Diario
Nacional
viernes, 09 agosto 2019 | 20:04
Tijuana— Lizbeth de la Cruz Santana regresó el viernes a la playa mexicana por donde su padre ingresó ilegalmente a Estados Unidos antes de que ella naciera, en esta ocasión para poner los últimos toques a un mural de adultos que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran pequeños y fueron deportados.
Los visitantes toman fotos con sus teléfonos de los rostros pintados que son publicados en un sitio en la web que le da voz a las narrativas en primera persona.
Hay un veterano deportado de Estados Unidos. Hay dos madres deportadas con hijos que nacieron en ese país.
El proyecto mezcla la rica historia del muralismo en México con lo que puede llamarse arte interactivo o de actuación en los 3 mil 126 kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México.
De la Cruz Santana de 28 años, concibió el mural interactivo como parte de una disertación de Doctorado en la Universidad de California en Davis, en español con un enfoque en las experiencias literarias y de inmigración.
“La tecnología es una de las mejores maneras y lugares para que la gente cuente sus historias”, dijo De la Cruz, cuyos padres obtuvieron el estatus legal a través de la ley de amnistía del ex presidente Ronald Reagan.