Opinion El Paso

¿Impugnar a Trump o trabajar con él? Los demócratas tratan de hacer ambas cosas

El repentino brote de cooperación bipartidista, que seguramente será fugaz, estuvo lejos de ser casualidad

Sheryl Gay Stolberg / The New York Times

jueves, 12 diciembre 2019 | 06:00

Washington— El día que los demócratas de la Cámara de Representantes acusaron formalmente al presidente Donald Trump de delitos mayores y menores, sucedió algo inusual en la capital estadounidense: el Gobierno dividido comenzó a trabajar.

El martes, 10 de diciembre, minutos después de anunciar que los demócratas acusarían a Trump de abuso de poder y obstrucción del Congreso, la presidenta Nancy Pelosi se reunió a puertas cerradas con sus bases, para informarles que estaba lista para concederle al presidente Trump su prioridad económica más importante: aprobar el nuevo tratado comercial con Canadá y México.

Eso no era todo. Los demócratas también están a punto de aprobar un proyecto bipartidista de ley de defensa, el más grande en la historia del país, tras semanas de negociaciones con los republicanos, además de tener la intención de aprobar esta semana una legislación en otro tema que es una de las principales prioridades para Trump: disminuir el costo de los medicamentos controlados.

El repentino brote de cooperación bipartidista, que seguramente será fugaz, estuvo lejos de ser casualidad. Para Pelosi fue una prueba de que los demócratas podrían cumplir su agenda legislativa, mientras que en la práctica despojaban a Trump del argumento de que estaban ignorando los asuntos importantes del país en su afán por deshacerse de él.

Sin embargo, Trump se les fue encima. El 10 de diciembre por la tarde, frente a reporteros en el jardín sur de la Casa Blanca, dijo que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, o USMCA, era “lo rescatable de la impugnación” y agregó que los demócratas estaban usándolo para “amortiguar la impugnación, porque les avergüenza”.

Desde hace mucho tiempo, Pelosi ha insistido en que los demócratas podían “caminar y mascar chicle al mismo tiempo”, ya que pueden trabajar con el presidente en legislaciones incluso mientras tratan de destituirlo. La presidenta de la Cámara Baja está consciente de que, si quiere mantener la mayoría y su cargo, no puede enviar a casa, y con las manos vacías, a sus miembros para que pasen la temporada navideña en especial a los moderados de los distritos que apoyan a Trump después de que votaron para que el presidente sea sometido a un juicio político.

Así que durante la mañana del 10 de diciembre en la capital se mostraban dos imágenes al mismo tiempo, mientras los demócratas, los medios noticiosos y la Casa Blanca lidiaban con algo equivalente a un caso de latigazo, Pelosi apareció ante las cámaras a las 9 de la mañana acompañada de sus principales colaboradores para presentar los artículos de impugnación y, de nuevo, una hora después, para anunciar un acuerdo sobre el USMCA.

Entre esas dos apariciones, la actividad de Trump en Twitter, quien por lo general se dedica a atacar a los “demócratas buenos para nada” por realizar “¡la mayor cacería de brujas de la historia de Estados Unidos!”, parecía que cambiar radicalmente.

“Parece que hay un muy buen apoyo demócrata para el USMCA”, escribió el presidente. “¡Eso sería grandioso para nuestro país!”

Algunos demócratas criticaron la estrategia de sus líderes.

“Que el USMCA se mencione en este momento es una distracción muy grande”, dijo a los reporteros Marcy Kaptur, representante demócrata de Ohio, quien manifestó su preocupación por el acuerdo comercial. “Es una manera de tratar de que se hable de más de un solo tema en las noticias”, agregó.

Pelosi insistió en que no era una cuestión política, sino el calendario mismo, que dictaba matar dos pájaros de un tiro al pedir la destitución del presidente en un momento y concederle una de sus principales prioridades al siguiente.

“Sencillamente es que, a medida que nos acercamos al final de una sesión, hay que tomar algunas decisiones”, dijo durante la conferencia de prensa sobre el tratado de comercio. Y agregó: “No sabíamos qué día sería”.

No obstante, la imagen decía mucho. Con el pin de una bandera estadounidense con las palabras “Un país, un destino” en la solapa, Pelosi convirtió la conferencia sobre el comercio en una demostración de la fuerza demócrata. Se rodeó de más de una decena de sus miembros, incluidos recién llegados que representan los distritos donde ganó Trump y que han estado anhelando logros ampliamente populares que mostrar a su electorado antes de sus contiendas de reelección.

Los artículos de impugnación, estrechamente centrados en el esfuerzo de Trump para conseguir que Ucrania investigara a sus rivales políticos, también reflejaron las preocupaciones de Pelosi de proteger a esos moderados que enfrentan riesgos políticos. Los demócratas optaron por no acusar a Trump de obstrucción de la justicia con base en sus intentos de impedir la investigación de Robert Mueller sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016.

Los demócratas del Congreso “están haciendo más en dos semanas de lo que el Senado hizo en todo el año pasado”, dijo Tom Malinowski, representante de Nueva Jersey que recién empieza su carrera y cuya posición es muy vulnerable. Y agregó: “El corazón del Partido Demócrata en este momento es el Congreso demócrata y la Cámara de Representantes”.

Como el tiempo apremia antes de que finalice el año legislativo —está programado que la Cámara de Representantes termine su trabajo para el 20 de diciembre— los demócratas se apresuran para hacerlo todo. Es probable que voten el proyecto de ley de defensa en la Cámara Baja el próximo miércoles o jueves, y que la aprobación final suceda la próxima semana en el Senado, de tal modo que el proyecto de ley pueda enviársele a Trump. La semana próxima en la Cámara Baja, se votarán de manera consecutiva la impugnación y el proyecto de ley de comercio, muy seguramente en ese orden. Los demócratas y los republicanos deben llegar a un acuerdo en el gasto federal a tiempo para que se vote y evitar así un cierre gubernamental.

“Queremos dejar un mensaje positivo”, comentó el representante Steny H. Hoyer, líder demócrata, y agregó: “Necesitamos que los trenes sigan en movimiento si queremos salir de aquí el 20 de diciembre habiendo hecho lo que queríamos hacer”.

El senador Mitch McConnell, líder republicano, dijo el 10 de diciembre que el senado no analizaría el pacto comercial sino hasta el año próximo, después del juicio de impugnación programado para enero.

No obstante, es casi seguro que Trump se apresure a promulgar la ley de defensa, que autoriza un aumento de sueldo para el Ejército de un tres por ciento y crea financiamiento para una nueva fuerza espacial, una de las mayores prioridades del presidente. Así que podría darse la posibilidad de que haya una ceremonia de firma en la Casa Blanca en el preciso momento en el que los demócratas lo estén impugnando, tal vez, si la tradición se mantiene, con Pelosi junto a él.

Los demócratas ya están recalcando eso como una victoria: la primera vez que “el permiso de trabajo familiar pagado para millones de trabajadores federales, incluidas las familias de los soldados, será la ley suprema de la nación”, dijo en una entrevista el representante Hakeem Jeffries, presidente del caucus demócrata en la Cámara de Representantes.

La presidenta de la Cámara de Representantes (demócrata de California) sale de una conferencia de prensa tras anunciar los artículos de impugnación que acusan al presidente Donald Trump de abuso de poder y obstrucción del Congreso, en el Capitolio en Washington, el 10 de diciembre de 2019. El día que los demócratas acusaron formalmente a Trump de delitos mayores y menores, Pelosi declaró que llegaría con él a un acuerdo en materia de comercio.

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