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Nacional

La incertidumbre de migrantes en Tijuana y Cd. Juárez

El reciente aviso de la expiración del Título 42 provocó la llegada de cientos de migrantes que no saben qué esperar

Aline Corpus y Pedro Sánchez
Agencia Reforma

domingo, 07 mayo 2023 | 10:59

Agencia Reforma

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Tijuana.- Ante el fin del Título 42, la incertidumbre se ha apoderado de cientos de migrantes que se encuentran en las ciudades fronterizas mexicanas, donde los albergues están abarrotados, así como las calles.

TIJUANA

El reciente aviso de la expiración de la medida --el próximo jueves-- provocó la llegada de cientos de migrantes que no saben qué esperar.

La medida que retorna a los migrantes que buscan asilo al norte de México, o a sus países de origen, comenzó el 20 de marzo de 2020 por una cuestión sanitaria del Covid-19, desde entonces se han sugerido diversas fechas para su conclusión.

Esto provoca que grandes grupos de diferentes nacionalidades arriben a la frontera norte: desde centroamericanos y sudamericanos hasta africanos, rusos, ucranianos, afganos y de otras nacionalidades.

Además, otros factores están provocando el colapso de los albergues en Tijuana: las fallas de la aplicación CBP One y las constantes deportaciones de migrantes internacionales, principalmente venezolanos e, incluso, el regreso de mexicanos que ya tenían fecha asignada a través de la aplicación.

Los migrantes internacionales, con meses de viaje por varios países, sin dinero para poder sostenerse en la frontera y con menores cansados, llegan hasta las puertas de albergues cercanos a la frontera, como Juventud 2000, a 1.5 kilómetros del Puerto de El Chaparral.

Pero también saturan los hospedajes más lejanos en la ciudad, como el Templo Embajadores de Jesús, en la Colonia Divina Providencia, a unos 13 kilómetros del puerto fronterizo de San Ysidro.

"Es que estamos cansados ya, ha sido un viaje largo", platica Elsi Marcelo, de 28 años, con dos hijos de 3 y 5 años, todos originarios de Honduras, y quien se encontraba en la plaza que rodea al puerto fronterizo de El Chaparral, buscando dónde pernoctar.

"Nos venimos sin saber mucho qué esperar. Lo único que nos mantenía adelante era saber que teníamos que llegar a la frontera, pero no tenemos mucho más de información, yo tengo ya tres días aquí y la aplicación se traba".

Elsi y sus dos hijos huyeron de una situación de violencia familiar, pero ésta no es una condición que Estados Unidos considere como suficientemente válida para el asilo, aún así seguirá intentando, afirma la joven.

"No hay mucho más para nosotros allá en Honduras", sostiene.

Estos últimos tres días, Elsi y sus hijos han dormitado en casas de tijuanenses que les dejan quedarse por unos días, sin embargo, debe encontrar un lugar para dormir más permanente.

El activista y encargado del albergue Juventud 2000, en la Calle Baja California de la zona Centro de Tijuana, José María García Lara, señala que en el lugar hay alrededor de 250 personas con niños y no hay más espacio.

Los migrantes pernoctan en casas de campaña, algunos salen a buscar trabajo, pero la mayoría no puede debido a que viajan con niños.

"Está muy lleno, está sobrepasada la atención o refugio en la ciudad de Tijuana, no estamos exentos de que esto se desborde por la comunidad que llega día con día a la ciudad buscando un espacio, pero se está reflejando hacia la franja fronteriza", expresa.

El activista menciona que decenas de migrantes prefieren cruzar por donde puedan entre los dos muros fronterizos que existen en Tijuana, ya sea por la zona central o hacia Playas de Tijuana, al noroeste.

"Cientos de personas están entregándose al Gobierno estadounidense, desgraciadamente no están siendo recibidos, después de pasadas muchas horas de quedarse ahí atrapados", relata.

García Lara menciona que son pocos migrantes los que logran entrar a Estados Unidos con el formulario de CBP One.

Camelia Mendoza, de 34 años, guerrerense, con una niña de 6 años, asegura que, junto con su esposo, tiene dos semanas intentando ingresar a la aplicación, pero ésta se traba, y sólo cuenta con unos minutos cada día para hacer el proceso.

Ella está pernoctando en el Templo Embajadores de Jesús, al suroeste de Tijuana.

"La verdad es desesperante, no podemos trabajar porque no sabemos si vamos a permanecer aquí, y con estos días contando para el 11 de mayo, estamos nerviosos porque fuimos amenazados en mi tienda de abarrotes en Guerrero", dice.

