Ven reto ambiental en acuerdo trilateral

A pesar de que las medidas de la actual Administración en materia energética han generado controversia, Estados Unidos, Canadá y México se comprometieron a reducir las emisiones de metano y carbono, promover metas más ambiciosas en materia de cambio climático y acelerar el despliegue de energías renovables a nivel regional. 

Durante la Cumbre de Líderes de América del Norte, los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador, así como el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, avalaron crear el Compromiso de América del Norte sobre Metano y Carbono Negro, que incluye estrategias para controlar y reducir las emisiones de ambos contaminantes, de manera específica en lo relacionado con vehículos diésel y motores, electrodomésticos de quema de leña y embarcaciones.

Otro compromiso es unir esfuerzos por la vía diplomática para promover que otros países del continente propongan mejoras ambiciosas a las Contribuciones Nacionales Determinadas en 2022 y llevar a cabo un diálogo trilateral sobre mejores prácticas en la materia.

Además, los Mandatarios acordaron acelerar el despliegue de energías renovables en toda América del Norte, promover políticas ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del transporte en esta década y acelerar la transición hacia vehículos de cero emisiones y hacia el uso de combustibles más limpios en los sectores ferroviarios, de aviación y de transporte marítimo.

Los tres países buscarán también promover soluciones basadas en la naturaleza, que incluyen apoyos a la agricultura y la silvicultura "climáticamente inteligente", así como alcanzar una tasa de deforestación cero y conservar el 30 por ciento de tierras y agua de América del Norte en 2030.

Para la experta en relaciones internacionales, Pía Taracena, el cambio climático fue uno de los temas más sensibles de la Cumbre, en parte porque a nivel interno, en México hay un "apoyo brutal" del Gobierno a la industria petrolera y se promueve una reforma eléctrica que preocupa, entre otras cosas, porque pretende cancelar los contratos para la generación de energías renovables.

Taracena señaló que tras los acuerdos de las tres naciones, el reto para México es aclarar cómo vinculará el proyecto nacional actual con el de la región de América del Norte.

"Sí va a haber un problema de vinculación del proyecto nacional con el proyecto ya de la región de América del Norte, cómo lo van a tener que hacer compatible, o vamos a tener que aguantar una narrativa de qué México no está cumpliendo", indicó.

La especialista en Sociedad y Gobierno de Estados Unidos subrayó que al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador le quedan sólo tres años, tiempo que será insuficiente para cumplir con los acuerdos, lo que abre la posibilidad de que estos se asumieran porque, en los hechos, serán tareas que le corresponderá cumplir a la próxima Administración federal.

"Creo que lo acepta porque a él ya no le va a tocar, es una tarea pendiente que le va a dejar a otros, y ese otro puede llegar a decir 'bueno, nosotros estamos más con las energías renovables'", dijo.

Consideró que dos de los logros alcanzados por México en el marco de la Cumbre son la propuesta de mercados laborales con contratos, sobre todo en agricultura, que permitirá avanzar en movilidad laboral y mitigar un poco la presión de la migración indocumentada.

Taracena reiteró que si bien es un avance, aún falta extenderlo a otros sectores y aclarar si en este acuerdo están incluidas las personas centroamericanas.

Otro avance, agregó, es el reconocimiento por parte de Estados Unidos y de Canadá de que México tiene un gran problema de violencia, ocasionado en parte por la venta de armas, ya que se trata de una apuesta del Gobierno mexicano en el frente bilateral, trilateral y en el ámbito de Naciones Unidas.