finalmente será determinado por los “hechos en el campo de acción”, mientras que tanto Trump como Powell buscan fortalecer su posición política.

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