"Les dábamos (a los criminales) 3 mil pesos al mes (por cobro de piso), pero luego quisieron subirlo a 7 mil, 10 mil, y eso nos quitó toda la ganancia. Ya no pudimos, entonces ellos ingresaron a la tienda para quemarla, nos salimos sin ropa ni nada. Sólo buscamos tranquilidad en otro país, este ya no es para nosotros", cuenta.

Lizette Jiménez Paredes, Coordinadora de Investigación en Espacio Migrante, denuncia que la aplicación CBP One es discriminatoria.

"Es una aplicación racista, si tienes la piel oscura, la aplicación no detecta que ya estás listo para la fotografía, y no la toma", advierte.

"Tampoco se preocuparon por traducir bien las preguntas y muchos no entienden el cuestionario.

"Al final es estar intentando todo el día, todos los días, es meterse a todas horas, y es desesperante porque la mayoría no entiende cómo usar la aplicación. Estados Unidos pide además mucha evidencia, mucha documentación, y es justo lo que las personas perdieron durante su trayecto", explica.

"Además, pasa que muchas personas en Tijuana alcanzan cita en Ciudad Juárez (Chihuahua), entonces tienen que trasladarse y es caro", refiere.

CIUDAD JUÁREZ

El colombiano Andrés Osorio, junto con su familia, decidió cruzar el río Bravo, en el cruce entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, y entregarse a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, ante los cambios que se prevén en las políticas migratorias luego del 11 de mayo, cuando concluya el Título 42.

A días de finalizar la medida sanitaria implementada por Estados Unidos desde 2020 con motivo del coronavirus, decidieron entregarse por la llamada puerta 40 del muro fronterizo porque llevan un mes en Ciudad Juárez y no han podido obtener una cita en la aplicación CBP One, destinada para los solicitantes de asilo, pese a que han completado el formulario.

"Antes de que comience a regir el Título 8, que va a ser después del 11 de mayo que muera el Título 42, decidimos entregarnos, a jugar con la suerte y que Dios nos acompañe y nos permita avanzar hasta donde queremos llegar", señala junto a su carpa en la que permaneció por los últimos 15 días en el campamento improvisado frente al Instituto Nacional de Migración (INM), donde el 27 de marzo un incendio provocó la muerte de 40 migrantes y lesiones en 28 más.

El administrador de 29 años de edad llegó con su esposa y su hija adolescente hasta esta frontera tras haber salido en septiembre de 2022 de su país, debido a que la menor fue víctima de balas perdidas durante un ataque armado.

Osorio explica que la menor se encontraba en una tienda cuando sujetos armados llegaron para atacar a dos personas.

"En ese momento fueron tres menores heridos, ella fue impactada dos veces en su pie izquierdo por balas perdidas, incluso se tropezó con los cadáveres en ese lugar, en esa tienda", narra el sudamericano, a la vez que su hija muestra las heridas.

"A partir de eso, varias personas que vieron el hecho empezaron a ser asesinadas, porque esas personas temen de que uno las denuncie y tuvimos el miedo de denunciarlos y solo (...) nos mudamos de barrio en barrio, nos mudábamos y pues lamentablemente el lugar donde vivimos nosotros abunda mucho la extorsion, abundan mucho esas personas, entonces para resguardar nuestras vidas decidimos marcharnos", recuerda.

Tras salir de Colombia pidieron asilo en Panamá, pero se los negaron, por lo cual decidieron emprender una travesía hasta el norte de México para pedir protección a Estados Unidos.

En Ciudad Juárez permanecieron en el último mes, primero en un albergue donde ya no pudieron pagar los 100 pesos que les pedían por persona adulta para alojarlos, por lo que decidieron pernoctar junto con cientos de migrantes en el exterior del Instituto Nacional de Migración, ubicado junto al Puente Internacional Reforma y a unos metros del Río Bravo.

Sin embargo, la puerta 20 se encuentra a unos 20 kilómetros, debido a que la cerca con alambre de púas que ha colocado el Gobierno de Texas les impide cruzar el río, por lo que caminan largos tramos hasta llegar al acceso por donde aún se puede ingresar.

Cuestionado sobre por qué entregarse antes del 11 de mayo, comenta que por las políticas nuevas que establecerán en el vecino país.

"Se dilatarán más los procesos (...) se demorará más, habrá miedo", señala.

Osorio llegó con su familia a Chiapas, donde permanecieron por 20 días a la espera de la visa humanitaria, trámite que dejaron porque, de acuerdo con su testimonio, eran miles los que iban adelante, por lo que mejor optaron por dirigirse a la Ciudad de México y de ahí a Huehuetoca, Estado de México, para tomar el tren que los trajo hasta la frontera.

