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Opinion El Paso

¿Cualidades o diversidad?, deberíamos saber que podemos tener las dos

Los puestos para latinos son siempre de menor importancia

Ruben Navarrete Jr. / The Washington Post

viernes, 27 noviembre 2020 | 06:00

San Diego— Después de 30 años de evaluar las designaciones del gabinete presidencial en cuanto a diversidad, ingresé a esta última ronda sintiéndome un poco cansado.

El proceso es desalentador.  Algunos grupos que defienden a los latinos están exigiendo cinco puestos en el gabinete integrado por 15 miembros que está siendo designado por el presidente electo Joe Biden.

Ellos están soñando. Tomando en cuenta el punto de vista de Biden sobre Estados Unidos, va a estar integrado de acuerdo a lo que había en la televisión en los años 1950, “Blanco y Negro”, los que no son ni afroamericanos ni anglosajones serán muy afortunados si obtienen tres puestos.

Ése es el límite para los latinos.  Y los puestos para latinos son siempre de menor importancia como el encargado de los Departamentos de Transporte, Energía, del Interior o de Vivienda y Desarrollo Urbano. Esos cuatro puestos forman el “barrio” en la mesa del gabinete.  Los cuatro puestos principales en el lujoso vecindario son para el procurador general y los jefes del Tesoro, Estado y de Departamentos de la Defensa. En las administraciones demócratas, esos puestos han estado fuera del alcance para los latinos.

Biden llegó a esa marca con su primer designado latino. Escogió a Alejandro Mayorkas, un cubano-americano, para ser secretario de Seguridad Interna. Un ex procurador que fue director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración durante el mandato del presidente Barack Obama, Mayorkas es de primera categoría. Tampoco parece ser el tipo del “que toma una acción definitiva” y que piense que las deportaciones masivas de Obama pueden solucionarlo todo.

En esta semana, después que fue anunciada la nominación, Mayorkas comentó en un tweet:  “Cuando era joven, Estados Unidos nos dió a mi familia y a mí un lugar para refugiarnos. Ahora, he sido nominado para ser el secretario del Departamento de Seguridad Interna para supervisar la protección de todos los estadounidenses y los que huyen de la persecución en busca de una mejor vida para ellos y sus seres queridos”.

Esto es una victoria. Aunque mejor no cuento las victorias y calculo los porcentajes. Eso es Matemáticas, aunque estudié Periodismo para evitar las Matemáticas.

Me estaba empezando sentir post-racial.  Pero entonces me acordé de algo: Ser ciego al color no debería significar ser ciego ante la realidad.

Así que, me estaba saliendo del juego de la diversidad, Ben Shapiro, y digo esto, imitando de la mejor manera la voz de Michael Corleone, regrésenme.

Ese escritor conservador de 36 años, comentarista de los medios de comunicación y presentador de radio tiene un encargo especial, y es el de recordarnos que la gente inteligente es capaz de decir cosas que no son tan inteligente.

En esta semana, mientras discutía el gabinete de Biden, que un asesor del presidente electo prometió que se “vería como Estados Unidos”, Shapiro ofreció esta joya a los que escuchan su programa de radio.

“Siempre me he sentido confundido por esta idea de que cada población de Estados Unidos está representado proporcionalmente en un gabinete”, dijo. “No estoy seguro por qué razón eso se supone que haría la diferencia. Además de que uno es racista y está involucrado en el esencialismo racista.  La sugerencia de que el color de tu piel o tu sexo es más importante que tus cualidades para el puesto”.

Así que, ¿cualquier que valore la diversidad es un racista?, Shapiro suena como un hombre anglosajón que nació en una clase privilegiada y luego no puede entender por qué otros no pueden tener éxito. Cuando él asistió a la Escuela de Derecho de Harvard, o como presentador de un programa nacional de radio, ¿sondeó a sus compañeros y se preguntó por qué muchas personas que tuvieron esas oportunidades se parecían a él?

Lo dudo. Cuando Shapiro expone sus argumentos de una manera tan rígida, ya sea por el color de la piel y el sexo O por las cualidades, pero nunca ambas cosas, lo que él está diciendo realmente es que sólo las personas “calificadas” en el planeta son hombres anglosajones. Y ¿quién decide quién está calificado?  Otros hombres anglosajones.

Pensé que está pregunta había sido respondida hace años gracias a unas mujeres extraordinariamente “calificadas” como las jueces de la Suprema Corte Sandra Day O’Connor, Ruth Bader Ginsburgh, Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Amy Coney Barrett.

Ellos dicen que Ginger Rogers tiene que hacer todo lo que Fred Astaire hizo, sólo que de espaldas y con tacones altos.

Bueno, en sus audiencias de confirmación en el Senado, Barrett hizo todo lo que los nominados a la Suprema Corte, John Roberts y Samuel Alito, hicieron en la suya, sólo que sin mucho esfuerzo y sin notas.

En cuanto a los afroamericanos, pienso en personas destacadas como los ex secretarios de Estado Colin Powell y Condoleeza Rice, o en el ex presidente Barack Obama.

¿Hay alguien que diga que Rice sólo logró lo que hizo porque es una afroamericana y es mujer?, Cálmense. Si hubiera sido un hombre anglosajón, Rice hubiera logrado llegar a la Oficina Oval.  Pero ella hubiera estado sentada detrás del escritorio de la Toma de Decisiones.

Parece que necesitamos darle seguimiento a la diversidad en las designaciones del gabinete. De esa manera mantendremos a gente honesta y aterrizada en el mundo real.

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