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Nacional

Ve ministra 'libertad de expresión' en ataques de AMLO

El miércoles, el Ejecutivo aseguró que el Poder Judicial vive una decadencia, que está infectado, plagado de corrupción y que protege a los delincuentes

Jorge Ricardo / Agencia Reforma

viernes, 03 marzo 2023 | 18:43

Especial / Agencia Reforma | La Ministra acompañó al Juez Juan Pablo Gómez Fierro durante la presentación de su libro "Una nueva acción de inconstitucionalidad en México", en la Feria del Libro del Palacio de Minería

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Ciudad de México.— Los ataques del Presidente Andrés Manuel López Obrador contra el Poder Judicial son muestra de la pluralidad y de la libertad de expresión, aseguró la Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Margarita Ríos Farjat.

"Son una expresión de la pluralidad política en el País precisamente y de la libertad de expresión", dijo tras la presentación del libro "Una nueva acción de inconstitucionalidad en México", de Juan Pablo Gómez Fierro, Juez Segundo en de Distrito en Materia Administrativa, especializado en competencia económica.

La Ministra, que fue propuesta por López Obrador a la Suprema Corte en 2019 y en cuyo Gobierno fue titular del SAT, no quiso comentar más sobre el tema ni sobre otros que están pendientes de revisión en la Corte.

"Yo diría nada más: mesura, tranquilidad, confianza. Las instituciones y los procedimientos son sólidos: hay solidez de llevarlos a cabo para que se dilucide lo que mejor corresponda en cada uno de los casos", indicó en entrevista en la Feria del Libro del Palacio de Minería.

El miércoles, el Ejecutivo aseguró que el Poder Judicial vive una decadencia, que está infectado, plagado de corrupción y que protege a los delincuentes.

Sin embargo, el Juez Juan Pablo Gómez Fierro, quien ha frenado varias de las reformas propuestas por López Obrador, tampoco quiso abordar las acusaciones del Presidente contra la Corte y el Poder Judicial.

En cambio, resaltó la figura de la acción de inconstitucional, creada en 1994, mediante la cual solicita a la SCJN que revise la posible contradicción entre la Constitución y alguna norma de menor jerarquía, como el "Plan B" de la reforma electoral sobre el que deberán decidir los Ministros en los próximos días.

"Creo que es un mecanismo muy importante, porque es la posibilidad de someter a un escrutinio, a una revisión constitucional, las normas que se expiden. Independientemente del tipo de norma que se trate. Ponerlo al servicio de los ciudadanos perfeccionaría este mecanismo y mejoraría el Estado de Derecho", dijo.

En su libro, publicado por la editorial Tirant lo Blanch, propone que esas acciones puedan ser interpuestas no sólo por los congresos u órganos de poder, como hasta ahora, sino también los ciudadanos a través de organizaciones civiles, que se contemple la suspensión como una medida cautelar dentro de la acción, pues hoy se hace a nivel interpretativo, y que su resolución se logre no con mayoría calificada de 8 votos de los Ministros de la Corte, sino con seis.

"La intención es incluir al ciudadano como parte del sujeto legitimado, como sí sucede en otras latitudes", dijo el autor.

En la presentación, en la que participó el abogado e investigador Luis Manuel Pérez de Acha, se resaltó la creación de la figura de acción de inconstitucionalidad en 1994, con todo y lo convulso que fue ese año.

Pérez de Acha la llamó una concesión del PRI, que entonces tenía mayoría calificada y pudo frenarla.

"Esta reforma permitió posicionar al Poder Judicial en un protagonismo que hoy es tan necesario", dijo.

La Ministra Ríos Farjat cuestionó la propuesta de que la sociedad civil pueda presentar también esas acciones, pues consideró que podrían ser utilizadas por otros intereses y también puso en duda la afirmación de Gómez Fierro de que en México hay una crisis del Estado de Derecho.

Lo que hay es una cultura decadente, dijo la Ministra, y explicó que se basaba en una definición del historiador estadounidense Jacques Barzún.

"Más que una crisis del Estado de Derecho, hay una decadencia social. Cuando la gente acepta la futilidad y el absurdo como algo normal, la cultura es decadente. Una cultura decadente ofrece buenas posibilidades, sobre todo al satírico", señaló.

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