En su caso, de aplicársele el Título 8, trae consigo documentación para comprobar el temor de regresar a Colombia, pero optó por entregarse a la Patrulla Fronteriza con el Título 42 vigente porque, asegura, varias personas con las que atravesó la selva del Darién y los demás países, ya se encuentran en Estados Unidos con sus procesos en trámite.

"Entonces decidimos tomar la misma suerte y probarla", anota.

"La verdad sólo buscamos tener tranquilidad en un lugar seguro, eso es lo que más queremos. Ya llevamos ocho meses batallando desde que salimos del país y pues sólo quieres estar tranquilo".

Así como él, una gran cantidad de migrantes se encuentran en el limbo sobre lo que pasará después del 11 de mayo con el fin del Título 42, medida sanitaria con la que Estados Unidos expulsa a migrantes de manera expedita a México, aunque sin cargos criminales, a diferencia del Título 8.

En Ciudad Juárez se encuentran varados miles de extranjeros, lo mismo quienes recién llegaron hace unos días que los que llevan meses en espera de obtener una cita para ingresar de manera legal, pero, ante el temor de que las medidas vayan a endurecerse, han optado por entregarse a la Patrulla Fronteriza.

A diario llega un número incalculable de migrantes de distintas nacionalidades, un gran número en el tren carguero y de ahí se dirigen a la zona cercana al Río Bravo.

A lo largo del bordo se ven a diario grupos de personas caminando hacia uno de los "huecos", como ellos le llaman a las puertas del muro que abre la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para procesarlos.

Y es que el anuncio del fin del Título 42 ha generado perspectivas diferentes entre los migrantes que se encuentran en Ciudad Juárez.

Mientras unos consideran que puede ser positivo, otros piensan que se endurecerán más las acciones que implemente Estados Unidos y otros dudan que vaya a desaparecer.

Ante el fin del Título 42, las autoridades prevén que se vendrá un nuevo momento emergente que desafiará las capacidades locales.

"Anuncios como estos son a menudo aprovechados por las bandas de crimen organizado, por las personas sin escrúpulos que lucran con la esperanza de quienes lo que quieren es acercarse a vivir el sueño americano", indica Enrique Valenzuela, titular del Consejo Estatal de Población (COESPO), dependiente del Gobierno del Estado, que coordina el tema migratorio en Ciudad Juárez.

"Entonces al levantarse el Título 42 habrá quien aproveche y diga que el Gobierno de Estados Unidos ya está abriendo las puertas, pero no hay nada más lejos de la realidad, y esto ya lo ha aclarado el Gobierno de Estados Unidos".

El funcionario considera que lo más responsable que pueden hacer las autoridades mexicanas es informar y replicar esta información.

"Para que las personas que hacen el viaje, que quieren hacer el viaje aún o que ya vienen en camino pues que sepan cuál es la expectativa real que se tiene al momento de ingresar a los Estados Unidos o al acercarse a esta frontera norte de México con la intención de cruzarse a los Estados Unidos".

Por ello, considera que se vivirá un nuevo momento emergente.

Aun y cuando desaparezca el Título 42, continuará el Título 8, que a diferencia del primero, presentará cargos criminales contra quienes cruzan la frontera de manera indocumentada.

Con el Título 42, los migrantes sólo son expulsados a México por diversas fronteras.

La manera en que continuarán procesando las peticiones de asilo, será a través de la aplicación CBP One.

"En esta frontera desde luego estamos atentos y en espera de los cambios que pudiera traer este nuevo momento, en el que ahora termina el Título 42, como ha sido anunciado ya en varias ocasiones por parte del Gobierno de Estados Unidos, a las 11:59 de la noche del 11 de mayo".

Valenzuela precisa que sin esta medida de política sanitaria se aplicará solamente la que nunca ha perdido vigencia, que es el procedimiento migratorio ordinario, através del llamado Título 8.

"Que no es otra cosa que un mecanismo a través del cual las personas que ingresan sin los documentos para acreditar su estancia regular en los Estados Unidos, pues se termina disponiendo el retorno a su país de origen", explica.

"Ya en el marco de este procedimiento pues se habrá de determinar si aquella persona en un momento dado puede ser susceptible de alguna forma de protección, o de algún mecanismo para que no sean retornados a su país de origen".

Con el Título 8 se les impone a los migrantes una carga penal que les dejará un antecedente de orden criminal, refiere Valenzuela, quien recuerda que otras de las sanciones es que no podrán ingresar a Estados Unidos durante 5 años por ninguna vía.

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