Nuevo Casas Grandes

Personaje de la semana

Barbarita, un siglo de recorrer el camino

Fue la primera alcaldesa de Casas Grandes

José Miranda Madrid/El Diario

lunes, 16 diciembre 2019 | 19:57

Casas Grandes.-Doña Barbarita Morales Ruiz, quien figura en la historia política de este municipio, como la primera alcaldesa, el pasado 4 de diciembre llegó a la marca número 100 de su fructífera vida y tres días después de llegar al siglo de vida, se le ofreció un homenaje.

En el marco del festejo, que se realizó en el Salón de Actos municipal, quien fue la primera alcaldesa del municipio, escuchó las tradicionales mañanitas y tres piezas musicales estilo bolero, interpretadas por la Rondalla del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 112.

La alcaldesa Yesenia Reyes Calzadías, le dio la bienvenida a la cumpleañera, y le expresó su respeto y admiración.

Durante el evento, Doña Barbarita, como así se le llama de cariño, narró como fue su carrera política, y como fue que llegó a ser alcaldesa del municipio.

Familiares y amistades, le expresaron su cariño en emotivas y elocuentes intervenciones, en las que no faltaron las anécdotas.

En este marco, el historiador y cronista oficial del municipio, Horacio Chávez Valenzuela, ofreció una semblanza de la festejada, bajo el título de “Barbarita, un siglo de recorrer el camino”.

“La longevidad, es la recompensa de la virtud”, y “los frutos más hermosos los da el árbol más viejo”, expresó a manera de introducción Chávez Valenzuela, conocidos adagios, en alusión a los 100 años de vida de doña Barbarita.

Viene de familias longevas, dijo, y de trayectoria de trabajo y dedicación. Nació el 4 de diciembre de 1919 del matrimonio formado por don Guillermo Morales y doña Rosenda Ruiz, “a quienes muchos de nosotros conocimos”.

En el caso de sus abuelos, por la rama de los Ruiz, don Prudenciano Ruiz y doña Praxedis García, llegados a Casas Grandes de Las Cruces, Namiquipa por el año de 1897. “Papá Chano” y “Mamá Yeyes”, como sus nietos cariñosamente les decía.

“Papá Chano”, se dedicaba a la artesanía de la lana, que con mucho empeño llevó hasta sus últimos días, criando borregas y comprando lana en los ranchos vecinos durante la temporada de esquila o trasquila, para fabricar jergas para los caballos, cobijas, tapetes, fajas, y todo lo que a la lana se refería.

La gente lo veía en “El Ojo Vareleño” lavando la lana para limpiarla y después teñirla de colores que el mismo preparaba. La cardaba y la hilaba en la rueca, para de ahí pasarla al bastidor, donde tejía las piezas que después comercializaba.

Sus nietos, con no menos de 90 años, recuerdan lo laborioso de su trabajo y la participación que ellos tenían en el oficio del tejido de la lana, ayudando a dar vuelta al volante de la rueca hiladora, como en los pedales del bastidor del tejido, o pasar el hilo a la madejadora.

De algún lado tendría que salir esa terquedad de Barbarita para participar en todas las actividades de orden social, casi siempre dirigiendo los Comités para la introducción del agua potable, la energía eléctrica, la construcción del Centro de Salud, la reparación de escuelas, y hasta la construcción del Museo de las Culturas del Norte.

Barbarita no ha querido dejar la vida, porque todavía no ve a su amado pueblo como alguna vez lo imaginó.

Por el lado de su familia Morales, viene de hombres de justicia y pensamiento libre pero rígido, su abuelo Román Morales, llegado de la ciudad de Parral como Juez de Distrito, aplicó la justicia por muchos años hasta que la edad se le atravesó en el camino para dejar el lugar a otros personajes.

Don Román Morales formó una familia recta y honesta con su esposa doña Guadalupe Ontiveros. Familias de rancho, acostumbradas a luchar al lado de sus hermanos por la justicia e igualdad.

Barbarita heredó de sus antecesores la cultura del trabajo y la honradez. ¿Quién no vio a Barbarita, ataviada de camisa de manga larga y sombrero para el sol, salir desde la mañana, portando su lonchera y galón del agua a dirigir las labores del campo?

Siembras, cortes, empaques, trillas, pizca de frutales, y todo lo que se refiere a cosechar y comercializar el fruto de lo sembrado en propiedades rústicas que se esposo le heredó al dejar la vida, heredándole también la responsabilidad de seguir adelante.

La participación de Barbarita en la vida política de este pueblo, se dio desde la lucha por el voto para la mujer a nivel nacional hasta conseguirlo en 1951, así como su participación en campañas políticas y puestos públicos hasta llegar a ser candidato suplemente y posteriormente presidente municipal suplente.

Para detallar todas las actividades que ella desempeñó, es necesario más tiempo y espacio.

Deseamos a Barbarita que siga gozando de la salud, que hasta hoy le ha concedido el Creador, finalizó diciendo, el historiador y cronista del municipio Horacio Chávez Valenzuela.

gallito@ncg.diario.com.mx

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