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Nacional

Tras la travesía, migrantes aguardan en el Río Bravo

Parece ser que las medidas adoptadas por EU, han disuadido a la mayoría de los extranjeros

Rolando Herrera
Agencia Reforma

domingo, 14 mayo 2023 | 15:36

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Matamoros.- El sartén todavía humea y Gregoris Amarista, un venezolano de 36 años, describe de buen humor la preparación del "perico", que no es otra cosa que huevos a la mexicana.

"Consiste en sofreír los aliños, tirar los huevos y ya, revolver un poco y esperar que seque y listo, servir", señala, en un punto de la frontera donde todos aguardan, después de la travesía migrante por llegar a los Estados Unidos.

Pese a que el desayuno ya está listo, nadie se acerca a la mesa, improvisada con un largo tablón en donde hay otros sartenes vacíos, azúcar, jarros y algunos vasos.

La mesa y el fogón están al aire libre, a escasos metros del Río Bravo y a la vista de los agentes de la Patrulla Fronteriza que del otro lado del afluente miran hacia el sur el campamento improvisado que cientos de migrantes, la mayoría de ellos venezolanos, han instalado.

El buen talante de Amarista se debe a que ayer por fin, dos meses después de haber llegado a México, logró su cita tramitada a través de la aplicación CBP One para poder ingresar de manera legal a Estados Unidos. Es la herrramienta con la cual el Gobierno de Estados Unidos espera poner orden al ingreso de migrantes.

"Viajé con mi familia, alrededor de ocho, y ellos ya cruzaron y yo me quedé. Ellos cruzaron por el río, pero yo me quedé. O sea, decidí tomar mi cita y ya la obtuve", explica el venezolano.

Amarista, quien ha sobrevivido gracias a los envíos de dinero que le manda un conocido que ya trabaja en Estados Unidos, dice que ha habido mucha confusión por el cambio en la política migratoria, pues el pasado viernes dejó de funcionar el Título 42 y entró en vigor el Título 8, que prevé sanciones más severas, pero también abre más vías para un ingreso regular.

"La gente no ha sabido cómo iban a reaccionar las incidencias y, bueno, de igual forma han pasado los días y se han ido aclarando las dudas que han habido con respecto a la aplicación, cómo iba a ser el nuevo formato, la nueva programación, los nuevos pasos a seguir", señala.

Casi desde donde está el cruce fronterizo Brownsville-Matamoros se extiende por varios kilómetros una delgada línea de casas de campaña y techos de hule que bordean el Río Bravo y que han servido de refugio a los migrantes que han llegado hasta esta frontera de Tamaulipas con la intención de pisar suelo estadounidense.

Algunos, como José Castro, venezolano de 28 años, llegaron al campamento después de haber estado en un albergue. El migrante salió para que los recién llegados pudieran descansar de la larga travesía a través de Sudamérica, Centroamérica y México.

"Venimos por el Darién, venimos por selva, por todo eso. Venimos desde Colombia para acá, una travesía muy mala. Peligroso el Darién, si señor. Nosotros estamos en el refugio de aquí, de San Juan, estuvimos dos días y de ahí nos sacaron para que la otra gente también pase un rato", indica.

Parece ser que las medidas adoptadas por Estados Unidos, que desplegó a miles de agentes a lo largo de la frontera y reforzó con alambradas los puntos de cruce con mayor incidencia, han disuadido a la mayoría de los migrantes, quienes estos días no han buscado cruzar nadando el río.

"No están dejando entrar a nadie. Me voy a esperar porque ya me inscribí en la página a ver si me solicitan para poder entrar legalmente", dice Claver, un joven venezolano que busca reunirse con su mamá en Texas.

Tras el trayecto hecho, a miles de kilómetros del lugar donde nació, Claver dice que ahora sólo le queda esperar, lo mismo que el resto de sus paisanos que a lo largo del ribera del Río Bravo matan el tiempo como pueden.

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