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Nacional

'No pasa nada si AMLO no va a Cumbre', dice funcionario de EU

'México siempre ha tenido una posición estratégica para Estados Unidos y la región', dijo Rodrigo Aguilar, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de EU

Roberto Zamarripa
Agencia Reforma

domingo, 22 mayo 2022 | 11:01

Agencia Reforma

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Ciudad de México.- Rodrigo Aguilar, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, evalúa el trasfondo y los alcances de las fricciones previas a la realización de la Cumbre de las Américas.

El planteamiento del presidente López Obrador, de no acudir al encuentro en Los Ángeles si no se invita a todos los mandatarios del continente, abre la discusión sobre el rol y la influencia mexicana en la geopolítica de la región.

¿Es correcto el condicionamiento de Estados Unidos en la Cumbre de las Américas?

A lo mejor era correcto en una época, en la época en la que Estados Unidos, con enorme arrogancia, prácticamente dirigió mucho de la política exterior con el mundo a partir de la caída de la Unión Soviética. Pero es totalmente anacrónico en el sentido de que, a estas alturas, con la influencia de China en la región, con otros actores, con un rediseño de la geopolítica a nivel global, condicionar una cumbre de esta naturaleza me parece un error. Porque además me parece que el propósito de estas cumbres no debe de ser un tema de buena o mala conducta, si lo queremos ver así.

¿Cómo creo que una cumbre sí debería de verse? Como un grupo regional donde se discuten desafíos y oportunidades en la región, independientemente de las enormes diferencias, y esto es lo que tiene Estados Unidos que entender, que es otra realidad en el mundo. Tenemos un escenario post Covid en donde América Latina fue muy afectada económicamente por la pandemia y necesitamos sentarnos a discutir ese y otros temas.

Como antaño, Cuba sigue siendo el disenso en la región

Eso se explica por la enorme influencia político-electoral que tiene la derecha latina, la diáspora cubana y la diáspora venezolana en Florida. Florida es un estado muy importante para las elecciones del 2024, para las intermedias de este año. Entonces, por eso, los dilemas que tiene Biden respecto a Cuba, Nicaragua y Venezuela, en particular, obedecen a una lógica de cálculo político.

Florida representa ahora 30 votos del colegio electoral, sumó un voto más, y es un Estado que va a incidir mucho en el ánimo del electorado nacional. La política exterior de Estados Unidos se ha dirigido desde Florida en los últimos seis años, muy marcadamente con Trump, y ahora parece que sigue siendo el factor dominante de Estados Unidos con América Latina, y eso es incorrecto.

Se redefine el mapa interamericano con nuevos gobiernos de izquierda. ¿Se da cuenta Estados Unidos de lo que ocurre?

La falta de atención a América Latina ahora ya le está comiendo el tiempo a la Administración Biden. No necesariamente tiene que ver con la Administración Biden, tiene que ver con la política exterior de Estados Unidos hacia la región para despersonalizar el tema.

Pero sí están muy atentos a esto (a nuevos gobiernos de izquierda en América Latina) y muy atentos al avance de China en la región. Es lo que más les preocupa, por encima de que sean Gobiernos de derecha o izquierda.

China lo que está haciendo en América Latina es lo que está haciendo con otras regiones, a través de sus iniciativas de infraestructura, generando un volumen de comercio brutal. Los últimos 20 años, China pasó de invertir 18 billones de dólares a 450 billones de dólares, con proyectos que van desde plantas de energía nuclear en Argentina, como el Metro de Bogotá, no se diga el comercio que se genera con Venezuela, que permite que Venezuela subsista, son 64 billones de dólares para Venezuela.

China es muy importante, porque para Estados Unidos realmente ese es el nuevo adversario, en la lógica de la Guerra Fría. Yo creo que eso los tiene atentos, los debería de tener preocupados, porque en el cortoplacismo de nuestros países latinoamericanos podemos cometer el enorme error también de ceder, ante una superpotencia como China, espacios de soberanía; entonces, si China compra puertos en Chile, ¿qué implicaciones tiene en geopolítica, de soberanía y de seguridad?

¿Qué rasgos debe tener una nueva relación interamericana?

Primero, el reconocimiento del trato de iguales, que al menos en la reunión de López Obrador con el presidente Biden ya se dejó sentado explícito de que es un trato de iguales, y de ahí irse ganando la confianza de aquellos países que la perdieron, en Estados Unidos. Estados Unidos tiene una gran preocupación, independientemente del partido que gobierne, con el fenómeno de la migración proveniente de Centroamérica.

