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Sargazo consume la vida turística de Quintana Roo

'La gente ya no llega a la playa, los clubs están abandonados, los turistas tampoco llegan, es algo inaudito", cuenta José Gómez, pescador y lanchero

Reforma

lunes, 24 junio 2019 | 07:38

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Ciudad de México— Con determinación y sin mirar hacia atrás, un lanchero se abre paso entre el sargazo que invade la orilla del mar en Playa del Carmen. Lo que intenta es llegar a su lancha para moverla a un sitio menos afectado por la macroalga.

Para su ardua labor lleva puestas unas botas de plástico que le cubren arriba de las rodillas. Se levanta la playera hasta la cintura y camina en dirección al mar.

Conforme avanza el cuerpo del hombre se hunde en el sargazo, que invade una de las playas más turísticas del país y cuya presencia no pasa inadvertida no solo por su mal aspecto, sino también por su penetrante olor fétido.

El lanchero avanza a paso firme, pero a unos cuantos metros de donde está estacionada su lancha, pausa su desplazamiento.

"¡Ya me atoré!, no me deja avanzar. Acá sí está muy pesado, pesa en los pies", grita a sus colegas sin voltear a verlos.

Después de una maniobra, recupera su paso y sigue avanzando, hasta que finalmente llega a su lancha.

Sus compañeros celebran la hazaña desde la orilla de la cabaña de servicios turísticos, donde, hasta hace unos meses, ofrecían a los bañistas experiencias de pesca, snorkel, entre otros.

Sin embargo, desde que arribó el sargazo en cantidades masivas a Playa del Carmen, su cabaña de servicios es prácticamente inoperable, ya que quedó rodeada por la macroalga, que simula una especie de pantano.

Aunque los prestadores de servicios turísticos han hecho esfuerzos por retirar el sargazo, este persiste y sus efectos negativos se magnifican con el olor que desprende.

"Toda actividad se ve inhibida por la presencia del sargazo. La gente ya no llega a la playa, los clubs están abandonados, los turistas tampoco llegan, es algo inaudito", cuenta José Gómez, pescador y lanchero.

Explica que desde la segunda quincena de marzo su fuente de empleo dejó de ser rentable a consecuencia del fenómeno natural que afecta a las costas de Quintana Roo.

Lo que más molesta a los prestadores de servicios de esta zona, dice, es la inacción de las nuevas autoridades de gobierno para ayudarles a limpiar la orilla de la playa.

"Hay falta de gestión, falta de administración, no hay programación. El Gobierno tiene gente a su disposición en nuestra ciudad y no es poca, yo creo que tiene como 10 mil gentes en la plantilla. Que ya no se roben el dinero y que realmente le sirvan a los ciudadanos, ¡ve cómo está esto!", añade Gómez.

La imagen que señala el lanchero es decepcionante y quizá también un poco nostálgica para cualquier bañista que llega con la intención de disfrutar la playa.

Los turistas deben abortar la misión cuando descubren que el agua cristalina ahora es café y desprende mal olor.

No en vano muchos bañistas han dejado de visitar Playa del Carmen y otros optan por buscar un pedazo de playa donde al menos el acceso al mar esté libre de sargazo.

José Ramón Ayala, otro prestador de servicios turísticos, lamenta la ausencia de clientes.

"La gente ya no llega, ya no viene. Nada más llegan aquí a la Quinta Avenida y huelen y se van. Nos afecta económicamente", afirma.

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