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Opinion El Paso

Estados Unidos necesita las confesiones de Emma Coronel

Desde hace poco más de dos años, tras haber salido a la luz pública como la pareja de Guzmán, la averiguación sobre Coronel se convirtió en un tema cada vez más importante

Omar Sánchez de Tagle / The Washington Post

jueves, 25 febrero 2021 | 06:00

Washington— Su conocimiento sobre las operaciones con recursos de procedencia ilícita del Cártel de Sinaloa son la clave para que Emma Coronel, esposa del narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán y detenida esta semana en Virginia, logre negociar su libertad con las autoridades de Estados Unidos.

Desde hace poco más de dos años, tras haber salido a la luz pública como la pareja de Guzmán, la averiguación sobre Coronel se convirtió en un tema cada vez más importante para las autoridades en Estados Unidos. En las investigaciones de las agencias estadounidenses se señala que ella conoce el manejo de la organización criminal pero, principalmente, la forma en que se lava el dinero.

Para el Gobierno de Estados Unidos, la detención de Coronel se convierte en una pieza clave para conocer la estructura financiera del Cártel de Sinaloa. Su juicio, si bien es importante, podría ser solo un primer paso para asegurar su colaboración en el resto de investigaciones pendientes contra el cártel.

La importancia de la detención ya no es la información que ella tenga sobre Guzmán pues, de acuerdo a lo que me dijeron los abogados de Coronel, desde el día en que este fue sentenciado, en 2019, no ha logrado verlo ni tener contacto con él. Sin embargo, de acuerdo con la investigación de las autoridades estadounidenses, ella sigue en contacto con los cuatro hijos de “el Chapo” y con varios miembros de la organización criminal.

Sus abogados aseguran que Coronel viajó por asuntos personales a Virginia, y que al momento de ser detenida estaba nerviosa y confundida, pues no sabía que había una investigación en su contra. Sin embargo, a principios de 2019 inició la averiguación formal por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración de Control de Drogas (DEA) estadounidenses, las cuales estructuraron las pruebas que habían recabado durante nueve años.

Emma Coronel Aispuro, estudiante de periodismo y exreina de belleza que se enamoró de “el Chapo” Guzmán, se convirtió desde 2010 en un objetivo de la entonces Procuraduría General de la República mexicana y de la DEA.

En esa época, ella fue clave para localizar y detener a Guzmán: se investigaron sus movimientos financieros, las casas que conseguía mediante abogados y prestanombres, y desde entonces sus teléfonos estaban intervenidos.

En 2013, uno de los hombres más buscados por las autoridades era Inés Coronel, padre de Emma Coronel, quien fue detenido por tráfico de drogas y a quien se le decomisó un gran número de bienes.

Tras la detención de Guzmán, en 2014, las autoridades mexicanas y estadounidenses continuaron sus investigaciones contra Coronel y, alrededor de 2016, detectaron que ella era clave para detectar los recursos financieros del Cártel de Sinaloa.

Después de la sentencia contra “el Chapo” en Estados Unidos, en 2019, autoridades de ambos países quieren encontrar y decomisar alrededor de 12 mil 600 millones de dólares que, estiman, obtuvo por la venta de droga en Estados Unidos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado la necesidad de llegar a un acuerdo y dividir los bienes decomisados al narcotraficante.

En el juicio no hubo evidencia documental sobre los recursos financieros que pudo haber obtenido, y la fiscalía en Estados Unidos calculó esa cantidad con base solo en el valor de la droga que habría transportado Guzmán.

Poco tiempo antes, Coronel había dejado atrás el papel discreto que jugaba para empezar a salir en medios. En 2016 dio una entrevista a Telemundo para denunciar las condiciones en las que mantenían a Guzmán en la cárcel.

Posteriormente apareció en cada vez más entrevistas e incluso se convirtió en una celebridad en Instagram, donde tiene más de 500 mil seguidores. Sin embargo, como pude comprobar en las entrevistas que le solicité, cambiaba constantemente de número de teléfono y de lugar de residencia. Por años, las llamadas telefónicas de Coronel fueron intervenidas. Incluso, en el juicio de Guzmán fueron presentadas como pruebas del caso.

Las próximas dos semanas serán claves para el caso de Emma Coronel. Sus abogados deberán obtener información por parte de la fiscalía estadounidense y valorar si antes de la audiencia es factible llegar a un acuerdo en el que ella se convierta en testigo protegido. Con ello, deberá proporcionar información sobre los esquemas financieros del Cártel de Sinaloa. Los delitos por los que la acusan tienen una sentencia mínima de 10 años de prisión.

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