Creo que los países de América Latina deben estar muy atentos y muy proactivos a utilizar esa palanca de negociación con Estados Unidos, en particular los países del triángulo norte (de Centroamérica), pero eso serían los rasgos más importantes, no imposiciones, no certificaciones, no modelos de buena y mala conducta, eso es lo que ya debe estar fuera en la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina. En la lista de prioridades de Washington debe estar sin duda alguna no dar por hecho que estos países de América Latina van a estar alineados con Estados Unidos. Si ellos no entienden que la realidad geopolítica está cambiando como está cambiando, que justo estamos en ese periodo entre Brexit-Trump y la guerra en Ucrania, ¿cuál va a ser el nuevo mundo que nos va a tocar? Pero si Estados Unidos da por sentado que tiene aliados incondicionales, está cometiendo un gran error.

¿Qué pasa si AMLO no va a la Cumbre de las Américas?

No pasa nada.

¿Quién pierde más con esa decisión?

Yo creo que Estados Unidos, sin duda.

¿Estira México de más la liga con Estados Unidos?

Me parece que en la opinión pública en general existe esa percepción y yo diría que no, porque me parece que sí tiene muy buen canciller. El tema de la negociación de las tarifas con (Mike) Pence, cuando Trump realmente amenazó con elevar las tarifas si no ayudábamos a hacer algo con la migración, me pareció que esa rápida reacción del presidente y del canciller permitió que el país no colapsara con una medida de esa naturaleza que iba a ocurrir, es decir, Pence le dijo al canciller: señor esto va a ocurrir, no puedo controlar al presidente, vamos a hacer algo. Esa parte, de llevar el mensaje a México y hacer algo al respecto, me parece que la han leído muy bien en particular el canciller y sí se puede. ¿Se puede todo? A lo mejor no, pero hay que intentarlo.

¿Cuál es el rol de México en el continente?

Me parece muy acertado en los términos de que México siempre ha tenido una posición estratégica para Estados Unidos y la región. Pero eso le ha costado mucho a México cuando hemos caído en el servilismo y en la incondicionalidad del apoyo hacia lo que haga Estados Unidos. Me parece muy acertado que México esté ejerciendo su soberanía en la toma de decisiones y fungiendo como una especie de comodín. Me parece acertado porque la integración económica con Estados Unidos es tremenda, entonces ya no es una preocupación de México.

La semana pasada anunciaron 700 millones de dólares de 17 proyectos de infraestructura en la frontera y Estados Unidos es nuestro socio comercial número uno, nosotros somos el dos. Esa dinámica va a ser muy difícil que cualquier gobierno la pueda trastocar, si hablamos de una economía o geoeconomía, México tiene mucha ventaja en ese aspecto. El Gobierno de Andrés Manuel y el canciller Marcelo Ebrard han entendido muy bien esta posición de México y cómo pueden ellos volver a ese México que puede tener relaciones buenas con Rusia, relaciones buenas con Cuba, relaciones buenas con China, y relaciones buenas con Estados Unidos.

Y acá una nueva relación sí debe de empezar por un trato entre iguales y de respeto. Todos vimos esas imágenes de Trudeau y Obama con el presidente Peña, en donde la forma es fondo y donde realmente hubo un maltrato a la figura presidencial en muchos sentidos, no olvidemos esas imágenes. Sí, me parece importante que hoy se respete a México, se respeten sus decisiones y que parta de ahí el diálogo y las posibilidades de colaborar.

Qué renazca la revolución dentro de la revolución, dijo en Cuba. ¿Qué significa?

A mí me parece que son guiños del presidente López Obrador a un movimiento revolucionario que permitió un cambio en Cuba, que a la fecha es muy cuestionado, pero simplemente obedece a esta historia que nos ata a Cuba desde el principio de la revolución cubana y desde antes. Si habría que interpretar las palabras, las puedes interpretar de muchas maneras, no estoy convencido que el presidente López Obrador valide violaciones a derechos humanos, o sea, no sé, yo creo que no, pero si se quiere interpretar de esa manera habrá gente que lo interprete.

Creo que la relación entre el pueblo cubano y el pueblo mexicano va más allá de todo esto y creo que eso puede ayudar mucho a Cuba y a México a discutir realmente lo que importa, que es cómo sacamos a nuestros países y a nuestras regiones del escenario post Covid, del tema económico lacerante en muchos sentidos, y creo que eso lo está haciendo México.

¿Hermano mayor o mensajero incómodo?

Ni una ni la otra, francamente. No lo veo como el hermano mayor, por lo menos las actitudes de política exterior hacia América Latina y hacia Centroamérica, ni como el hermano mayor ni como el mensajero. Me parece que es un país con influencia en la región, con vínculos económicos, culturales, políticos con estos países, que son independientes de Estados Unidos, que son independientes de otras naciones, incluida China, y que genera posibilidad de diálogo y de solución a temas comunes. Entonces, ni una ni la otra.

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